Juan Antonio Tirado propone, desde la experiencia como reportero histórico de Informe Semanal, una visión propia, deformada, o deformante, lúcida o lírica del acontecer cultural. Del streaming a la butaca, con parada y fonda en la página. Su último libro es una colección de columnas que lleva por título El taxista que no leía a Luis Rosales.
***
Las fábulas se agavillan en los zaguanes del idioma. Hablando se entiende la gente, pero junto a la palabra en primera instancia —moneda de cambio— una lengua es también un vuelo sostenido, un engranaje de historias, dolor, fatiga, nostalgia y canto. Los grandes escritores buscan e inventan entre los hilos sutiles de lo cotidiano, le sacan los colores a las cosas, hacen de una nube un beso de agua, se timan con el asombro o se columpian de risa allí donde el secreto se quita el sombrero. Mago de todos los Macondos, al inmortal Gabriel García Márquez lo han resucitado en Netflix en una serie que pone imágenes a sus Cien años de soledad. La propuesta televisiva es ambiciosa, derrocha dólares y decorados, lleva al espectador a un universo tropical poderoso y deslumbrante. Sí, así debía de ser Macondo, pero el empeño es vano y melancólico, porque el milagro de la novela de Gabo se sustenta en el hechizo de las palabras. Cien años de soledad es una historia escrita para ser leída, pruébese a hacerlo en voz alta, un fascinante ejercicio de brujería verbal difícilmente traducible a imágenes.
[/ttt_dropcaps]
Cien años de soledad es el Quijote del siglo XX, pero la novela de Cervantes tiene una mejor traslación al formato audiovisual, entre otras cosas porque sus personajes, más allá de otras lecturas, han quedado en el imaginario popular como una suerte de dúo cómico, un gordo y un flaco metafísicos perdidos en la Mancha. No sucede así con las estirpes condenadas a cien años de soledad que no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra. Al menos sobre la tierra pantanosa de Netflix. Tan pronto como empiezas a ver la serie, te comen las ganas de regresar a las páginas del libro, a ese infierno y paraíso de quimeras en el que vive para siempre el coronel Aureliano Buendía, al que su padre lo llevó una tarde a conocer el hielo, cuando Macondo era una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río que se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos.
-
Doce libros de marzo
/marzo 31, 2025/Los libros del mes en Zenda A lo largo de los últimos 30 días, hemos recogido el diálogo entre libros de toda procedencia. Un mes más, en Zenda elegimos doce libros para resumir lo que ha pasado en las librerías a lo largo de las últimas semanas. ****** El turista sin equipaje, de Nicolás Melini Nada es lo que parece en El turista sin equipaje, novela de Nicolás Melini. En lo más alto de un pino muy alto, en un bosque de una pequeña isla atlántica, aparece colgado el cuerpo de un alemán. El comisario Nieves y un joven comisario, Sigui,…
-
Cena con los suegros
/marzo 31, 2025/Cerré la puerta con vueltas, una, dos y tres, hasta el clec final. Me gusta cerrar con vueltas, ese clec me da confianza, como si fuera capaz de llenar mi ausencia y la de todos, porque no quedaba nadie. Nos hemos ido Fabia y yo… ¿Quién iba a cuidar de la casa, entonces? Bajamos por las escaleras, Fabia primero, aunque sin adelantarse. Si me hubiera parado en algún piso, seguro que ella también lo habría hecho, se habría dado la vuelta y me habría mirado ladeando la cabeza, como preguntándome qué observo. Fabia es muy preguntona. Viene hacia mí asomando…
-
El pan y la palabra, de Sergio García Zamora
/marzo 31, 2025/*** Nada que declarar Soy pobre y emigrado. ¿Para qué darte más señales? Miro libros que no puedo comprar. Miro ropa que no puedo comprar. Miro muebles que jamás compraré. Alguna tarde de niebla voy con mi amor y entramos en la misma librería alucinada y hojeo ediciones preciosas y leo allí de pie y para ella los poemas terriblemente bellos de otro poeta pobre y emigrado. Alguna tarde invernal voy con mis hijas a la tienda de los maniquíes enfermos y me pruebo un abrigo estupendo que las hace sonreír y abrazarme. Alguna tarde sin trabajo y sin colegio…
-
Una carta de amor a una ciudad y a un tiempo
/marzo 31, 2025/Pocos viajes tan hermosos como el emprendido por Fernando Clemot por la Roma de las mil fuentes. Con la premisa de que la capital italiana se erige sobre el agua, el autor visita la Barcaccia, el Mosè, el Aqua Paula, etc. En este making of Fernando Clemot recuerda cómo construyó La reina de las aguas (La Línea del Horizonte). *** Pronto me enfrenté a una duda ineludible: ¿es posible contar algo más sobre Roma? Es un lugar que está labrado a cuchillo en nuestro ADN. Nuestra vida y nuestro pasado están indisolublemente unidos a esta ciudad: la quieres antes de conocerla…
Gran reflexión de un gran usuario de las palabras. Felicidades al autor