Poca gente conoce, por el momento, que en Barcelona está el único museo dedicado a nivel internacional e íntegramente a la saga Alien. Un espacio cálido, acogedor para quienes sentimos devoción por los xenomorfos que idearon Dan O’Bannon, Ronald Shusett y que dieron forma Ridley Scott y, sobre todo, H.R. Giger, allá por 1979. Todos ellos cambiaron la manera de narrar el terror y reformularon las fronteras de la ciencia ficción. El museo Alien sigue este rastro como nadie y cada una de sus parcelas y rincones destila amor e incondicionalidad por la franquicia que contagia, sin dudarlo, a quien lo visita. El espacio es un homenaje didáctico y fiel, empezando por esa maravillosa recreación de la Nostromo que hace las veces de espacio museístico en los primeros tramos de la exposición. Y es que cuando se da el primer paso en ella, tras cerrar las puertas de entrada al museo, la respiración se corta súbitamente al adentrarse en esas cámaras de una Nostromo plenamente restablecida para la ocasión. Una recreación bellísima, impresionante y fiel, cabe apuntar.
Y no es fácil lanzar un proyecto como este. Pese a la popularidad de la franquicia, y sobre todo, con el reflorecimiento de sus laureles a raíz de Alien: Romulus, y pese a que pueda parecer lo contrario, no estamos ante un fenómeno de masas. Hace años que Alien deambula por la cultura popular de forma ambivalente, insegura, ya que la relevancia de antaño parece no acabar de conectar con las nuevas generaciones (sobre todo, aquellas que se formaron en la saga a través de Alien Resurrection o las Alien vs Predator). Tras Alien vs Predator 2, la saga estaba más que finiquitada, e incluso tras el fracaso comercial de Alien Covenant, podría decirse que se abría un abismo insalvable entre la saga y sus (potenciales) seguidores.
Por ese motivo, hay que destacar el deseo de Luis Nostromo y Vicenç Botella, un deseo que trasciende la devoción puesto que verdaderamente el objetivo de su propuesta es compartir una pasión que les atraviesa radicalmente. Y les atraviesa tanto que el siguiente paso de su aventura es un proyecto todavía más ambicioso y fascinante si cabe (en este caso hay que destacar que a Vicenç y a Luis les acompañan en la aventura Carles Marsal y Octavi Pujades): el primer museo de ciencia ficción en Barcelona. Es decir, el objetivo, por un lado, es ampliar las actuales infraestructuras del museo Alien, y así convertirlo en un espacio de referencia absoluta a nivel internacional y, por el otro, dedicar un espacio expositivo importante para películas como Dune, La Cosa o Predator.
Para ello, en breve abrirán un crowdfunding con el objetivo de llegar a la suma económica necesaria que les permitirá abrir este espacio que, sin ninguna duda, se convertirá en referencial para quienes amamos el género fantástico y la ciencia ficción.
Más información sobre el crowdfunding.
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