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Los libros de «Yo, adicto»

Los libros de «Yo, adicto»

El autor de Yo, adicto, Javier Giner (Paidós), ha llevado su libro a la pequeña pantalla a través de la miniserie homónima estrenada en Disney+ el pasado 30 de octubre. Pero sus memorias escritas van mucho más allá de un testimonio desgarrador sobre su adicción; también son un homenaje a grandes maestros de la literatura.

Javier Giner ha escrito para Zenda un texto en el que da buena cuenta de los escritores que se ocultan bajo el argumento y bajo el guion de Yo, adicto.

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Desde que se estrenó Yo, adicto el pasado 30 de octubre en Disney+ varias personas me han preguntado por los libros que aparecen a lo largo y ancho de la serie. Los libros tienen una importancia tan vital en mi vida que si iba a contarla en forma de serie era de cajón que debían aparecer e incluso tener una presencia destacada en ella.

Durante mi ingreso en la clínica de desintoxicación muchas veces encontré refugio entre sus páginas, y a día de hoy no concibo mi vida sin la presencia de un libro en ella. El momento de la serie en el que registran en su ingreso al personaje de Javier y su maleta está llena de libros, como si se fuese cuatro años al extranjero, es real como la vida misma.

Reconozco que me hace mucha ilusión que algunas personas se hayan preguntado por estos libros. Me alegra porque a menudo yo, como espectador, hago lo mismo. Me pasa también con la música. He descubierto joyas viendo cómo algún personaje de ficción las leía y algunos de los libros más importantes de mi vida o que más placer como lector me han brindado los he visto por primera vez en una pantalla y he corrido a apuntar sus títulos. Cuando comencé a desarrollar Yo, adicto planteé conscientemente este juego literario en forma de rastro de migas. Me encanta que algunos espectadores me hayan recogido el guante y hayan decidido jugar conmigo. Me siento visto, que es una sensación preciosa.

Así que se me ocurrió contactar con Zenda para hacer un listado exhaustivo de los libros que aparecen en la serie (la realidad es que hay muchos más pero o están en estanterías donde no se identifican o fuera de foco). Escribo este texto de memoria, así que pido disculpas preventivas si en algún momento la forma en la que yo recuerdo el libro no es como debiera ser. Los leí hace mucho tiempo. A los libros también les pasa eso: nuestra manera de evocarlos está pasada por el filtro personal de cada uno. Sobra decir que recomiendo fervientemente la lectura de todos ellos. En cualquier caso, estos son los que más relevancia tienen en Yo, adicto:

De vidas ajenas, de Emmanuel Carrère

Un libro inmenso y desgarrador (aunque ahora lo recuerdo inexplicablemente consolador) extraído de la realidad. Carrère y la forma en la que se acerca a sí mismo y se narra sin misericordia me acompañaron mucho como meta personal en la escritura de Yo, adicto.

Dublinesca y Bartleby y compañía, de Enrique Vila-Matas

Enrique Vila-Matas, el gran monarca de los juegos literarios, los disfraces y las meta-narrativas. Sus novelas, de una profundidad y humor envidiables, siempre me han atraído por sus juegos de espejos de la realidad y la ficción.

Niños muertos, de Martin Amis

El gran niño malo de las letras británicas y uno de mis escritores favoritos. Conecto de raíz con su humor incómodo, satírico, vulgar, violento y desesperado. El emperador del salvajismo y de la risa gélida.

Meridiano de sangre, de Cormac McCarthy

Puse este en Yo, adicto, pero podría haber puesto cualquiera. Uno de mis autores americanos favoritos.

Nadie se opone a la noche, de Delphine de Vigan

Un monumento literario a la madre de la autora. Profundamente emocionante y riguroso, habla de la familia y de la salud mental, temas muy presentes en Yo, adicto. Como con Carrère, el enfoque casi quirúrgico de Delphine de Vigan me acompañó mucho durante la escritura de Yo, adicto.

Instrumental, de James Rhodes

Un libro al que Yo, adicto le debe mucho. Siempre quise rendirle homenaje en la serie. Una historia dolorosísima llena de esperanza y de superación personal. Para mí siempre fue la historia de alguien encontrando, por fin, su lugar en el mundo.

La esquina de mi corazón, de Pedro Lemebel

El cronista Lemebel. Su “tengo miedo, torero” fue un soplo de aire fresco en mi vida y después vinieron todas sus crónicas desde su Chile natal. Un nombre a revindicar sin descanso de las letras latinoamericanas junto a Copi y Manuel Puig.

Locos de amor, de Sam Shepard

Uno de mis textos teatrales favoritos, lleno de emoción, catarsis y visceralidad. Mataría por llevarlo a las tablas.

Otra noche de mierda en esta puta ciudad, de Nick Flynn

Yo, adicto comparte muchas sensaciones con este libro. También basado en hechos reales gira en torno a la familia, la culpa, la auto-destrucción, la reconciliación, el perdón y el encuentro. Magnífico, crudo, doloroso y extrañamente esperanzador.

Cosas que los nietos deberían saber, de Mark Oliver Everett

De nuevo la reconciliación con uno mismo y con el mundo en una semi-autobiografía que lidia con la auto-superación. Melancólico, realista, honesto y emocionantísimo.

Deseo de ser punk, de Belén Gopegui

La rabia, la incomprensión, la tormenta emocional hechas libro. Gopegui escribe con un torrente de sentimiento que hace imposible no sucumbir a su prosa. Lo tengo subrayado y anotado por todos lados.

Escrito en el cuerpo, de Jeanette Winterson

Uno de los libros más bellos jamás escritos acerca de una ruptura sentimental. De una originalidad pasmosa, la importancia del cuerpo como motor expresivo creo que influyó en la manera en la que escribí la última secuencia del episodio 3 de Yo, adicto. 

El año del pensamiento mágico, de Joan Didion

La forma en la que Joan Didion recoge mecánicamente, con una distancia casi aséptica, sus acciones y sentimientos ante el fallecimiento de su marido fue una gran inspiración a la hora de escribir Yo, adicto. 

Querer no es poder: Cómo comprender y superar las adicciones, de Arnold M. Washton y Donna Boundy

Si hay un libro que para mí representa la Biblia de las adicciones es este. Lo leí en mi recuperación y a día de hoy está en mi mesilla de noche. Ha sido siempre una guía fiel en un camino por momentos muy oscuro y confuso. 

Cuentos completos, de Truman Capote

Junto a Bolaño, Salinger y Mariana Enríquez, mi colección de cuentos favorita del mundo entero. 

Yonqui, de William S. Burroughs

No podía faltar el gran sultán de las sustancias. Atrevido, iconoclasta, irreverente, kamikaze y brutal. No quiero ni pensar cómo debió de leerse cuando fue publicado.

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Autor: Javier Giner. TítuloYo, adicto Editorial: Paidós. Venta: Todostuslibros y Amazon

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