Inicio > Blogs > Ruritania > Montserrat Caballé, la gran señora de la ópera

Montserrat Caballé, la gran señora de la ópera

Montserrat Caballé, la gran señora de la ópera

En noviembre de 2023, la Comisión municipal competente en la materia decidió bautizar el mirador que se construirá próximamente en Barcelona, entre la calle Castillejos y la plaza de las Glòries, con el nombre de Freddie Mercury y Montserrat Caballé, en honor a ambos artistas y a la canción que interpretaron juntos en público en 1988 y que se convirtió —después del «Amigos para siempre»— en el himno de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Sin embargo, al Partido Popular el mirador le supo a poco y, en abril de 2024, su líder, Daniel Sirera, solicitó rebautizar la estación de Sants alegando que ni la sociedad catalana ni la barcelonesa habían “hecho justicia” a Montserrat Caballé. Sirera denunció que la soprano había sufrido “olvido y abandono” por parte de los gobiernos municipales.

Para Rosa Cullell, ex directora general del Liceu, Montserrat Caballé “no solo se merece la estación de Sants, sino muchísimo más. Ha sido una de las mejores sopranos del mundo. Me apena que cualquier reconocimiento llegue tarde. Merecía un homenaje en vida, pero murió en un momento políticamente complicado”.

"El mundo independentista comprobaba cómo una de sus divas se le escapaba, añadiendo además otra polémica que tenía que ver con un fraude fiscal de 508.562 euros"

Tanto la grandeza de su biografía como la calidad artística de la soprano española son unánimes, pero la discrepancia política sobre su figura se debe a una serie de polémicas que tuvieron lugar décadas antes de su muerte. Caballé llegó a cerrar la lista electoral de CiU por Barcelona en 1993. Posteriormente, matizaría su apoyo a la candidatura nacionalista, asegurando que solo lo hacía para avalar la figura de Miquel Roca, a quien respetaba especialmente. Tras la deriva independentista del partido de Jordi Pujol, se proclamó partidaria de la unidad de España: “Soy española de pura cepa, pese a quien le pese”. Y añadía: “Estoy muy feliz de haber nacido en Barcelona, de haberme casado con un aragonés, de que mi madre fuera valenciana y que mis hijos hayan estudiado en España”. El mundo independentista comprobaba cómo una de sus divas se le escapaba, añadiendo además otra polémica que tenía que ver con un fraude fiscal de 508.562 euros, que le costó a Montserrat Caballé una multa de 240.000 euros por parte de la Hacienda pública y una condena de seis meses de cárcel que en 2015 le impuso un juez de Barcelona por declarar fiscalmente en Andorra, cuando siempre había residido en la Ciudad Condal. No entró en prisión.

Finalmente, la Comisión de Transportes del Congreso de los Diputados aprobó a mediados de abril de 2024 la denominación de la estación de Sants como estación Montserrat Caballé. Solo votaron a favor de la propuesta PP y Vox, ERC votó en contra y las demás formaciones se abstuvieron. A pesar de que la iniciativa salió adelante, la decisión final le compete al Ministerio de Transportes que, a día de hoy, continúa estudiando la iniciativa parlamentaria.

"Cursó estudios de peritaje mercantil y trabajó en multitud de oficios, entre ellos como dependienta en una mercería cogiendo puntos a las medias. Además, consiguió aprender algo de inglés y francés"

Hija de Carlos Caballé Borrás, oriundo de Tarragona, y de la valenciana Ana Folch, María de Montserrat Bibiana Concepción Caballé Folch nació en Barcelona, en el barrio de Gracia, el 12 de abril de 1933. Narra su biografía que sus padres decidieron ponerle este nombre como consecuencia de una promesa hecha a la Virgen en un momento de su gestación en el que pareció peligrar la vida de la niña. De origen humilde, vivió en plena posguerra española y, gracias a su madre, quien le enseñaba conceptos básicos de solfeo, y a su tía, que tocaba el piano, comenzó a educar la voz. Asistió a su primer concierto a los 8 años, hasta que el industrial y político catalán Eusebi Bertrand decidió costear los estudios musicales a aquella joven prometedora, que veía peligrar su continuidad en el mundo del canto por falta de recursos económicos. Gracias al impulso decidido de Bertrand, que le valió una beca inicial de mil pesetas al mes, estudió diez años en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, terminando con Premio Extraordinario a los 21 años, en una actuación tan intensa que llegó a perder el conocimiento.

Montserrat y su familia pasaron muchas estrecheces. Con un padre enfermo, su familia llegó a sufrir un desahucio. “No podíamos pagar el alquiler y la Policía vino hasta tres veces a casa. Nos echaron y tuvimos que pasar la noche en Plaza Catalunya. Vimos amanecer”, contaba en una entrevista. Ella cursó estudios de peritaje mercantil y trabajó en multitud de oficios, entre ellos como dependienta en una mercería cogiendo puntos a las medias. Además, consiguió aprender algo de inglés y francés.

"En 1962 debutó oficialmente como soprano en el Liceo de Barcelona y, en 1964 contrajo matrimonio con el tenor Bernabé Martí, al que conoció interpretando Turandot"

Tras varias audiciones no muy esperanzadoras, pero sin perder la fe en su valía, la cantante encontró su recompensa al conseguir ingresar en la Ópera de Basilea. Allí acumuló un amplio repertorio, pero al trasladarse a la ciudad alemana de Bremen sintió la tentación de dejar la música. Muchos años después confesaría la falta de motivación que le producía aquel trabajo mecánico, en contraste con la alegría y el romanticismo vivido en la compañía suiza. Tal fue su depresión que su hermano y asesor artístico, Carles Caballé, le sugirió invertir un año en recuperar la ilusión antes de abandonar definitivamente. Y todo cambió en ese periodo, gracias a su férrea disciplina con la que compensó la amargura de Bremen, lo que la permitió hacerse un sitio privilegiado en la competitiva y exigente escena internacional.

En 1962 debutó oficialmente como soprano en el Liceo de Barcelona y en 1964 contrajo matrimonio con el tenor Bernabé Martí, al que conoció interpretando Turandot. De su unión nacieron dos hijos, Bernabé, empresario residente en Nueva York, y Montserrat, cantante lírica, que siguió los pasos de sus famosos padres.

Se podría decir que su primer éxito internacional tuvo lugar en 1965, cuando el 20 de abril sustituyó a Marilyn Horne, de baja por maternidad, en el papel de Lucrezia Borgia, en el Carnegie Hall de Nueva York. Se cuenta que algunos espectadores procedieron a devolver sus entradas, decepcionados por la sustitución de Horne; sin embargo, al ser informados de la portentosa voz de la Caballé, regresaron apresuradamente al teatro. La ovación final duró más de veinte abrumadores e inacabables minutos y la interpretación de la soprano española causó una auténtica revolución en el mundo de la ópera del momento. The New York Times al día siguiente publicaba: “Ninguna publicidad previa podía haber previsto el tremendo impacto que esta mujer de corte goyesco causaría en un público tan mimado operísticamente hablando. Cuando Caballé comenzó su primera aria hubo un cambio perceptible en el ambiente. Pareció por un momento que todo el mundo hubiese dejado de respirar. María Callas + Renata Tebaldi = Montserrat Caballé”.

"Barcelona se grabó en 1987, después de que, un año antes, Mercury declarara públicamente que quería conocer a la soprano española, a quien definió como la mejor voz de todos los seres humanos"

Representantes de los más importantes teatros de ópera y compañías discográficas estaban entre el público, y de la noche a la mañana Montserrat Caballé se vio lanzada a una imparable carrera internacional. Su repertorio fue inmenso, sus roles en escena superaron los cien y grabó más de ochenta títulos, además de un sinfín de actuaciones en directo. Cantó como solista con las más prestigiosas orquestas y directores como Herbert von Karajan, Leonard Berstein, Zubin Mehta, James Levine, Riccardo Muti y un largo etcétera.

Compartió escenario con José Carreras, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo, Jaume Aragall, Joan Pons, Alfredo Kraus o su propio marido, pero también se atrevió con la música ligera, acompañando a artistas como Frank Sinatra, Barbra Streisand, Vangelis o Sara Montiel. ¿Quién no recuerda ese «Hijo de la luna» interpretado con el grupo español Mecano? Como tampoco es posible olvidar su legendaria actuación en la Casa Blanca, en 1985, ante el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan.

Pero si una de sus actuaciones merece mención especial, esa es, sin duda, el dúo formado con Freddie Mercury para cantar «Barcelona» en la ceremonia de apertura de los únicos Juegos Olímpicos que han tenido lugar en España. La historia de esta canción es realmente especial. «Barcelona» se grabó en 1987, después de que, un año antes, Mercury declarara públicamente que quería conocer a la soprano española, a quien definió como “la mejor voz de todos los seres humanos”.

Ambos la interpretaron en directo en dos ocasiones. La primera en el club Ku, de Ibiza, el 29 de mayo de 1987, y la segunda dentro de los conciertos del Festival de la Nit de Barcelona, en octubre de 1988, con motivo de la llegada de la bandera olímpica a la capital española desde Seúl. El dúo eligió para la ocasión tres canciones: «How Can I Go On», «The Golden Boy» y «Barcelona». Esta fue la última actuación en directo de Mercury, quien falleció en 1991. Por tal motivo, Montserrat Caballé no pudo estar acompañada en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos por otra de las grandes voces de la historia de la música, y principal autor de «Barcelona». Pero juntos ofrecieron una canción legendaria y dejaron un legado al mundo que más de 30 años después sigue siendo recordada.

La suya fue, sin duda, una carrera de éxitos y una pasión por la música sin límites, incluso en la adversidad. En 2012 sufrió un ictus en Ekaterimburgo, durante una gira por Rusia, que le causó problemas de movilidad durante años. Aun así, ella aseguró que no pensaba retirarse nunca, y en 2013 protagonizó, desde la localidad de Pedraza y junto a Marta Sánchez, la Niña Pastori, Raphael y David Bustamante, el famoso anuncio de la Lotería de Navidad que la convirtió en un icono para las nuevas generaciones.

Aunque su voz ha sido escuchada en todos los grandes escenarios del mundo, Montserrat Caballé fue siempre la diva fiel al Gran Teatre del Liceu, donde inició su andadura en 1962 y en cuyo escenario actuó más de doscientas veces. “Me siento ufana por llevar el nombre del Liceo por todo el mundo”, declaraba, y en 2002 se convirtió en la primera mujer socia del elitista Círculo del Liceo, reservado en exclusiva a hombres durante sus 165 años de historia.

Cuando, en 1994, un pavoroso incendio destruyó el teatro, cantó emocionada entre sus ruinas y donó más de 35.000 euros para su reconstrucción.

"Dueña de tan singular calidad vocal, de un dominio perfecto de la técnica y de una especial sensibilidad e inspiración interpretativa, era también una mujer cercana, de gran humanidad y que siempre demostró un particular sentido del humor"

Vocalmente, Montserrat Caballé poseía una impresionante voz de soprano lírica, extremadamente potente, pero bella y plena al mismo tiempo, llena de dulzura, nitidez y mucha suavidad. Se caracterizaba además por un hermoso “pianissimo flotado” cuando alcanzaba sus registros más agudos, manteniendo una nota suave sostenida en el registro superior. Y es que este estilo resulta ser esencial en el repertorio vocal de cualquier soprano. Caballé consiguió establecer un estándar único: su pianissimo era sencillamente angelical. Su estilo era muy natural y su técnica tan discreta que apenas parecía respirar. Elevaba suavemente su voz a una nota alta y luego la dejaba flotar serenamente. A esto se le llama “virtuosismo lírico”. Semejante cualidad está al alcance de muy pocos.

Dueña de tan singular calidad vocal, de un dominio perfecto de la técnica y de una especial sensibilidad e inspiración interpretativa, era también una mujer cercana, de gran humanidad y que siempre demostró un particular sentido del humor. Fuerte, carismática, decidida y resiliente. Jamás se daba por vencida.

En los últimos años y cuando la mayoría de las sopranos reducen progresivamente su actividad artística, manteniendo solo algunos roles de su repertorio, Caballé, muy al contrario, se empeñó en la investigación de una serie de óperas ignoradas hasta entonces, que la llevó a incorporar a su repertorio personajes clásicos muy poco conocidos para el gran público. Con Maria Callas y Joan Sutherland compartió el entusiasmo por resucitar obras olvidadas, aunque el suyo la llevó más lejos que a cualquiera de ellas. La propia Callas, considerada por unanimidad la gran Norma del siglo XX, admitió en los años 70, poco antes de morir, que Caballé la había superado en esta famosa ópera de Bellini.

"En enero de 2012, el Gran Teatro del Liceo de Barcelona conmemoró el 50 aniversario de su debut con una exposición y un gran concierto"

Montserrat Caballé poseía tal número de premios y condecoraciones nacionales e internacionales que son difíciles de reproducir en este breve trabajo. Entre otros muchos, el Premio Príncipe de Asturias, la Banda de la Orden Civil de Alfonso X, el Lazo de Dama de Isabel la Católica, la Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya o la Medalla de Oro de la ciudad de Barcelona, a título póstumo. Poseía, entre otras muchas distinciones internacionales, la Gran Cruz de la Orden de la República Federal de Alemania, la Legión de Honor de Francia, la Dama di Gran Croce de la República Italiana y la Kamersängerin de la República de Austria. Además, fue Doctor Honoris Causa por las Universidades de Valencia, la Internacional Menéndez Pelayo y la Universidad de Barcelona. En 1974 fue nombrada Embajadora Honoraria de Naciones Unidas y, en 1991, Embajadora de la Paz, así como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO.

Sus premios discográficos son también innumerables, entre ellos Le Grans Prix du Disque, Echo Preis, Bamby, el Gramophon en Londres y un Grammy Latino en Las Vegas.

En enero de 2012, el Gran Teatro del Liceo de Barcelona conmemoró el 50º aniversario de su debut con una exposición y un gran concierto en el que Montserrat estuvo acompañada por amigos y colegas de trayectoria, además de la plana mayor de la política cultural española. Tras varios conciertos, aún en plena forma, Caballé se vio obligada a cancelar un recital en Gerona tras sufrir una caída que le provocó una fractura de húmero. En 1983 padeció una insuficiencia cardíaca y tres años después un tumor cerebral benigno. En 1996 fue operada de una hernia epigástrica, dolencia que la llevó al quirófano dos veces más. Estos problemas de salud fueron espaciando sus apariciones en público. Su última actuación tuvo lugar en agosto de 2014, en el marco del Festival de Música de Cambrils, en el que actuó junto a su hija Montserrat Martí.

El sábado 6 de octubre de 2018 fallecía en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona, a consecuencia de los problemas de vesícula biliar que sufría y que se habían agudizado en los últimos años.

Su viudo, el tenor Bernabé Martí, falleció en 2022, en su casa de Barcelona, a la edad de 93 años.

Su funeral reunió a líderes políticos y personalidades del mundo de la cultura en una ceremonia en la que su voz tuvo un protagonismo especial. La ceremonia, oficiada por tres sacerdotes, entre ellos el Padre Apel·les, comenzó poco después del mediodía con el «Ave Maria», que tantas veces cantó la soprano barcelonesa. Durante la misa sonó su voz en un pasaje de la ópera Rinaldo de Haendel, o interpretando un aria de la ópera La fuerza del destino, de Verdi. Mientras los feligreses comulgaban sonó otra de las arias preferidas de Caballé, «O mio babbino caro». Finalmente, el medio millar de personas, entre ellos muchos liceístas y la reina Sofía, aplaudieron durante varios minutos, lanzando “bravos” a la soprano fallecida.

"El 4 de diciembre de 2019 se constituyó la Fundación Montserrat Caballé, una fundación privada creada por su familia para estudiar su legado y continuar la labor docente que desarrolló la propia soprano"

En la primera fila de la sala se situaba la familia de la cantante, encabezada por su marido, Bernabé Martí, su hermano Carlos, su hija Montserrat Martí Caballé y su sobrina y representante en los últimos tiempos, Montserrat Caballé. En la emotiva ceremonia solo intervinieron su sobrina y su otorrino, Pedro Claórs, quien contó la siguiente anécdota: “Una vez Montserrat Caballé me dijo que no sabía si cuando muriese iría al cielo y yo le aseguré que así sería, después de todas las Ave Marías que había cantado”.

Terminada la ceremonia, el coche fúnebre, en el que se distinguían docenas de coronas de flores, desde el músico Vangelis o el FC Barcelona, se dirigió al cementerio de Sant Andreu, donde Montserrat Caballé sería enterrada en el panteón familiar, junto a sus padres.

El 4 de diciembre de 2019 se constituyó la Fundación Montserrat Caballé, una fundación privada creada por su familia para estudiar su legado y continuar la labor docente que desarrolló la propia soprano a través del Concurso Internacional de Canto. Dicha fundación era un sueño que tuvo la propia Caballé en sus últimos años. Al frente de la institución se mantuvo su viudo, Bernabé Martí, hasta su fallecimiento.

DEP Montserrat Caballé, la diva en estado puro, “la mejor voz de todos los seres humanos”. Gracias por habernos hecho tan felices.

4.8/5 (9 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios