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Miguel Delibes, futbolista

Partido entre artistas del circo Feijoo y periodistas de Valladolid. Miguel Delibes 3º por la derecha, de pie.

Miguel Delibes escribió varios artículos de fútbol, deporte del que fue devoto practicante desde los once a los 45 años, según propia confesión. Tres artículos aparecen en su libro El otro fútbol, que Ediciones Destino reunió para la colección Destinolibro, volumen 181, en 1982. El asunto de dichos artículos proviene de la celebración de la Eurocopa de 1980, que le deparó al periodista menos vistosidad aún que el Mundial de Argentina de 1978. Esto es, que “el fútbol ofensivo ha perdido fuerza y se practica un fútbol de contención para no dejar jugar”.

El segundo artículo se titula El tema del fútbol y fue consecuencia del anterior, que recibió algunas opiniones encontradas. “En mi trabajo anterior había dos cosas claras. Primera, el espectáculo se ha terminado si nos obstinamos en seguir aferrados a las antiguas tretas para doblegar a una defensa, y, segunda, la debilidad del fútbol español resulta hoy incontestable frente al de los países del norte de Europa”. (Recuerdo que Delibes reclamaba entonces un cambio urgente en las tácticas, un golpe de timón, un despertar que se produjo al poco tiempo).

"Como entre los espectadores se encontraba Angelines de Castro, entonces novia del futuro escritor, éste pensaba emplearse a tope dejándose la piel en el envite, si fuera necesario"

El novelista actúa en estos artículos como un periodista que analiza la calidad del juego y se muestra con evidente sinceridad: “El fútbol actual se sirve en seco, sin salsa ni aderezo; de ahí su insulsez”.

Hay un tercer artículo, titulado Sobre el Mundial en el que insiste en que el fútbol actual (anterior a 1980) es mediocre.

Pero el más divertido de todos los escritos futbolísticos de nuestro admirado amigo lo encontramos en su libro Mi vida al aire libre (1989), en el capítulo II titulado Una larga carrera de futbolista, donde Delibes recuerda algunos momentos estelares de su deportividad. Especialmente señalamos la crónica del encuentro entre periodistas y artistas del circo Feijoo, donde estaban los hermanos Tonetti, que se habían retado por diversión. Hay foto, que aporto. Es un Delibes iniciático en las lides literarias (todavía no había ganado el Premio Nadal) y muy aficionado a los deportes. A la caza ya lo era porque de chico le llevaba su padre al campo, de cazata; y futbolista fue más voluntarioso que eficaz. Obsérvenlo en la foto (del año 1944), el tercero por la derecha de los que están de pie.

Si pudiera hablarme ahora, Miguel me diría: “A la media hora de partido, no podíamos ni con las botas”. No obstante dejó escrita la divertida reseña que resumo.

Como entre los espectadores se encontraba Angelines de Castro, entonces novia del futuro escritor, éste pensaba emplearse a tope dejándose la piel en el envite, si fuera necesario. Pero ocurrió algo muy significativo que Delibes cuenta con mucha gracia: “Salí, pues, muy decidido, pero en mi primera arrancada, después de driblar al mayor de los Tonetti, me entró un chino malabarista; no recuerdo dónde me puso la rodilla, pero me propinó un leve empellón y yo salí por los aires dando volteretas como proyectado por una ballesta”.

No escribió nada del resultado. Pero, para mí, que los brearon los circenses.

"La vida futbolística de Miguel Delibes terminó entre sus 35 y 45 años, de portero del Sedano F.C., equipo local de su pueblo de adopción, en Burgos"

En ese mismo libro dice también: “De mi primera etapa como espectador, anterior a 1934, conservo en la memoria imágenes imborrables, imágenes más nítidas que las de los goles que haya podido contemplar anteayer en la televisión”.

Para confirmar su lealtad al fútbol tenemos que afirmar que fue “socio infantil por una peseta y media, cantidad que mi padre se avino a pagar en lugar de las propinas dominicales. Esto es, el sacrificio que hicimos mis hermanos y yo por el fútbol es inimaginable: renunciamos al dinero de bolsillo, a cambio de poder acudir quincenalmente al estadio de la Plaza de Toros”. (Delibes habla en este recuerdo infantil de 1934, del campo de fútbol propiedad de la Sociedad Taurina situado junto a la plaza de toros, ya que el viejo estadio Zorrilla se inauguró en 1940).

La vida futbolística de Miguel Delibes terminó entre sus 35 y 45 años, de portero del Sedano F.C., equipo local de su pueblo de adopción, en Burgos, donde tenía casa y pasaba los veranos.

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Artículo publicado en El Norte de Castilla el día 17 de octubre de 2023 coincidiendo con el 104 aniversario del nacimiento de Miguel Delibes.

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