Los cuentos de hadas son para todas las edades

La narración parte de un hecho real que parece ficcional. En junio de 1917, dos primas, Elsie Wright y Frances Griffith, de 16 y 10 años, tomaron la cámara de uno de sus padres y se hicieron varios retratos donde aparecían visitadas por pequeñas hadas. La historia podría no haber pasado del ámbito familiar, pero esas fotografías llegaron a varias sociedades teosóficas, y de ahí a los oídos de Arthur Conan Doyle, que les dedicó un extenso reportaje donde defendía su veracidad. A partir de ese momento, las hadas de Cottingley iniciaron un pequeño pero intenso debate sobre la existencia de espíritus y criaturas sobrenaturales.

Con esos interesantes mimbres, el autor elabora una intensa trama que, como dice la faja del libro, podría ser «un cruce entre Peter Pan y Peaky Blinders». Los protagonistas de El gran timo de las hadas son una pareja que descubre, gracias a la referida historia, un filón de mercado en las fotografías de seres sobrenaturales. Especializan su estudio fotográfico en seres feéricos, gracias a su habilidad para retocar imágenes y al deseo por parte de muchos de creer en esos seres pequeños e invisibles que nos rodean: elfos, hadas, gnomos… El relato se complica cuando el sujeto del engaño es un poderoso e inteligente político y mafioso. La pareja ya no arriesga su prestigio o fama, sino sus propias vidas.

Un aspecto ineludible del libro es el contexto histórico donde se desarrolla. Toda la novela está teñida con los estragos de la Primera Guerra Mundial, un conflicto mucho menos ficcionalizado que el de la Segunda, y tal vez por eso con muchas posibilidades narrativas. Son puntuales los momentos en los que se describen batallas, pero su intensidad trágica permea el resto de las páginas. La novela desarrolla más el ambiente de retaguardia y la inmediata postguerra: las consecuencias del conflicto en la sociedad y en los individuos. La guerra crea héroes y villanos, víctimas y aprovechados; la guerra destruye vidas y reconstruye otras; es una mano invisible que maneja las biografías de los personajes con hilos irrompibles. Más adelante el lector verá que no son los únicos hilos que tejen los destinos.

El gran timo de las hadas es una novela histórica peculiar por su propia temática especulativa, pero su perspectiva histórica es también original por el tono del narrador. Si la novela gótica fue una invención de la Edad Media, esta novela es una invención de la novela gótica lato sensu. Como en su Trilogía victoriana, el autor da muestras de gran conocimiento del terreno, pero no intenta simular una novela escrita a principios del siglo XX. No cae ni en la imitación ni en el excurso, sino que imaginativamente describe los acontecimientos a través de un narrador muy personal, muy intrusivo y muy divertido. El autor no tiene reparos en que opine e ironice, algo absolutamente prohibido en los manuales de escritura creativa —con el único argumento de que «ya no se hace»— y que, sin embargo, funciona muy bien en esta historia.

Félix J. Palma es un excelente fabulador: es capaz de hilvanar historias con muchísima efectividad, dibuja los personajes con trazos sencillos pero certeros y sostiene en la tensión argumental ejemplarmente. Es, además, un autor divertido que escribe con un estilo directo y colorido en el que destacan símiles bastante logrados. El resultado de todas estas características concluye en una novela ágil, rápida y amena. Una novela que tal vez no profundice en los recovecos del ser humano ni denuncie escenas injustas de la vida, pero que entretiene sin engañar, que agrada sin ser complaciente y que deja un buen regusto siendo sincera. Libros como El gran timo de las hadas son los que mejor tocan el sentido primigenio de la narración, que no es otro que el placer de la lectura.

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Autor: Félix J. Palma. Título: El gran timo de las hadas. Editorial: Destino. Venta: Todostuslibros.