Beatriz —la protagonista de Yeguas exhaustas (Pepitas de calabaza, 2023)— no siente dolores inmensos cuando le baja la regla ni concede importancia a las alertas que un maltrato en ciernes le está enviando.
Beatriz —cuya voz nos guía en este galope de dos yeguas— abre esta novela a la generación que la precede: su madre es la yegua cansada a la que rinde continuamente tributo, una mujer que se deslomó para conseguir un mejor futuro para su hija y que, por medio de silencios, derramó una vida entera.
Yeguas exhaustas es la historia de Beatriz y, atendiendo a su envés, la de su madre. Esta novela es una historia de certezas y de sangre: de certezas sobre la conciencia de clase. Beatriz —en buena parte de su trayectoria— desea subirse a ese ascensor social y económicamente por medio de su trabajo lingüístico y docente. Es también una historia de sangre, de dolor, de maltrato, de las deudas que nos quedan por pagar a nuestros progenitores.
Es este valiente texto de Collado un vibrante ejercicio de honestidad. Es esta novela un puñetazo que tambalea las mesas de novedades. Yeguas exhaustas es ficción y no lo es: todos vivimos atravesados —atormentados— por las certezas de que todo será igual, de que existimos marcados por la clase en la que nacemos, como animales señalados por un hierro candente, como si en vez de pendientes nos adornásemos con crótalos.
Este amplísimo y directo monólogo de Beatriz es, en realidad, un punzante diálogo con el lector, un texto hiriente, una estocada narrativa que se lanza desde las páginas editadas por Pepitas de Calabaza. Yeguas exhaustas es la autocrítica a una generación que deambuló entre lo que se esperaba de ellos (aquella promesa que nunca encontró su momento, aquella promesa de vida que se derramó sin ser disfrutada) y lo que la sociedad le permitió llegar a ser.
Yeguas exhaustas es la narración de los excitantes años 90, el regreso de los casetes, el “sueño contigo” de Camela a voz en grito en las verbenas, es un viaje sin pudor a la memoria personal de una adolescente. Esta literatura sin rubor que nos concede Collado en Yeguas exhaustas se adhiere a nuestros brazos y nuestros pechos, nos devuelve a la certidumbre dolorosa del presente, donde nos reconocemos en el cansancio de estas mujeres, en sus vidas bregadas por el sufrimiento, en sus sueños coartados por la lucha imposible por superar la conciencia de clase. Esa conciencia que no nos importa pero que, en realidad, nos acaba marcando a todos.
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Autora: Bibiana Collado Cabrera. Título: Yeguas exhaustas. Editorial: Pepitas de Calabaza & Los Aciertos. Venta: Todostuslibros.
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