En el 4500 a.C., tras el asesinato de su familia por parte de una horda de invasores, un habitante de la isla de Creta, Ekro, es convertido en esclavo y trasladado a distintos enclaves del Mediterráneo y la península Ibérica. Así arranca esta novela que nos sumerge en nuestro pasado remoto.
En este making of Pilar Sánchez Vicente cuenta el origen de Madrebona (Roca).
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En el año 1979 realizaba el primer curso de la carrera de Geografía e Historia. Impartía la asignatura de Prehistoria el insigne y ya fallecido Javier Fortea. En el examen final (había uno solo por materia al terminar el curso) entre otras cosas preguntaba, más o menos, «cómo se explicaba la aparición aislada de una pieza de cerámica mediterránea en un estrato epipaleolítico asturiense, descartada la contaminación del yacimiento». Recuerdo el respeto imponente que le tenía a Fortea, el aula gris y masificada, los nervios, la sensación de impotencia al no saber la respuesta, y cómo la idea fue surgiendo, las piezas encajando, y encontré explicación en el periplo de un buhonero errante. Aun pensando que de nada serviría, eché la imaginación a volar y, con más literatura que ciencia, hice un canto a aquellas figuras solitarias que funcionaban como receptores y transmisores de culturas y tecnologías. Me puso un sobresaliente. «El examen estaba bien, pero con el buhonero realizaste un ejercicio de síntesis y comprensión destacable», me explicó complacido. Sigo sin saber qué escribí en aquellos folios, pero siempre estuve agradecida a ese buhonero que me subió la autoestima tanto como la nota. Y nunca olvidaré a Javier Fortea, maestro y amigo.
Nos adentramos en una época histórica poco divulgada, el Neolítico. Fue entre el Tigris y el Éufrates donde surgió la agricultura y la domesticación de animales y donde ya se edificaban ciudades, palacios y templos. Y gracias al comercio de los pueblos de Canaán, y entre ellos los fenicios, estos avances llegaron a territorios occidentales como Iberia, en los que, al margen de la rica Tartessos, todavía continuaban conviviendo pastores en construcciones megalíticas junto a los últimos cazadores recolectores. Los buhoneros fueron una figura crucial en este periodo del Neolítico y en los posteriores. Contribuyeron a expandir la cultura que venía del Mediterráneo oriental y propagaron los conocimientos «tecnológicos» que llegaban desde los primeros asentamientos estables en las ricas tierras de Mesopotamia.
Los asentamientos estables trajeron consigo cambios sociales, culturales y religiosos: del panteísmo primitivo y el culto a la naturaleza personificado en la Diosa Madre se pasa a un abanico de dioses y al nacimiento de mitos y leyendas. Madrebona es el nombre de una playa asturiana, de la tribu que habita en ella, el sobrenombre que acompaña a la jefa de la tribu y el de la Diosa para ellos. Es una cosmogonía que está a punto de desaparecer, como la propia tribu de cazadores-recolectores, frente a la llegada de los pastores que levantan sus dólmenes y túmulos en el monte Areo. Será la voz de esta Diosa introducida a modo de canto épico que inicia ciertos capítulos y que recuerda a los lectores aquello que le está sucediendo al héroe, a la vez que adelanta el futuro de manera epifánica.
En la novela conoceremos, entre otras muchas novedades de la época, el nacimiento de las aleaciones que dieron paso al bronce de los palacios, la rueda, los tipos de navíos y cómo transitaban por el Mediterráneo, la evolución del lobo hacia animal doméstico o el uso del lapislázuli… Pero sobre todo el despertar de la conciencia respecto a que “ningún hombre debería pertenecer a otro” y cómo las supersticiones y las religiones han modelado una civilización tras otra.
Igualmente, se aborda el consumo de estramonio, cannabis, belladona o de hongos alucinógenos, las bebidas fermentadas como el hidromiel o el zhytos (predecesor de la sidra) que tomados en comunidad fomentan la cohesión del grupo, la creatividad y la evolución cultural, un tema que aborda magistralmente Edward Slingerland en su libro Borrachos, cómo bebimos, bailamos y tropezamos en nuestro camino hacia la civilización
El periplo del buhonero, que se inicia en situación dramática cuando es un niño, nos permitirá tomar contacto con distintas culturas, formas de gobierno, paisajes y creencias religiosas. A través de ese largo periplo por el Mediterráneo e Iberia, adquirirá muchos conocimientos, conocerá la tristeza, la impotencia, la tortura, la privación de libertad y las humillaciones. Pero también la ternura, el amor y el valor de la amistad.
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Autora: Pilar Sánchez Vicente. Título: Madrebona. Editorial: Roca. Venta: Todos tus libros.
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