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El luto es un proyecto a largo plazo

«Imagino la muerte de la pareja como el mayor de los desgarros» afirma Jesús Carrasco en el prólogo de «El duelo es esa cosa con alas» de Max Porter, uno de los primeros títulos de :Rata_.  Cada noche, cuando todos se han rendido, Carrasco se aventura a descubrir el primer libro del editor de Granta: una carta de amor al dolor indescriptible.

"En la novela de Max Porter además del cuervo hay poesía, y hay un baile de versos que nos evoca aromas de Dickinson y Ted Hughes."

La novela, corta pero intimidatoria en su profundidad y lirismo, ha sido traducida por el periodista cultural Milo Krmpotic. En ella hay duelo y hay poesía bajo las alas de un cuervo imaginado.

Las distintas representaciones del dolor, desde el desfile de pésames y condolencia de amigos y extraños, la presencia perenne de quienes desean ayudar, atender, suplir (o sustituir) al fallecido, la abstracción, el no saber cómo continuar el guion una vez que la ausencia se acentúa, se palpa, se desliza por el cuerpo.

Todo cambia y se manifiesta en estas representaciones del dolor, pero todo debe permanecer igual. Como si el otro no se hubiera ido, como si nada hubiera ocurrido.

Hace unos meses reseñé en esta celda de Zenda «H de Halcón», una novela en la que su protagonista asumía la muerte de su padre amaestrando un ave rapaz (historia basada en la propia experiencia personal de la autora).

Esta novela, que traigo hoy, ágil y vivaz a pesar del tema, tejida a partir de frases hiperbreves, casi en formato telegrama…fluye como lo harían pequeños disparos al lector. Como repentinas descargas eléctricas. La madre muerta. Los niños en la parte de arriba, envueltos en sus pijamas de algodón, ajenos al duelo perenne de su padre, a las plumas, al cuervo que se le aparece como una insólita obsesión.

El monólogo que emprende el padre (el viudo) que sostiene toda la narración como hilo conductor que abre paso  –presente y pasado– a pequeñas intervenciones (como la del cuervo que se despliega onomatopéyica y audaz) es un fluir incansable de conciencia. Un discurso no filter (sin censura ni medida) en el que mezcla la rutina con los aspectos más turbios del ser humano. Desde el amor por sus hijos al tedio por su situación actual. De la vida del amo de casa a sus perversiones sexuales inconfesables pasando por recuerdos anodinos de infancia y juventud y por el continuo avance al abismo que conlleva la ausencia de la mujer.

En la novela las voces se alternan, el cuervo, el padre, los hijos sin distinción (quizá sea esta la voz menos conseguida de todas, la que atenta contra el pacto que dictó Taylor Coleridge, por usar un lenguaje demasiado elaborado para un “bebé de pañal” y su hermano).

"El luto es un proyecto a largo plazo que va conformando la vida. En las páginas de este efectivo ejercicio literario Max Porter nos muestra ese luto que conforma la vida de una familia sin madre."

«La ciudad al completo es mi añoranza de ella» dice el viudo para mostrar esa continua presencia de su mujer, ese duelo que transita descabalado por sus vidas, por estas páginas de una novela impredecible, por heridas que son difícilmente clausurables.

Otra novela de duelo, mucho más previsible pero eficaz la escribió Joan Didion tras la muerte de su marido. Y aunque en la novela de Max Porter además del cuervo hay poesía, y hay un baile de versos que nos evoca aromas de Dickinson y Ted Hughes… a pesar de esto –de la poesía y de la verdad que encontramos en el leve enloquecimiento paterno–  no puedo evitar apostar por el duelo transparente, doloroso y veraz que nos regaló Joan Didion en «El año del pensamiento mágico». Didion se mostró allí desnuda en su dolor, sin pudor ni artificio, sin obsesiones ni paranoias diversas.

El dolor, como el amor, el sexo, la amistad, la vida… debe vivirse de frente, sin tapujos ni circunloquios. Debe asumirse con dureza pero con sabiduría, con la entereza que nos dan los años, las situaciones pasadas, los libros que vivimos y nos construyeron, las personas que una vez fuimos.

El dolor nos iguala y el duelo es esa meta a largo plazo, ese proyecto para el que nos ha preparado la vida y cuyas enseñanzas jamás dejaremos de asumir.

El luto es un proyecto a largo plazo que va conformando la vida. En las páginas de este efectivo ejercicio literario Max Porter nos muestra ese luto que conforma la vida de una familia sin madre.

Título: El duelo es esa cosa con alas. Autor: Max Porter. Traductor: Milo Krmpotic. Páginas: 144. PVP: 19,50 €.  Editorial: :Rata_. Disponible en papel.

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