Retratista desde hace años de la sociedad italiana con sus historias de género negro, el escritor Massimo Carlotto ha hablado con EFE de su nuevo título en España, Otro invierno llegará, una novela de corrupciones, chantajes y engaños que ubica en un idílico valle prealpino de su país.
Carlotto, tras participar en el festival literario MOT, rememora que esta ficción, en la que tiene mucho peso el marrón glacé, empezó a tomar forma después de que pasara unas semanas en el Val Seriana, junto a Bergamo, donde más muertes por covid se registraron al inicio de la pandemia, porque «los grandes propietarios de las fábricas de la zona se negaron a cerrarlas». A su juicio, este valle, igual que otros del norte de su país, «se han quedado anclados en los años sesenta del siglo pasado, con una concepción de clases y de dominio que persiste desde hace siglos, aunque antes fueran sociedades agrícolas y ahora industriales, pero los propietarios son siempre los mismos».
Observando lo que allí vio, comiendo con sus gentes, hablando con ellos, ha armado este artefacto sobre esta «Italia en pequeño» en la que «todo el mundo comete delitos, pequeñas ilegalidades». Para el escritor, que de joven formó parte de la organización de extrema izquierda Lotta Continua y que a los 19 años fue acusado de asesinato, pasando seis en prisión hasta que fue indultado en 1993 tras una prueba de ADN, en su país se ha creado «un sistema que ha establecido un puente entre las culturas criminales y mafiosas tradicionales con ámbitos de la sociedad, la política, el empresariado y las finanzas». Considera que Italia ha vivido en los últimos quince años «una especie de mutación en la que gente normal comete pequeños delitos, que ya no son especialidad únicamente de criminales». Ello consiste en «desde no pagar impuestos a llenar una casa vacía con residuos peligrosos con lo que supone de contaminación y de problemas para el futuro».
«La mafia —prosigue— ya no mata a nadie ahora, porque no tiene ninguna necesidad por este sistema que se ha creado. Tampoco creo que haya más criminales. Es, simplemente, gente normal que busca ganar más dinero de la peor manera. Desde los que tienen a paquistaníes esclavizados a los que se dedican a la cuestión alimentaria». En este punto, Carlotto advierte que «nadie va a la cárcel y hay quien está ganando mucho dinero, pero la gente cree que come mozzarella de la buena pero no lo es, piensa que bebe un buen vino y no, igual que ocurre con el aceite de oliva, el jamón o el queso parmesano».
Preguntado sobre si tiene miedo por escribir sobre estas cuestiones, señala que no, y añade que en su país «puedes escribir sobre lo que quieras, incluso si mañana mismo quiero publicar un libro sobre Silvio Berlusconi lo podría hacer en su editorial, porque habrá lectores y eso supondrá que la empresa gane dinero, es el capitalismo». Sin embargo, no rehuye que a nivel de televisión lo tiene mucho más complicado para aparecer porque este medio tiene muchos más espectadores que lectores.
Respecto a nuevos proyectos, avanza que en italiano acaba de publicar El francés, una historia que se centra en la prostitución, tras constatar que hay unos nueve millones de hombres italianos que «van de prostitutas» y también está trabajando en el guión de una película, un encargo que le hicieron hace unos meses. Además, está muy contento de que su novela La señora del martes se haya convertido en una obra de teatro, que está de gira por Italia.
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