Guionista, cineasta, escritor de cómics, cofundador de la productora La Claqueta y director del Festival de Cine Iberoamericano, Manuel H. Martín (Huelva, 1980) se pasa ahora a la novela de ficción con una historia de vampiros inspirada en su tío Antonio, Rojo sangre.
Rojo sangre es una novela corta, escrita en tercera persona, en presente y con estilo directo, con un toque pulp, entre el drama y el género fantástico. «Es un relato de vampiros que versa sobre amores que nos pueden hacer daño, que ya no nos pertenecen y que debemos dejar marchar», explica el autor. La novela comienza con una tierna escena: los primeros minutos del día para María, una anciana que salta con dificultad de su cama para asearse, desayunar y poner en marcha su casa. Sueña despierta que comparte el café con Andrés, su marido, quien en realidad no puede moverse de la cama. Le quedan pocos días de vida, y María se aferra a su Cristo y a sus imágenes para soportar el trance. Una noche, una criatura horrible entra en el dormitorio y se posa junto a Andrés; María le dispara para proteger a su marido, y lo mata, pero no puede evitar que la respiración de Andrés se apague. Indefensa, la mujer contempla una increíble transformación.
Martín se sirvió del parón de la pandemia, a la que se enfrentó en soledad, para «disfrutar de la compañía de los libros, los cómics y las películas» que siempre le habían fascinado, y dedicar varias horas diarias a la escritura. «Fue entonces cuando rescaté una vieja historia del lugar más profundo de mi cajón de relatos olvidados; era un drama familiar que necesitaba una vuelta enorme», apunta. Y se puso a ello. «La escritura se convirtió en una tremenda luz contra oscuridades, nieblas, tormentas y pandemias. Quería disfrutar del proceso, a pesar del fondo triste del relato, y combinar, sin pudor, aquellos géneros y códigos narrativos que tanto disfrutaba cuando era niño». Por eso, Rojo sangre está dedicado al tío Antonio, la persona que le regalaba cómics y le llevaba al cine todos los sábados de su infancia, y mezcla en una danza drama, horror vampírico e incluso western, en una historia de amor terminal ambientada en Río Tinto (Huelva).
Como director, Martín ha realizado tres largometrajes documentales: Viaje más largo (2020), La vida en llamas (2015) y 30 años de oscuridad (2012), nominada a los Goya como Mejor Película Documental. «Me cuesta resistirme a la seducción perversa de los protagonistas de Carmilla, Drácula, Soy Leyenda, El misterio de Salem’s Lot, Entrevista con el vampiro o Déjame entrar», cita Martín, y al «tóxico romanticismo que hay en sus relatos: relaciones enfermizas, control mental, posesión física y amor malsano. Relatos de amor y muerte o de muerte y amor, según se mire».
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