Con el título “Madrid tiene Historia”, el pasado jueves 16 de septiembre el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, inauguró un ciclo de conferencias para divulgar y ayudar a preservar la historia de la capital. El ciclo se compone de doce conferencias que se irán desarrollando durante los próximos nueve meses en doce edificios emblemáticos, uno para cada conferencia, con la particularidad de que cada una de ellas tendrá especial relación con el tema de la ponencia que se desarrolle en él.
Antonio Pérez Henares, director del ciclo, agradeció al ayuntamiento de Madrid el patrocinio, así como la confianza depositada en Escritores por la Historia para la organización y coordinación del evento. Pérez Henares recalcó que es esencial rescatar la historia para acabar con el desconocimiento, ya que los protagonistas son nuestros antepasados y, como herederos, debemos velar por la conservación de su memoria.
La elección de Madrid para celebrar este ciclo se debe a la importancia histórica de la ciudad, pero también como capital y centro de decisión de la política mundial durante varios siglos, ya que en ella se encontraba el poder político y militar que dominó el mundo. Y qué mejor, para repasar esos tiempos, que asomarnos a través de la ventana que abren a la historia los cuadros de Ferrer-Dalmau.
Isabel San Sebastián y Antonio Pérez Henares animan a Ferrer-Dalmau a mostrar al auditorio los entresijos y detalles de algo más de treinta de sus cuadros; los asistentes participaron activamente con las anécdotas históricas que fueron surgiendo en el análisis de las pinturas. Augusto Ferrer-Dalmau mostró con precisión cómo ve los diversos acontecimientos de la vida cotidiana y de los hechos históricos que retrata. En un momento del coloquio explicó el método que sigue en la creación de sus cuadros, pasando previamente por un proceso de documentación e investigación similar al que realiza un escritor de novela histórica. Lo que busca es ser riguroso en la recreación, tanto en el hecho histórico como en el contexto y en la ambientación del momento. A lo largo de la conversación se suscitaron cuestiones muy interesantes, tales como el proceso a seguir para imaginar las caras de los personajes; de dónde provenían los gestos y expresiones de los personajes no históricos, y cómo en su pintura, de manera explícita e implícita, rinde homenaje a héroes anónimos.
Augusto Ferrer-Dalmau aprovechó la oportunidad para anunciar la constitución de una fundación que tendrá por objeto ayudar a la formación de nuevos talentos de la pintura. Matizó que no se debe consentir que por falta de medios económicos haya jóvenes pintores que no puedan desarrollar su potencial artístico.
Respondiendo a cada una de las preguntas planteadas por el público, Ferrer-Dalmau llegó a confesar que la batalla de Covadonga es el hecho histórico que ha querido pintar y que aún no ha encontrado la oportunidad para hacerlo. Una pregunta que suscitó el debate fue la conveniencia o no de impartir en los colegios la enseñanza de la Historia a través de cuadros de escenas históricas. Ferrer-Dalmau recordó que cuando el pueblo era analfabeto la Iglesia contaba la historia de la religión a través de los retablos e imágenes pintadas en los lugares de culto. Por lo tanto, no hay duda de que el aprendizaje de la historia a través de cuadros históricos puede ser una herramienta más de la enseñanza.
Las conclusiones del público eran de admiración por la grandeza de esta pintura, al entender que sus cuadros son relatos históricos dotados de una gran expresividad plástica. No hay duda de que Augusto Ferrer-Dalmau tiene el don “de ser capaz de transmitir la fuerza de los sentimientos de los protagonistas, tanto el gesto gallardo y bizarro en unos como el asombro, dolor o angustia en otros”.
La próxima conferencia del ciclo “Madrid tiene Historia” fue el día 21 de septiembre en la Biblioteca Municipal Eugenio Trías del Parque de El Retiro, donde el escritor Javier Sierra habló sobre “Mitos, símbolos, leyendas e historias de El Retiro”.
El 21 de octubre, en Centro Sefarad-Israel, los autores Isabel San Sebastián (coordinadora del ciclo) e Inocencio Arias tendrán una conversación divulgativa sobre «Los diplomáticos que salvaron vidas». El 12 de noviembre, el asunto central será «La vida cotidiana en el Madrid de los Austrias y el Siglo de Oro», en un acto protagonizado por el escritor Juan Eslava Galán, que tendrá como marco perfecto la Casa de la Villa, antigua sede del Ayuntamiento, situada en pleno Madrid de los Austrias. Este 2021 terminará con una charla propia del ocaso del año en torno al gran protagonista del último día del mes de diciembre. El historiador Emilio Lara ilustrará al público sobre el relojero y el reloj de la Puerta del Sol. La historia detrás de un símbolo.
Siempre he admirado la pintura y la maestría de Agusto Ferrer-Dalmau y reconoceré haber soñado que uno de sus cuadros fuera la hermosa portada de alguna de mis novelas. La expresividad de los personajes, el tratamiento de la luz y la perfección con que refleja las escenas, el dramatismo o el movimiento no pueden dejar indiferente a nadie. Ojalá hubiera estado en esa primera conferencia (conocer al autor y, ya de paso a Isabel San Sebastián!), tomo nota para las siguientes… Enhorabuena al director del ciclo y al Ayuntamiento de Madrid por su patrocinio e iniciativa, ojalá tomaran nota otros ayuntamientos, pues la historia está ahí para aprender de ella y es preciso no olvidarla. Y gracias a ti, Ramón, por tan magnífica cobertura (por cierto, juraría que la pregunta sobre la batalla de Covadonga la formularía un asturiano de pro… me equivoco?)
Gracias, Juan. Los amigos que conocen a sus amigos suelen acertar en las respuestas.
El cuadro sobre Pelayo está proyectado desde hace meses y supongo que antes de Navidad estará terminado. Me temo que no se quedará en España
¡Qué buenas esas castañas calientes, en invierno, en cucurucho de papel, de periódico viejo!
La historia narrada a través de imágenes, ¡qué mejor manera de honrarla! el arte de Agusto Ferrer-Dalmau es exquisito, muchas gracias por mostrarnos parte de su gran obra.
Por muchas razones, inolvidable me resultó esta conferencia. Excelente crónica, Ramón. ¡Felicidades!