El escritor y poeta oscense Manuel Vilas ha ganado el prestigioso Premio Nadal con su obra Nosotros, «una novela de amor» sobre la pérdida de un ser querido que sufre su protagonista, Irene.
Nada más proclamarse el veredicto del jurado, Vilas ha confesado que este «regalo de Reyes» es «el cumplimiento de un sueño» y que su gestación comenzó con una definición que hizo de novela el escritor Samuel Johnson en un Diccionario de la Lengua Inglesa en 1755: «La novela es un cuento que casi siempre habla de amor».
A Vilas le atrajo «esa idea de fusión de novela y amor», que además le ayudó a escribir Nosotros, que ha definido ante todo como «una novela de amor».
El título definitivo de la novela ganadora del Nadal, que Destino publicará el 1 de febrero, procede según su autor de «un maravilloso bolero que cantaban los Panchos y escribió el compositor cubano Pedro Junco, y que cuando lo escuchaba pensaba quiénes podrían ser los protagonistas de esas historias melodramáticas, nostálgicas y extraordinariamente melancólicas que se narran en los boleros«.
Tras esa inspiración inicial Vilas se sumergió en la escritura de la novela y construyó el personaje más consistente, Irene, «una mujer de 50 años que ha perdido al ser que amaba, pero que no admite haberlo perdido».
En esa disyuntiva, Irene emprende un desafío «contra la naturaleza, contra el tiempo, contra la muerte» para revivir su relación con el marido «a través de un ritual amoroso».
A su juicio, Nosotros narra «la historia de una mujer, el melodrama de una mujer apasionada, rebelde«, porque Vilas quiere pensar que es «una rebelde con causa».
En el transcurso de la novela, el lector va descubriendo a alguien que «construye esa utopía de la primera persona del plural, que contempla ese tránsito del yo al nosotros» y, anuncia, «hasta la última página la novela está cargada de sorpresas».
Irene creía que había estado viviendo una historia de amor durante veinte años perfecta pero ve como su mundo armónico con su marido se rompe de repente, y al no aceptar esa muerte afronta entonces «una insólita forma de vivir con él» durante un viaje por la costa mediterránea, por ciudades españolas, francesas e italianas.
A través de la imaginación y la fantasía de una mujer, el texto destila «una celebración de la vida».
La intención de Vilas con esta novela era «reivindicar el gran poder de la imaginación, de la ficción, para conducir a los seres humanos a los abismos, a los acantilados de la condición humana» y su deseo es que «esta novela que sale del corazón llegue a los corazones de los lectores».
Asegura Vilas que se ha convertido en un profesional literario del amor, porque como ser humano no ha encontrado otro sentimiento más relevante que explique mejor la condición humana, los anhelos y la dignidad de la vida.
En la misma velada, que ha recuperado su formato de cena literaria como antes de la pandemia, se ha dado a conocer el vencedor de la 55 edición del Premio Josep Pla de prosa en catalán, dotado con 10.000 euros, que ha recaído en la novelista Gemma Ventura Farré por su primera novela, La llei de l’hivern, que comparte con la del premio Nadal el tema de la pérdida, en este caso la de una joven sentada en la habitación donde agoniza su abuelo, su ser más querido.
En esa habitación, «la protagonista se interroga sobre el sentido de la vida», ha comentado la ganadora del Pla, que ha querido ofrecer «un homenaje a lo invisible, a la fuerza del pensamiento, de la imaginación, que nos permite inventarnos un amor o belleza».
La llei de l’hivern, que Destino publicará el 1 de febrero —posteriormente editará una versión en castellano— expresa también, según Ventura, «la ley de la naturaleza, como cuando en invierno caen las hojas de los árboles, que unos meses después vuelven a florecer».
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