El narrador argentino César Aira (1949), de quien en España se acaba de editar la novela Prins (Literatura Random House), triunfa en México nada menos que con tres nuevos títulos —todos ellos bajo el sello Era—, poseído de un ritmo febril de escritura que le ha llevado a superar ya la centena de obras publicadas. En El testamento del Mago Tenor hay abundante acción, muchos escenarios y una trama veloz y rarísima, embrollada hasta el paroxismo y sólo aparentemente resuelta al final. En La liebre juega con la historia, tomando una rara distancia del realismo y reinventando los géneros que se leyeron ávidamente en el siglo antepasado: la novela por entregas, la crónica de viajes y el melodrama. Y Entre los indios es una sutil meditación sobre la naturaleza del deseo y cómo éste se trenza con la inteligencia, con el mal y con el miedo, a partir de un personaje que es todo un pueblo, un pueblo que no construye nada y prefiere no hablar y que logra resistir al diablo. El propio Aira me contaba que prácticamente antes de terminar una novela ya está empezando otra, lo cual hace que los finales de sus obras sean un poco abruptos, porque llega un momento en que se cansa o se aburre, y ya se le ocurrió otra narración. Esto se lo han reprochado con razón, pues en sus finales se mueren los personajes de una página para otra. Pero a estas alturas de su carrera hay algo que se ha hecho natural: Aira escribe siempre, todos los días, y siempre tiene una “novelita» en marcha, aunque no todas las termine, porque como las empieza en términos de experimento, cosa a lo que aspira toda su literatura, a veces no le funcionan o se le complican o se cansa demasiado. Y de cada cinco que empieza termina una. Sus lectores mexicanos quieren que las termine todas.
PACO TAIBO II REESCRIBE LA POLÍTICA CULTURAL
El escritor Paco Taibo II, PIT para los cuates, acaba de anunciar que de llegar a la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México su candidata (Claudia Sheinbaum), él, involucrado hasta la médula en esa campaña, luchará por duplicar el presupuesto para el sector cultural. Una de sus propuestas será la de regalar anualmente un millón de libros en el Zócalo capitalino y organizar mil festivales de barrio porque el suyo, dice, es un enfoque de izquierda. PIT ya ha hablado con más de un millar de creadores y el borrador de su proyecto será presentado en un acto masivo que se llevará a cabo en el Zócalo el 27 de mayo. Su Brigada para Leer en Libertad, un colectivo muy activo en materia de promoción cultural, ha sido el mejor laboratorio para formular ese proyecto, ya que lleva 15 años repartiendo caña a la ignorancia. El biógrafo de Pancho Villa quiere multiplicar y recuperar programas de promoción de lectura como el del Metro, la policía y los bomberos, así como el de hospitales, que han llevado libros a diestra y siniestra. También, asegura, creará la credencial única para músicos y artistas callejeros que incluirá la leyenda: “Autoridades de la ciudad, este músico nos está haciendo un favor y por tanto tiene derecho a poner su sombrero en el suelo”, con un teléfono permanente de la Secretaría de Cultura para protegerlos. PIT habla asimismo de la “muralización» de la ciudad, de crear un Palacio del Cabaret para recuperar la tradición política de la carpa satírica, de formar una “Pinacoteca popular” que incluirá 100 cuadros “enmarcados de una manera sencilla” que se van a exponer con un letrero que diga: “Si te gusta uno, llévatelo. Queremos mejorar la calidad de lo que cuelgas en tu casa”.“Vamos a popularizar el patrimonio urbano y hacernos cargo de las efemérides: el día que entraron Villa y Zapata a la ciudad tenemos que convertirlo en fiesta de la Revolución”, declara. En suma, Paco quiere pelear contra lo que llama “burocratización de la cultura” y para ello se pondrá a trabajar en la calle, no en una oficina. Los que lo conocen saben que no miente. Es un agitador cultural nato.
OCTAVIO PAZ REVISITADO
El 19 de abril se cumplieron 20 años de la muerte de Octavio Paz y en México se ha celebrado la efeméride con exposiciones, conferencias, artículos en prensa y un largo etcétera que debe resumirse siempre con la lectura atenta de sus obras, aunque recordar algunos rasgos de su vida resulta también un acto de reivindicación de una figura clave en la cultura hispanoamericana moderna. Maestro rural, joven enamorado y pachanguero, comunista, excomunista, embajador, animador cultural, editor, ensayista y poeta, pocos saben que Paz escribió una canción ranchera titulada “Sueño de amor”, con música de Manuel Esperón y que fue interpretada por Jorge Negrete en el filme El rebelde (1943), del realizador Jaime Salvador. Tampoco se habla mucho de que el Nobel solía ver la televisión y era aficionado a la serie original de 1966 de Star Trek, y que en la etapa final de su vida fue ávido seguidor de Los Simpson, que le permitían un rato de solaz tras la escritura, que abandonaba a las siete en punto de la tarde para sentarse religiosamente en su sofá a seguir las peripecias de los personajes amarillos. “Nos resumen”, decía de ellos.
LA ESTAFA MAESTRA, MANUAL DE INDIGNACIÓN
La estafa maestra (Temas de Hoy) es un libro que se está leyendo en las aulas universitarias mexicanas con asombro, aunque como bien apuntan algunos observadores, debería hacerse con creciente encabronamiento. El punto de partida es sencillo: Francisco, conserje en una escuela rural de Villahermosa, Tabasco, hace trabajos de fontanería en su tiempo libre para sobrellevar su precaria situación económica. Lo paradójico es que don Francisco también es el dueño de una empresa privada que ha ganado un contrato por 500 millones de pesos (unos 21 millones de euros). Pero resulta que es una de las estrategias que PEMEX (Petróleos Mexicanos), SEDESOL (Secretaría de Desarrollo Social) y la SEP (Secretaría de Educación Pública), entre otras dependencias del gobierno, están involucradas en lo que se demuestra es un fraude monumental en el que se han utilizado a personas como don Francisco para desviar más de 7 mil millones de pesos (294 millones de euros) desde 2010. ¿Cómo lo han hecho? El libro relata la forma en que las dependencias gubernamentales fueron asignando presupuestos a universidades públicas y éstas otorgaban contratos a empresas fantasma cuyos servicios nunca se realizaban y las cantidades multimillonarias desaparecían. Manuel Ureste Cava, Miriam Castillo Moya y Nayeli Roldán Sánchez son los autores de este reportaje (que mereció el Premio Ortega y Gasset a Mejor Investigación Periodística) que debería estar en todas las bibliotecas públicas catalogado como un auténtico Manual de Indignación.
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