El escritor norteamericano Michael Connelly, que acaba de publicar en España Fuego nocturno, una nueva entrega de Harry Bosch junto con la detective Renée Ballard, confiesa que en sus novelas «siempre hay un mensaje político».
En una conferencia de prensa desde Florida, Connelly ha recordado que es un antiguo periodista y se siente periodista: «Intento reflejar lo que sucede en la cultura, la política, en la calle, en la ciudad y en este novela me aferré a un caso real».
Connelly habla con un grupo de detectives ya retirados para recabar historias y en Fuego nocturno (AdN) el punto de partida fue «el asesinato real de un sintecho», lo que le hizo pensar que «podía hablar del problema de los indigentes, que es una tragedia monumental en Los Ángeles».
Cuando era un detective de homicidios novato, Harry Bosch tuvo un mentor, John Jack Thompson, que le enseñó a tomarse el trabajo de forma personal y a ser tenaz para no dejar ni un caso sin resolver.
Al morir Thompson, tras su funeral, su viuda entrega a Bosch el informe de un asesinato que aquel se llevó consigo cuando dejó la Policía de Los Ángeles 20 años atrás: el caso abierto del asesinato de un joven con problemas en un callejón, usado para trapicheos de drogas.
Confiesa Connelly que no escribe sus libros para que el lector viaje por Los Ángeles pero «la situación en la ciudad es única y complicada» y a partir de su próxima novela su objetivo es «situar la acción en el momento en el que se escriben, algo que quizá tenga que ver con el antiguo periodista que era».
De este modo, esta próxima novela reflejará «la situación de la pandemia, el caso del asesinato de George Floyd y parte de la película que estamos viendo esta semana —en referencia a las elecciones norteamericanas—. Es una época interesante con cambios potentes«.
Connelly, que en su vida personal reside entre la demócrata California y la republicana Florida, intenta en sus novelas encontrar un equilibrio: «Aunque escribo sobre un detective que investiga, procuro dar mi punto de vista de manera subliminal, porque hay dos tipos de verdad, el hablar de un homicidio o de qué pasa cuando no puedes fiarte del presidente de Estados Unidos porque no dice la verdad«.
En ese trasfondo afloran desconfianzas hacia la policía, hacia el recuento de votos, por lo que sus novelas de Harry Bosch son «una declaración de intenciones y a la vez contienen un mensaje político».
El escritor cree que el gran lastre que deja Donald Trump es «la escasa confianza de la gente en los medios de comunicación, después de que el presidente intentara socavar su credibilidad».
Como antiguo periodista, Connelly llama a la prensa a «seguir luchando» y «a estar atentos y ser rigurosos, que es la función de los medios de comunicación» para que así «se recupere esa confianza en ellos».
Sobre las elecciones, Connelly respira con «alivio» pues «el peor temor eran las manifestaciones antiTrump si salía reelegido el presidente».
Fuego nocturno es la segunda entrega de Bosch con Ballard y confirma las intenciones de su creador: «Tomé la decisión de tener un personaje que va envejeciendo en tiempo real y he tenido suerte de hablar de él durante muchos años, pero se ha hecho mayor y ya no puede salir corriendo a cazar a los malos, por lo que necesitaba a alguien que pudiera asumir otros aspectos de la investigación que él no puede».
«Además de ser un complemento perfecto, Ballard permite extender la vida literaria de Harry Bosch», confiesa.
Parafraseando a Clint Eastwood, Connelly piensa que «una persona tiene que conocer sus límites y Harry Bosch los conoce y es suficientemente listo como para saber en qué espacios puede meterse y en cuáles no».
Connelly, que ya habló de los disturbios en Los Ángeles tras la muerte a manos de la policía de Rodney King en La caja negra, se ha topado ahora con las manifestaciones por George Floyd: «Está claro que no hemos avanzado mucho y ha sido descorazonador ver que continúa el racismo sistémico y que el ciclo se repite una y otra vez».
Admite Connelly que participar en la serie televisiva «Bosch» ha modificado su manera de escribir novelas: «Cuando escribes una novela estás dentro de la mente de alguien, mientras que en la serie aprendes a trabajar más con los diálogos, que han cobrado importancia en las novelas para hacer mover la acción».
Y ahora sus novelas contienen «más flashback, más escenas, y se extiende la acción a otros personajes. Se ha ampliado la manera de relatar la historia».
Preguntado por la pandemia, Connelly, que ha estado muy productivo, opina que «los escritores salen airosos del tema porque están más habituados a trabajar en soledad y tienen rutinas de confinamiento».
Sin embargo, confiesa que al principio de la pandemia, «con la incertidumbre y no poder confiar en lo que decía el gobierno», se paralizó durante tres semanas y no pudo escribir, «por primera vez en 40 años».
Sus siguientes novelas, una ya publicada en Estados Unidos y otra que aparecerá este noviembre, Fair Warning (de la serie de Jack McEvoy) y The Law of Innocence (de la serie Mickey Haller, the Lincoln Lawyer), aparcan de momento a Bosch, algo que Connelly se apresura a atribuir a «una casualidad, porque en 2021 habrá nueva novela de Bosch».
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