La autora de esta novela escribe para Zenda las claves con las que construyó esta historia desgarradora sobre la lucha de un hombre por superar sus instintos e intentar no cometer los mismos errores. Una novela de atmósfera densa que nos aboca a un desenlace tan inevitable como sorprendente.
Mi libro empezó como un relato corto hace muchos años, hará unos diez años, más o menos. Estaba estudiando arte, en un curso de escritura creativa, y estábamos escribiendo relatos cortos. Por entonces ya trabajaba como psicóloga forense y a través del trabajo conocí a un hombre que había estado en la cárcel y había recibido tratamiento después de cometer abusos sexuales a niñas. En primer lugar leí los archivos policiales, como hago siempre, y lamenté lo que le había ocurrido a las niñas y a sus padres. Luego, poco a poco, le conocí y me di cuenta de que también me daba pena.
Este hombre se esforzaba por ser diferente, por eliminar estos deseos que sentía. Usaba los trucos que había aprendido en terapia pero lo hacía de forma tan compulsiva que en cierto modo empeoraba las cosas. Le ponía muy tenso. Odiaba esas emociones e impulsos que tenía. Pero eso no le servía para librarse de ellos. La lucha interna fue lo que me llamó la atención. Me hacía plantearme lo que debe de ser vivir con algo tan oscuro, tan difícil de combatir. También toca algunos temas que me parecen universales, como el modo en el que los humanos “intentamos” ser la persona que realmente queremos ser. ¿Qué tenemos que hacer para luchar contra nuestros demonios?
Escribí un relato corto sobre este hombre. A lo largo de los años escribí sobre otros temas, intenté escribir una novela sobre otras cosas. Pero sentía una conexión con esta historia. Siempre volvía a ella, retocándola. Me di cuenta de que esta era la historia de la que quería escribir, quería que fuera un libro. Pero no estaba del todo segura y pensaba: «Esta será mi primera novela, este es un tema controvertido, ¿quién va a querer publicar mi novela? ¿Quién va a querer leerla?».
Sabía que esta persona hacía frente a sus miedos de una forma compulsiva y que intentaba organizar sus días de una manera muy estricta. Al hacerlo, lo que intentaba era controlarse. Hice que tuviera unos horarios rígidos, con normas que no debía saltarse. En eso nos parecemos. Es similar al modo con el que intenté mantener bajo control mis inseguridades y miedos. A menudo esas emociones pueden evitar que seas productivo. Por eso necesité contrarrestarlas. Intenté marcarme normas muy estrictas, reglas que era imposible cumplir a largo plazo. Igual que Jonathan, el protagonista de mi libro, no puede vivir con sus normas durante mucho tiempo. Cuando deja de cumplirlas tiene que llegar a un acuerdo, desechar las viejas reglas y cambiarlas un poco, creando otras nuevas que le hagan la vida más fácil. Que es precisamente lo que me pasó. Muchos días al terminar de escribir echaba un vistazo a la agenda de la semana y la rompía (a veces hasta cabreada), la tiraba a la basura y creaba una nueva.
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Autora: Inge Schilperoord. Título: No volverá a pasar. Editorial: Catedral. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro
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