Fundadora del sello editorial Vaso Roto, ha sido una figura esencial en la poesía mexicana del último medio siglo, tanto como autora como en sus labores de edición y traducción. A continuación reproduzco Mina 1004, un poema de Jeannette L. Clariond.
Mina 1004, de Jeannette L. Clariond
Arder, yo vi a mi abuela arder.
Agosto. Chihuahua, 1956. Ella ardió,
su fuera y su dentro, ardió en la calle Mina 1004.
Vi a mi padre envolverla en una sábana, el colchón ardía;
las cortinas, la alfombra, su vestido
ennegrecieron. Todo lo recogió.
“No hagan ruido, su madre está cansada”.
Lo vi salir de luto esa tarde de agosto con su corbata negra.
La recogió. Ceniza y llanto recogió.
El humo de la abuela en el zaguán, las tías
sorbiendo ásperos los grumos del café.
Había que borrar lo oscuro que dolía,
disolver la sal, el llanto,
abrazarse y sofocar el temblor del viaje.
Escuchar a Paul Anka y en la falta de pulso
rayar el disco de 45 revoluciones por minuto.
Por instantes vivía, por instantes
todo fue púrpura: ella, el
cansancio, las frondas de los álamos. Después
el vidrio, el vidrio en el cedro,
el rostro quemado bajo el humo.
Ella, mi madre, también ardió. En lágrimas su sonrisa apagada:
“Arréglame el pelo, me dijo, déjame salir
a ver si ya está seca la ropa”.
Tuve miedo. De que sus pasos lentos no volvieran, de la tersura
de la hoja, del sigiloso carcomer,
del reseco peso de la hiedra, ya sin muro, del
florero en la cocina, sin flores. De ese cuarto ciego con su muerte tuve miedo.
De mí misma y el filtrarse del viento
que se llevaba el polvo de los sicomoros.
Que situación que describe el gran escritor maxicano Juan Rulfo premio Nobel de literatura cuenta en un reportaje que parte de su familia fué muerta por la llamada Cristiada ocurrida a principios del siglo veinte escribió cuentos diles que no me maten y no oyes ladrar los perros entre otros
Buen clima para todos, soy un escribano que use varías pistas para aterrizar como profesional por lo tanto no tengo una carrera específica, lo mio es poesía y poemas propositivos y testimoniales, soy Revolucionario con ideales del bienestar social comunitario, muy poco el género romántico me arraso, he escrito muy poco.
Pero quiero enviarle lo qué tengo.
¿Revolucionario? No tiene nada de romántico,