El poeta y ensayista polaco Adam Zagajewski, premio Princesa de Asturias, ha muerto a los 75 años, según ha anunciado la Fundación Princesa de Asturias en las redes sociales. Zagajewski murió este domingo en un hospital de Cracovia, según han publicado diversos medios de comunicación polacos.
Nacido en Lvov (actualmente Ucrania) el 21 de junio de 1945, estudió filosofía y psicología en Gliwice y Cracovia en la Universidad Jaguelónica, donde ejerció como profesor asistente. Es aquí donde se gestó la figura del poeta libertario, donde comienza a hacerse un nombre como uno de los máximos exponentes de la llamada Generación del 68 de Cracovia, en un contexto donde las letras debían ajustarse a las exigencias socialistas impuestas desde una Varsovia controlada por Moscú.
Zagajewski bebió de la tradición de la poesía polaca, y como otros intelectuales marcados por la azarosa historia de este país, pronto forma su propio grupo de poetas y se adentra en el peligroso terreno de la reivindicación política, al firmar varios manifiestos en los que se pide más libertad. En poemarios como Comunicado y Tienda de carne denunció la falsedad del lenguaje oficialista, demandando sinceridad en el discurso público. Sus obras fueron prohibidas por el régimen comunista, por lo que en 1982 tuvo que exiliarse primero a París y luego a Estados Unidos, país éste donde pudo trabajar como profesor en la Universidad de Chicago y, sobre todo, seguir escribiendo. El poeta no regresó a Cracovia hasta 2002.
Aunque participó en los movimientos por las libertades en su país, él mismo dejó claro en el exilio que su personalidad era «la de un disidente de los disidentes», que había descubierto que «la poesía está en otra parte, más allá de las inmediatas luchas partidistas, e incluso más allá de la rebelión —aun la más justificada— contra la tiranía». Mas allá de su poesía indomable frente al régimen comunista que caracterizó su obra en los años 70 y 80, en las últimas décadas sus poemarios pasaron a ser más contemplativos para adentrarse en el terreno de lo existencial con obras como Solidaridad y soledad o el poemario Antenas, donde muestra una fina sensibilidad estética. Brota ahora en su poesía la búsqueda de la belleza pero manteniendo dos constantes que le definen como poeta y como hombre: hondura humana y una fina sensibilidad estética.
De su bibliografía poética destacan Ir a Lvov (1985), Lienzo (1990), Tierra del fuego (1994), Deseo (1997), Anhelo (1999), Regreso (2003) o Antenas (2005). Estos dos últimos están recopilados por la editorial Acantilado bajo el título Antenas (2007). Entre sus ensayos cabe resaltar Dos ciudades (1995), En defensa del fervor (2002) o Solidaridad y soledad (1982). En 2012 apareció su poemario Mano invisible (2009). Es autor también de tres novelas y del libro de memorias En la belleza ajena (1998). En 2017 apareció el ensayo Releer a Rilke (2017), para él un poeta decisivo en su obra.
Zagajewski estuvo en Madrid en julio de 2015 con motivo de un homenaje que le dedicó el Instituto Polaco de Cultura. En aquella ocasión el autor dio su peculiar visión de la poesía: «La poesía tiene un valor extra solo cuando la vida humana está en peligro, cuando la sociedad está a punto de perecer. Quizá sea mejor para la poesía que no sea tan vital, tan necesaria».
Poseía además el Premio Europeo de Poesía 2010, por el conjunto de su obra y por haber divulgado la importancia de una Europa unida y de sus valores comunitarios, el Jean Améry de ensayo 2016. Era editor de la revista de literatura Zszyty, miembro de la Asociación de Escritores Polacos, y contaba con otros premios como el Vilenica (1996), el de la Fundación Konrad Adenauer (2002) o el Berliner o el Kurt Tucholsky.
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