La segunda novela de Xavi Daura, cómico y miembro del dúo Venga Monjas, es la alocada historia de una directora de cine a la que tras el éxito de su última película se le abren las puertas de Hollywood y obtiene un presupuesto ilimitado para realizar una segunda. Pero tiene que ser en un máximo de 509 días.
En este making of Xavi Daura explica cómo escribió Quemar dinero (Tema de hoy).
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Creo que uno de los primeros shocks que sentí relativos a una hipotética guerra entre la realidad y la ficción fue la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses de 2016. Siempre he sido un gran aficionado a la cultura pop y sus múltiples mutaciones, y Estados Unidos es seguramente el país que más en serio se toma este tema. Tanto es así que con la victoria de Trump le dieron la vuelta al calcetín. Hicieron presidente a una de sus más cínicas mutaciones pop, oficializando algo que se venía oliendo desde lejos: la política ahora es cultura pop, y la cultura pop es política. Como si hubiésemos traspasado al otro lado de un espejo.
Para mí todo esto eran signos de una batalla subterránea entre realidad y ficción, y tenía toda la pinta de que la ficción iba ganando. Así que empecé a tomar nota de ello escribiendo relatos, ensayos o simples reflexiones… sin ánimo de publicar nada. Solo observar.
Después de la publicación de Bravo, mi primera novela, empecé a “trastear” con cuál sería el tema de la siguiente, y vi claro que tenía que volcar todo ese material oculto sobre la invisible invasión de la ficción en nuestras vidas. Estoy hablando de principios de 2020, cuando, nada más firmar el contrato de la segunda novela, de repente… ¡pandemia! ¡La invasión invisible ya había llegado! Yo me sentía como uno de esos locos que predicen el fin del mundo cuando por fin llegan los extraterrestres a la Tierra.
Una especie de fantasma estaba atacando nuestra aldea, y eso hizo que ya solo nos pudiésemos relacionar entre nosotros a través de pantallas.
Que descubriésemos que nuestros puestos de trabajo eran, en realidad, decorados.
Que desconfiásemos del aire.
¡Que corrieran las fake news por nuestras venas!
Y, sobre todo, que consumiésemos toneladas de ficción. Series y pelis en las que, ojo, absolutamente nadie llevaba mascarilla y los personajes de la pantalla hacían vida normal. Como si nos estuviesen restregando que su invasión estaba siendo un éxito.
Pero ¡oh! en medio de ese aparente escenario ideal para concentrarme en escribir que era el confinamiento… de repente no tenía historia. Las cuatro paredes de mi casa no inspiraban nada.
No fue hasta 2022 cuando, después de probar con varias premisas y arrancar un par de novelas fallidas, decidí que mi historia tenía que suceder en un rodaje. Un making of. Me puse a escribir sobre un actor novato en una superproducción (Max). Sobre una directora con bloqueo creativo (Maya). Y sobre el hombre más poderoso de Hollywood obsesionado con la basura (Knack).
Tenía los personajes, pero no sabía qué hacer con ellos (como mucho les hacía bullying, pobre Max). Así que se me ocurrió un experimento: coger una de las películas que más me fascinan, El resplandor, y reescribirla. Cada escena sería un capítulo. Me serviría como guía. ¿Por qué El resplandor? Porque es un pozo sin fondo de misterios abiertos a mil interpretaciones. Porque es una peli que palpita, y algo tenía que hacer con ella.
Pero según iba avanzando me iba dando cuenta: lo mismo que mi protagonista, en El resplandor el protagonista también sufre bloqueo creativo y, lo mismo que ambos, yo también estuve confinado pensando que eso era ideal para la creatividad y descubriendo que en realidad era… una maldición.
Poco a poco fui descubriendo que estaba escribiendo una novela sobre el proceso creativo y sobre la pandemia. Sobre las fake news y las teorías illuminati. Sobre leyendas urbanas y fantasmas.
Me fui colando por esa grieta cada vez más abierta entre ambos universos (qué placer cuando se encuentra esa grieta), hasta el punto de que mi protagonista tomó el control de la historia y yo pasé a ser un espectador más. Lo que me estaba contando era una historia de terror (que es mucho más divertido que la comedia, por cierto). Como en unos campamentos de verano, estábamos explicándonos cuentos de miedo alrededor de una hoguera. Una hoguera, obvio, en la que lo que se quemaba era dinero.
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Autor: Xavi Daura. Título: Quemar dinero: La historia de la película más cara jamás contada. Editorial: Temas de hoy. Venta: Todostuslibros.
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