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Elizabeth Bugie y la estreptomicina
/abril 23, 2025/Sí, yo, como tú, vieja colega, me dediqué a la Microbiología. Y la disfruté. Siempre quise dedicarme a algo que satisficiera mi afán de conocer el mundo que me rodeaba. Desde pequeña me encantaba construir cualquier artilugio, abrir el interior de los aparatos para comprender su funcionamiento. Una máquina rota no era una catástrofe sino una oportunidad de aprendizaje y de disfrute. Porque esa era mi filosofía: emplear la curiosidad como un camino de alegría y placer hacia el conocimiento. Seguramente te preguntarás por qué fui bacterióloga y no física o ingeniera. Yo había nacido en el año 1920 y,…
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Daniel San: «Siempre hay una voluntad social»
/abril 23, 2025/En el núcleo del proceso creativo de Daniel San están sus libretas, pequeños cuadernos de viaje que atesora como reliquias de su arte. “Si las perdiera, me daría algo, tío, porque ahí sale todo: la estructura, los contenidos, incluso la estética”, confiesa. Cada una comienza con el lugar y la fecha —Madrid, Milán, Jaén—, un hábito que le permite rastrear a Daniel el origen de sus obras.
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La cuarta edad de Dioni Porta
/abril 23, 2025/En paralelo a la historia de estos tres ancianos, Porta propone una reflexión sobre la transformación de las ciudades, en especial sobre la desorientación que la gente mayor siente cada vez que un establecimiento de toda la vida echa el cierre, y sobre las relaciones entre los vecinos, concretamente sobre la necesidad de apoyarse los unos a los otros para hacer frente a las vicisitudes de la vida. Dioni Porta mantuvo una conversación con Álvaro Colomer en el marco de los “Diálogos online” que la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña / Associació Col·legial d’Escriptors de Catalunya) realiza con el…
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Sueño que sueño con ella
/abril 23, 2025/Me confesó que era el único hombre con quien se había planteado ser madre, ella tan guapa y lista, “que se merecía un príncipe o un dentista”. Yo le decía que era la única mujer por la que hubiera tenido el arrojo de tatuarme, quizás una estrella de mar, quizás una caracola. Al final, ni bebé ni un mísero garabato en la piel, tan solo nuestras fotos perdidas en la nube, los libros con sus dedicatorias escritas con tinta invisible, el armario huérfano de su olor y la pobre caracola —¡hola caracola!— que encontramos en aquella isla como resto del…
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