Hay poca documentación y aún menos literatura sobre la época de la llegada de los americanos a la base naval de Rota, en los años 50, asegura la escritora Men Marías, que ambienta su novela La última Paloma en esta localidad en la que detrás de la «algarabía» se escondieron «historias muy turbias».
Fue en 1953 cuando Francisco Franco pactó con el Gobierno norteamericano y autorizó la instalación de cuatro bases —Rota, Torrejón de Ardoz, Zaragoza y Morón de la Frontera— a cambio de ayuda económica y militar. Cuando los marines estadounidenses llegaron a Rota, en este pueblo gaditano el agua procedía de los pozos y las calles se quedaban sin luz a la caída del sol. Pero en poco tiempo llegó a contar con 43 bares en una sola calle y prostitutas de todas las nacionalidades. La llegada de los marines vino acompañada de un importante influjo cultural, nueva música, nuevos alimentos, nuevas costumbres y una mentalidad abierta que chocaba de lleno con la de sus nuevos vecinos roteños.
La novela arranca en la actualidad con la aparición del cuerpo de una chica de 19 años, estudiante de periodismo, a la entrada de la base americana, salvajemente mutilada y con unas grandes alas cosidas a la espalda. La única pista que existe para resolver el crimen es la investigación que la joven realizaba sobre una de las chicas desaparecidas a la llegada de los marines norteamericanos, explica su autora. La novela se centra así, señala Men Marías, «en las desapariciones de mujeres que no se investigaron nunca, ya que la policía americana se dedicaba a encubrirlo todo y la nuestra (la española) directamente no funcionaba».
La sargento de la Guardia Civil Patria Santiago será la responsable de encontrar a su asesino, una vecina del pueblo a la que llaman «la Escaleras». «Patria es un personaje del que incluso yo tenía un poco de miedo… Asusta, mantiene una relación muy especial con el dolor fisico, que es el que me interesa trabajar. Ella se autolesiona, se hace cortes con una cuchilla, y este tipo de cuestiones, que son tan tabú socialmente, asustan al principio, pero es un personaje con el que lector va a empatizar», garantiza la escritora.
Pero no es solo la sargento sino gran parte de los personajes los que se valen del dolor físico para «paliar la irrealidad que sienten con respecto a sus propias personas», dice la autora. La violencia contra las mujeres está presente en toda su novela: «Cuando te pones a trabajar sobre determinados temas, sin querer acabas ahí. Sufren las mujeres, al final es siempre sobre las que recae todo, al final acabas ahí», dice.
Men Marías, Premio de Novela Martín Gaite 2017, considera que la novela negra es muy buen lugar de estudio para tratar fenómenos sociales y para investigar. «La buena novela negra tiene que ir al quién y al cómo, pero no quedarse solo en la anécdota. Tiene que centrarse también en la causa: ¿por qué una persona le quita la vida a otras?, ¿existen las personas malas o buenas, o es la necesidad la que nos convierte?», plantea. Para la propia escritora «todo el mundo tiene una parte muy oscura, y corresponde a ese ansia desesperada que tenemos todos de ser amados».
Men Marías incluye en su novela multitud de anécdotas relacionadas con la llegada de los americanos a Rota: el primer restaurante chino de España y el primer autocine de Europa, el tabaco de contrabando y la novedosa eau de toilette, las jovencitas haciendo cola cada vez que llegaban los marines para llevárselos del brazo… Y esas leyendas en torno a los americanos que circulaban por la zona, como que tenían un aparato para desviar las nubes o para hacer que lloviera en el pueblo a su antojo.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: