Cuando se me ocurre una novela, el proceso de creación más o menos es siempre el mismo. A veces es una palabra, una idea o una noticia. Ya no recuerdo por qué en concreto, pero en aquel tiempo empecé a pensar en los narcopisos que se abren en un bloque vecinal. La mayoría de estos pisos proceden de desahucios. El piso queda vacío y la propiedad recae, por lo general, en el banco al que dejaron de pagarle la hipoteca. Hay listas de estos pisos en internet que los narcos y okupas controlan muy bien. Existen mafias. Okupan el piso y se ponen a pasar de todo, sirviendo el piso en muchas ocasiones de picadero.
Proliferan sobre todo en barrios periféricos, aunque a veces también en el centro, pero nunca en «zona noble», al menos los narcopisos a los que yo me refiero. La comunidad pasa de ser tranquila a todo lo contrario porque ya no es solo el trasiego de los politoxicómanos para comprar. Muchos se drogan en la propia escalera, que acaba llena de sangre, meados, vómitos y otras materias difíciles de identificar. Hay peleas en la calle, a veces con machetes o katanas, botellas rotas, gente tirada y a veces el entorno es propicio para la prostitución, generalmente de mujeres enganchadas que obtienen así el dinero para comprar la droga.
El problema no es baladí. A veces la policía ni siquiera puede actuar y bastante hacen aplicando los protocolos a su alcance. Por no hablar de que, como la droga mueve tanto dinero, los narcos cuentan a veces con ejércitos privados de matones que amedrentan a vecinos y a autoridades, comprando cuando pueden voluntades que no deberían ser compradas.
Así se me ocurrió escribir una novela negra ambientada en el barrio cuya trama girara alrededor de uno de estos narcopisos. En la novela, titulada precisamente «Narcopiso» (Alrevés editorial), unos vecinos sufren uno de estos establecimientos clandestinos en su comunidad de vecinos. Hartos de que nadie haga nada, deciden reunir un dinero y pedir ayuda al Perla, un tipo que para en el bar de al lado y que consigue reclutar para la causa a su amigo el Araña, y a otros dos tipos, el Tijeras y el Pirri (que es quien cuenta la historia en primera persona), todos ellos exyonquis y ahora alcohólicos.
Perdedores natos, no son capaces de ver que el trabajo les viene grande, porque aceptan sin pensar en las consecuencias, fruto de la necesidad, como consecuencia de sus vidas precarias. Con estos mimbres, un poco de corrupción policial y mucha denuncia social, armo la historia.
Como en toda novela ha habido trabajo de localización de escenarios, caracterización de personajes y diseño de la trama que, como siempre, cubre un arco dramático desde el planteamiento hasta el desenlace, que yo ya sabía cómo iba a ser antes de ponerme a escribir, algo importante, al menos para mí, para que la trama avance por los derroteros que me fijo.
Es mi décima novela ya, quién me lo iba a decir. Y, por tanto, me hace mucha ilusión. Espero que os guste. Gracias por anticipado.
—————————————
Autor: Paco Gómez Escribano. Título: Narcopiso. Editorial: Alrevés. Venta: Todostuslibros
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: