Mujeres a la conquista del espacio público

Señoras fuera de casa comienza con la Guerra de la Independencia, en la que mujeres de toda condición se hicieron cargo de un papel al que no habían podido dedicarse: hubo mujeres en combate, hubo también mujeres en la retaguardia, existió la opción de que pudieran encargarse de una actividad que hasta entonces les había sido negada. Desde guerrilleras o enfermeras de guerra a mujeres que se enfrentaron directamente en el conflicto, como las conocidas Agustina de Aragón, Manuela Malasaña o Clara del Rey.

En conflictos como éste son numerosas las mujeres que asumieron el heroísmo como propio, al margen de su sexo: mujeres espía, como “La Rosita” o “La Vizcaína”.

El siguiente capítulo se centra en las primeras reivindicaciones de las mujeres, desde manifestaciones contra la trata de blancas a la presencia de mujeres en las tribunas del Congreso, pasando por la publicación del primer libro feminista español (La mujer y la sociedad, 1857, firmado con el pseudónimo de Rosa Marina).

En los últimos años del siglo XIX se dieron las primeras asociaciones femeninas, creadas a modo de espacio de debate. Es el periodo de esplendor de las primeras feministas españolas, como Pardo Bazán, Rosario de Acuña, Carmen de Burgos o Ángeles López de Ayala. Con las primeras publicaciones (trabajos periodísticos, ensayísticos y literarios) la presencia de la mujer en el debate público se hizo patente. Era el periodo en el que las sufragistas británicas lucharon por su derecho al voto. En España, en 1856, se publicó un manifiesto sufragista español del que se desconoce la procedencia.

Señoras fuera de casa repasa además las profesiones que, en aquel periodo, se permitían a las mujeres: enseñanza, sanidad… La autora de la obra recorre la evolución de la legislación que fue permitiendo de manera gradual el acceso de la mujer a puestos de trabajo como parteras, enfermeras, médicas… Trabajos alejados de su entorno doméstico.

La obra de Raquel Sánchez se detiene en las mujeres empresarias, mujeres que han desempeñado puestos de responsabilidad en la empresa, sobre todo en los sectores en los que la mujer ha jugado un papel más significativo: el editorial y el textil. La obra rescata también las voces femeninas más destacadas en el arte y la literatura. Subraya algunas pintoras que ya en el siglo XVIII fueron académicas de honor y de mérito en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, así como mujeres escritoras que llegaron a firmar con pseudónimo (Matilde Cherner firmó como Rafael Luna o Cecilia Böhl como Fernán Caballero) o con el apellido de su marido, aunque en la mayoría de las ocasiones no llegaron a obtener el reconocimiento que merecían. Gertrudis Gómez de Avellaneda fue rechazada en la RAE, y años después Emilia Pardo Bazán sufrió el mismo rechazo.

La obra concluye repasando el acceso de las mujeres al mundo del espectáculo. Todas las mujeres que en esta época se dedicaron al entretenimiento o a las artes escénicas fueron tachadas de “libertinas”. Desde el reinado de Isabel II la mujer buscó la profesionalización en el trabajo actoral. Actrices como Matilde Díaz, Teodora Lamadrid, Elisa Mendoza, Elisa Boldún o María Tubau encuentran justo homenaje en las páginas de esta obra. Otras, como María Guerrero, destacaron no sólo por su trabajo interpretativo, sino por su avezado papel en los negocios teatrales.

En definitiva Señoras fuera de casa de Raquel Sánchez es un catálogo imprescindible de mujeres que saltaron las barreras del espacio doméstico. Mujeres excepcionales que, desde todos los ámbitos de lo público, abrieron el camino para otras mujeres. Mujeres que crearon y profesionalizaron oficios que hasta el momento no se ajustaban a ellas. Mujeres que desarrollaron sus trayectorias profesionales al margen de la norma de la época, lucharon en todos los frentes posibles, buscando incansablemente la conquista del espacio público.

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Autora: Raquel Sánchez. Título: Señoras fuera de casa. Editorial: Catarata. Venta: Amazon, Fnac y Casa del Libro