Making of de El siglo de acero

En el siglo XVI, Europa se erizaba de pánico y ambición. El clamor de las guerras resonaba por doquier y las religiones chocaban como titanes furiosos en los campos de batalla. Fue un siglo de cambios, de viajes, descubrimientos, de derroches de oro y plata, pero sobre todo, fue un Siglo de Acero.

A lo largo y ancho del mundo conocido, muchos hombres convivían con la violencia porque era el único modo de vivir, dejando sus nombres escritos a sangre y fuego en la Historia. Esta saga cuenta las aventuras de algunos de aquellos hombres.

Martín de la Vega y Afonso Duarte “el portugués” son dos soldados de los tercios españoles, aquella fuerza de combate que apuntalaba la supremacía continental de España con sus picas y arcabuces. Guerreros de una nación que, como la antigua Cartago, estaba poblada por hijos de Marte; siempre amenazada por las hordas bárbaras, con el imperio Otomano a un lado, las tormentas y los piratas del mar océano al otro, arriba el cenagal de Flandes y abajo las ardientes costas de Berbería.

Quien se asome a aquella época no puede menos que asombrarse ante las crónicas de aquellos soldados que, lejos de casa, sin más patrimonio que su espada y un rosario que besar antes de entrar en combate, con un hambre voraz de cambiar el destino que les tenía reservado su origen humilde, saltaban sobre el enemigo, bajo el resplandor del fuego, al grito de “Cierra España” ante el que medio mundo temblaba.

En este contexto situé a los protagonistas de la trilogía, y recordando la famosa coplilla, decidí ambientar un libro en Italia y el mar Mediterráneo, sus corsarios y peligros; otro en las empeñadas guerras de Flandes; y otro en España, en la siempre turbulenta y novelesca Villa y Corte de los Austrias. Siguiendo la senda abierta por El Capitán Alatriste, que supuso para el género de Capa y Espada en España lo que John Ford para el Western americano, y tomando lo necesario de maestros como Cervantes —el mayor de todos—, Quevedo, Rafael Sabatini, Victor Hugo o Alejandro Dumas, así como una estética de cómic y juego de rol, creé estas novelas históricas de aventuras en las que el lector puede encontrar batallas, intrigas, amor, viajes y acción en el fascinante escenario del Renacimiento, además de una minuciosa reconstrucción del carácter, los lugares y el costumbrismo de la época.

Como es habitual en el género de aventuras, la Historia se funde con la ficción, por lo que los protagonistas y otros personajes imaginarios se cruzan con otros auténticos como Felipe II, la princesa de Éboli o el temible corsario Dragut; asedian la ciudad de Haarlem con las tropas del duque de Alba o fraguan intrigas cortesanas en el palacio del Escorial que acaban en una lluvia de estocadas nocturna en la calle de la Almudena.

Y por encima de todo, una historia de camaradería entre los dos protagonistas, que a lo largo de la trilogía, la cual abarca desde 1566 a 1579, deja claro que a veces, cuando todo se va al diablo, lo único que queda son los lazos irrompibles de amistad entre dos viejos camaradas.

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Autor: Héctor J. Castro. Título: Trilogía El siglo de acero. Editorial: HRM. Venta en Amazon: El asedio de Haarlem, Peones y damas y El diablo a las puertas del cielo