Durante la lectura de Cuadernos ucranianos y rusos: Vida y muerte bajo el régimen soviético, un libro que habla de vidas y sucesos ocurridos, algunos, hace casi un siglo incluso y otros más recientemente, de repente se produce un hecho que convierte el texto en material de actualidad con motivo del presunto nuevo envenenamiento de un opositor político en Rusia. En realidad, el subtítulo de esta novela gráfica dice mucho más sobre lo que el lector encontrará entre sus páginas: muerte en vida bajo el auspicio de un régimen supuestamente disuelto.
El autor, uno de los mejores reporteros gráficos de la actualidad, recaba durante años, en sus viajes a Ucrania, Rusia y Siberia, historias y testimonios centrados en dos oscuros episodios de la antigua Unión Soviética y de la Rusia actual: la hambruna en Ucrania en la primera mitad del siglo XX y el asesinato de la periodista y activista rusa Anna Politkóvskaya a comienzos de este siglo.
En el libro, dividido en dos claras partes, la ucraniana y la rusa, Igort se zambulle en las historias desarmado, a pecho descubierto, sin remilgos ni escudos protectores. Quiere oír la verdad y contarla, por dura que sea.
En los Cuadernos ucranianos, las historias se suceden narradas con crudeza, historias individuales de testigos invisibles, de una verdad que hiere el entendimiento y desata la indignación. Como advierte el propio autor al inicio de esta primera parte, “son historias reales, de personas que me encontraba por casualidad por la calle…”.
Quizás lo único que se le pueda reprochar a esta primera parte es la falta de conexión narrativa a la hora de exponer estas historias individuales. En lo que no yerra el autor, sin embargo, es en poner el foco en las preguntas relevantes: cómo, quién, por qué… ocurrió la terrible hambruna que asoló todo un país a principios del siglo XX, y describe pormenorizadamente todo lo que padecieron (y han padecido a lo largo de sus vidas como consecuencia de esa cruel experiencia) esos supervivientes.
La segunda parte de este tomo, la de los Cuadernos rusos, se centra en la relevante figura rusa de la periodista y activista por los derechos humanos Anna Politkóvskaya.
Quien conozca un poco la historia reciente de Rusia sabrá, sin hacer spoiler, que esta valerosa mujer murió en 2006 tiroteada en el ascensor del edificio donde vivía. Un par de años antes sobrevivió a un intento de homicidio por envenenamiento. Aquí, el texto e ilustraciones de Igort se estiran hasta la actualidad de un país —supuestamente— democrático cuya larga lista de sospechosos envenenamientos se extiende hasta el último, recientemente conocido y llevado a cabo el pasado 20 de agosto.
La historia de Politkóvskaya está estrechamente ligada a Chechenia, un lugar que, como ella misma declararía, la hizo mejor persona. El lugar, sus habitantes, el sufrimiento y la desolación que allí se respiraban, la violación de derechos humanos que se cometían a diario por parte de las fuerzas especiales rusas en una guerra estéril y desigual. Todo ello, paradójicamente, la hicieron más sabia.
La periodista, incapaz de cerrar los ojos y mirar hacia otro lado, comienza a denunciar en sus crónicas periodísticas todas las atrocidades que le relatan y de las que también es testigo. Además, asiste a las víctimas chechenas y les ofrece ayuda legal por medio de su amigo y abogado Stanislav Markélov. Sus victorias en los tribunales y sus duros artículos en prensa comienzan a tener repercusión nacional e internacional. Se convierte en una persona non grata para las autoridades de su propio país.
Su lucha cobra un sentido de honor. A pesar de las amenazas que recibe y de las advertencias de sus amigos, Politkóvskaya es incapaz de abstraerse del conflicto checheno y responde ante sus amigos que cómo podría mirar a sus hijos a la cara si tirase la toalla. Nunca lo hará.
En Chechenia la conocen, la respetan… confían en ella. Por eso, las autoridades rusas acuden a Anna Politkóvskaya cuando un comando checheno toma por la fuerza como rehenes a cientos de civiles que se encontraban viendo un musical en el teatro Dubrovka de Moscú. El desenlace es desolador.
La capacidad gráfica del autor para relatar todas estas historias es sorprendente. Es capaz de impregnar de oscuridad y dramatismo los episodios más descarnados, o presentar ilustraciones más asépticas y agradables, concediendo mayor protagonismo al texto cuando se requiere. Hay incluso un gusto por el feísmo gráfico a la hora de narrar las miserias y atrocidades sufridas por las víctimas de ambos cuadernos.
Porque si de algo trata este libro es de víctimas, de millones de ellas, ya sea por haber nacido en un país y una época concretos, ya por defender los derechos humanos o por el simple hecho de anteponer su humanidad ante la barbarie.
Cuadernos ucranianos y rusos: Vida y muerte bajo el régimen soviético no es una simple novela gráfica, es un testimonio de las atrocidades que una democratura como la rusa es capaz de cometer incluso en nuestros días, al estilo de la ya disuelta —aunque todavía tan añorada por algunos— Unión Soviética casi 30 años atrás.
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Autor: Igort. Título: Cuadernos ucranianos y rusos: Vida y muerte bajo el régimen soviético. Editorial: Salamandra Graphic. Venta: Todostuslibros y Amazon
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