Los lectores de Muriel Barbery conocimos a Rose en su novela Una sola rosa y por eso sabemos que ella jamás tuvo relación alguna con su padre. Solo al morir él viaja a Japón, donde se acerca a esta figura desconocida, tanto como a la cultura del país y a sus propias emociones.
Ambas novelas, que pueden ser leídas de forma independiente e incluso unitaria, componen un díptico que no esconde la pasión de la autora por Japón, su cultura y sus leyendas. Barbery se impregna de la delicadeza de la lírica del país al dejarse llevar por descripciones poéticas, cuentos, costumbres y sensaciones a flor de piel que brotan poco a poco entre las páginas de la novela. Noches de sake y conversaciones entre amigos ayudan a comprender la vida de este hombre que, pese al éxito, tiñe de melancolía cada una de sus palabras sabiendo que su final es inevitablemente la muerte, y que llegará a ella con un único fracaso capaz de empañar todos sus éxitos: ser padre. Y es que si todas las historias son de amor y las mayores historias de amor tratan siempre del amor no correspondido, el de Haru es el más terrible de todos ya que ni siquiera tuvo la oportunidad de amar o ser amado por su hija.
La prosa de la autora es el espejo de su protagonista, ya que frente a un ritmo pausado en el que el lector se va fijando en pequeños detalles, en la belleza de las cosas, va naciendo poco a poco un sentimiento que se esconde entre palabras e impregna la belleza de un sentimiento triste que se funde con Haru a medida que recorre una vida perfecta que se ve sacudida por su tormento interior que le impide llegar a sentirse pleno y feliz. Barbery cae en un lirismo plagado de imágenes que el lector utiliza como ventana a este país íntimamente ligado a los símbolos y la sensibilidad convirtiendo la lectura en un viaje sobre lo efímero de la vida y las cosas realmente importantes que recordamos al final de ella; en este caso, la paternidad. El sentimiento negado que, lejos de convertirse en una obsesión, se convierte en un puerto al que no sabe si llegará, y es que la muerte sobrevuela toda la novela. Todos vamos a morir, Haru es consciente de la cercanía de la suya, pero, a fin de cuentas, solo los muertos permanecen. Los vivos están condenados al final de su historia.
Una hora de fervor es una novela profundamente introspectiva que destaca por su belleza y cuidado del detalle. Como la vida de su protagonista.
——————————
Autora: Muriel Barbery. Título: Una hora de fervor. Traductora: Isabel González-Gallarza. Editorial: Seix Barral. Venta: Todostuslibros.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: