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Más allá de los límites de la palabra: 22 años con Vicente Núñez

Más allá de los límites de la palabra: 22 años con Vicente Núñez

En medio de la creciente inestabilidad global, la tracción alentadora de la poesía se siente como un refugio. De maneras siempre impactantes, la lírica de Vicente Núñez (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1926-2002), nos insta a no perder de vista la maravilla de la actualidad a merced de los acontecimientos. Utiliza el inexplicable misterio del lenguaje para mostrar que nuestra existencia es tan misteriosa como inexplicable.

Dos recientes publicaciones, a cargo de la Diputación de Córdoba, han vuelto a poner de relieve la mágica yuxtaposición de lo sagrado y lo profano a la que recurre el prosista de El suicidio de las literaturas (2002), escritor al que la experiencia aporta profundidad y perspicacia, elevando nuestra autoestima. Nos referimos al cuadernillo didáctico Vida y obra de Vicente Núñez y el tratado Desde la otra azotea del ser.

Avanzar hacia el futuro después de los inconvenientes del pasado requiere de la resiliencia que fomenta el discurso lírico. Incurrir en los territorios extraños de este poeta andaluz de la segunda mitad del siglo XX, veintidós años después de su fallecimiento, nos permite cultivar la comunidad, hacer que sanen viejas heridas, crear espacios para una nueva unión que reemplace las divisiones pretéritas, presentes y venideras.

Ejercicios de manualidades

Se empeña el hacedor, vinculado al Grupo Cántico, en registrar las fragmentaciones del yo; su producción demuestra una perspicaz memoria, “un mosaico poético”, según la Profesora de Lengua Castellana y Literatura Beatriz Martínez Serrano, en su estudio Poley de mi pasión (2021). En la obra de Núñez, la seriedad intelectual se ve contrarrestada por una locuacidad encantadora: su voz es, sigue siendo anecdótica, irónicamente autocrítica.

"Se transmite así la impresionante escala de las profundidades del legado del coetáneo de Pablo García Baena, Ricardo Molina o Julio Aumente, tanto en el espacio como en el tiempo"

El opúsculo Vida y obra de Vicente Núñez aporta ramificaciones a largo plazo para el alumnado de 1º y 2ª de la ESO, remodelando una imagen que aporta luces de esperanza, al tiempo que busca formas de revertir tendencias revisionistas. Al subrayar las enseñanzas del poeta de Ocaso en Poley (1982), se denuncian, de paso las pseudorreveladoras falacias de nuestra posmodernidad.

En capítulos reflexivos, editados en colaboración con el IES Vicente Núñez, el CEP Priego-Montilla y la Fundación que lleva el nombre de nuestro protagonista, se interrogan la fetichización de la autenticidad que arrasa entre cierta clase de bohemia trotamunda: “Poetas, filósofos, políticos y otros personajes destacados eran recibidos por Núñez en la plaza octogonal de Aguilar de la Frontera, con quienes Núñez compartía una copa de vino”.

Se transmite así la impresionante escala de las profundidades del legado del coetáneo de Pablo García Baena, Ricardo Molina o Julio Aumente, tanto en el espacio como en el tiempo: “La inconfundible vestimenta vicentina consistía en abrigo, bufanda, libros bajo el brazo y cigarrillo en ristre”.

"Argumentos entretejidos nos conducen al creador de Rojo y sepia, formas de anudar, de unir los muchos hilos que nos atan a su memoria"

La importancia estructural de la reintegración se resalta en este libro que evoca las horizontales barras de un poema, ilustración de toda una trayectoria: “Sus primeros poemas son jaculatorias, oraciones, rezos con una cierta forma métrica, poemas con un sentido litúrgico, dirigidos a la divinidad”.

No duda el aforista de los Sofismas (2009) en enmarcar las minucias de los días y sentimientos cotidianos en su poesía. Argumentos entretejidos nos conducen al creador de Rojo y sepia (2007), formas de anudar, de unir los muchos hilos que nos atan a su memoria: “Es una constante en sus composiciones el recuerdo del pasado, con la idea de que vivir de recuerdos es vivir dos veces”.

En perpetua búsqueda de lo infinito

Este microensayo es un macrorecordatorio de que deberíamos empezar a mirar todas las cosas que no miramos, a hablar con los con los que no hablamos, una invitación a llegar a todas las conclusiones a las que no nos permitimos llegar porque estamos pendientes del móvil: “Vicente Núñez quiere llegar más allá de los límites de la razón, y denuncia la palabra como arma”, sostiene en su libro Rafael Gómez Gago.

"Gómez Gago percibe algo fundamental: la manifestación del sentimiento de ser uno mismo, frente a la permanente sensación de amenaza que distorsiona nuestra perspectiva sobre los asuntos universales"

Consciente de todos los mecanismos de compresión que se ponen en funcionamiento en la poesía del Medalla de Plata de las Letras Andaluzas 1990, la exégesis Desde la otra azotea del ser, del Licenciado en Humanidades y doctor por la Universidad de Córdoba, está llena de las intrahistorias de una producción, pero, lo que es más importante, del compromiso con el poder verbal que el aguilarense ejerce: “Disfrutar de la palabra, para llevarla al silencio”.

Recomendamos esta lectura de para regenerar almas y mentes. Frente a las continuas y renovadas crisis que permean y definen eso que a falta de mejor nombre denominamos estar informados, crónicas como esta profundizan en una solidaridad cultural que es más necesaria que nunca en nuestra era de burbujas mediáticas.

Sobrevive a esta diatriba letrada una intensa sensación de conexión con la prosa y la poesía del Premio Andalucía-Luis de Góngora y Argote de las Letras 2002 en la que “el poema se convierte en un grupo de indeterminaciones que el lector actualiza y estructura para llegar a un significado abierto, a una pluralidad semántica”.

"Nada más pertinente que regresar a las prácticas del reconocimiento de la mano del investigador en los departamentos de Literatura, Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba"

Gómez Gago percibe algo fundamental: la manifestación del sentimiento de ser uno mismo, frente a la permanente sensación de amenaza que distorsiona nuestra perspectiva sobre los asuntos universales, amplificando, al mismo tiempo, la sensación de peligro personal frente a “la paradoja de los metarelatos, que la postmodernidad rechaza, pero necesita para coexistir”.

Hoy que las redes sociales fomentan un constante e inmisericorde ejercicio comparativo de soledades afines, los argumentos de la exégesis pueden ser implacables: “El poema deja de tener sentido para quedarse en silencio y se convierte en un texto abierto desde el horizonte del lector”.

Volúmenes como este nos devuelven inmediatamente a nuestra condición lectora. Ahora que pasamos cada vez menos tiempo socializando en persona y cada vez más pegados a las pantallas, absorbidos por el vórtice aplastante de la autoestima, nada más pertinente que regresar a las prácticas del reconocimiento de la mano del investigador en los departamentos de Literatura, Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba: “Vicente Núñez reniega de la palabra para hacerse un ser por excelencia, un ser silencioso”.

Una guía para la eternidad

Como lo hacen una pandemia o una guerra, la contemporaneidad proyecta su sombra alargada, pero incluso en sombras seguimos asistiendo al milagro de estar vivos. En los libros de Vicente Núñez, con un lenguaje claro y emotivo, se exponen las luchas cotidianas (externas, pero también internas) a las que nos enfrentamos. Frente a lo que nos destruye lentamente, encontramos consuelo y tutoría en sus disquisiciones inadaptadas.

"El tono único de la escritura de Vicente Núñez y la amplitud de su visión hacen de su poesía un ente resonante e imperecedero"

Dos décadas y dos años después, sigue siendo la suya una práctica creativa aplicada que evoca la domesticidad, la frugalidad, la calidez y las relaciones entre hombres y mujeres. No es casualidad que esta Vida y obra, realizada por el grupo de trabajo del IES Vicente Núñez, coordinado por el profesor Manuel García Jiménez, evoque los ejercicios de manualidades que solíamos hacer en el colegio, terapia ocupacional que encuentra en el tejido de metáforas una guía para la eternidad.

A su vez, logra capturar el erudito Gómez Gago el concepto de genius loci —el espíritu de un lugar, que a menudo asociamos con connotaciones de protección y cuidado—: “El hombre para Heidegger y Núñez es un ser abocado a la muerte, pero está en perpetua búsqueda de lo infinito”.

El tono único de la escritura de Vicente Núñez y la amplitud de su visión hacen de su poesía un ente resonante e imperecedero. Sabe el doctor en Lenguas y Culturas que es revitalizante su mezcla de memorial, historia literaria y relato de viajes hacia el centro de la literatura del Premio de la Crítica de poesía castellana (1982), afanado en explorar el colapso de las categorías previo a las tentativas de recuperación.

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