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Navajeros, en La ley de la calle (VII)

Navajeros, en La ley de la calle (VII)

La ley de la calle, en sus comienzos llamado Crónica en negro, fue un programa mítico de RNE que durante varios años, desde finales de los 80 a mediados de los 90, los viernes por la noche, concitó una enorme expectación, con elevados niveles de audiencia que le hicieron ganar, entre otros galardones, un prestigioso premio Ondas.

Dirigido por Arturo Pérez-Reverte y presentado por éste y la periodista Maite Pascual, por primera vez se planteó en directo, en los medios informativos españoles, la calle pura y dura, la delincuencia, la vida carcelaria y marginal, la droga, el delito y sus autores y protagonistas, con descarnada crudeza, sin eufemismos ni paños calientes. Acabaron completando el equipo de redacción, además de los reporteros que recorrían la noche de las diversas ciudades de España, un policía, Manolo, un estafador, Ángel, una prostituta, Ruth, y un drogadicto, Juan, cuyas intervenciones hoy serían consideradas políticamente incorrectas y, sin duda, censuradas. Más de treinta años después, Zenda ha conseguido recuperar un buen número de esos programas, que ofrece a sus lectores en el siguiente reproductor:

La ley de la calle (VII)

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Este programa, emitido el 22 de julio de 1989, incluye un reportaje sobre un mundo peligroso, el de los depredadores del asfalto, los navajeros, choros, adictos a la droga o simples profesionales del estilete que se ganan la vida acechando a la gente en las esquinas, en los callejones oscuros, ojo avizor siempre cerca de los cajeros automáticos.

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Francisco Brun
1 mes hace

Escuchando estos programas surge un aspecto que si bien no tiene que ver con los temas que se tratan, a mi me parece algo fantásticamente curioso, es el poder de la radio.
A pesar de los avances tecnológicos, como la tv, e internet, la radio parece ser indestructible.
Conversación con Gemini
Historia de la radio
La historia de la radio es un viaje fascinante que abarca más de un siglo, desde sus humildes comienzos como un experimento científico hasta su papel fundamental en la comunicación y el entretenimiento modernos. Aquí hay una visión general de los hitos clave:
Los Primeros Pasos (Finales del Siglo XIX):
Heinrich Hertz (1887): El físico alemán demostró la existencia de ondas electromagnéticas, la base de la tecnología de radio.
Nikola Tesla y Guglielmo Marconi: Ambos jugaron roles cruciales en el desarrollo de la transmisión inalámbrica. Tesla con sus patentes y demostraciones de comunicación inalámbrica, y Marconi con la primera transmisión de radio transatlántica en 1901.
La Era de la Radiodifusión (Principios del Siglo XX):
Reginald Fessenden (1906): Realizó la primera transmisión de radio de voz, enviando un programa de música y voz en Nochebuena.
La Primera Guerra Mundial: Impulsó el desarrollo de la tecnología de radio para fines militares.
La década de 1920: Marcó el inicio de la radiodifusión comercial, con estaciones como KDKA en Pittsburgh transmitiendo programas regulares de noticias, música y entretenimiento.
La Edad de Oro de la Radio (Décadas de 1930 y 1940):
La radio se convirtió en la principal fuente de entretenimiento y noticias para millones de personas en todo el mundo.
Surgieron programas de radio populares como dramas, comedias, programas de variedades y noticias.
La radio jugó un papel crucial durante la Segunda Guerra Mundial, transmitiendo noticias y propaganda.
Me contaban mis padres que en su juventud, las familias se juntaban por las noches en torno a la radio para escuchar programas; incluso yo (que viejo estoy) recuerdo a una tía que escuchaba una novela por radio, que era un melodrama infernal en donde los efectos de sonidos hoy nos darían gracia: el viento que golpea un postigo, el galope de un caballo, lo hacían en forma rudimentaria, pero la imaginación de los oyentes mejoraba todo y la historia tomaba cuerpo. Eran voces de artistas desconocidos que el público los imaginaba de acuerdo a su papel, tal vez una voz gruesa de un hombre algo bajo, pelado y con algunos kilos de más, se imaginaba como a un príncipe gallardo, alto y rubio.
Un tema que es y será parte de nuestra vida hasta el fin de la historia es el entretenimiento y sus medios, su impacto en las costumbres de los seres humanos, el negocio, su industria, su tecnología; pero la radio posee esa magia que otros medios no tienen, ella tiene la virtud de hacernos compañía, incluso cuando realizamos otra actividad, sobretodo las manuales como dibujar, pintar, o manejar un taxi. Una voz, un buen disc jockey, o la forma en cómo narrar una historia, se transforma en un verdadero espectáculo para uno solo de nuestros sentidos, la audición.
Para mí, cuando terminaba mi jornada de trabajo, regresando a casa, escuchaba la radio en mi automóvil y me resultaba reconfortante, música, noticias, el estado del tiempo, el tránsito, al encenderla me conectaba con la vida de mi ciudad; no creo que la radio se pierda jamás, continuará siendo esa compañía indispensable para la soledad que impera en nuestras populosas ciudades, somos habitantes desconocidos, anónimos, que encontramos en la radio, ese punto de encuentro que nos identifica como personas civilizadas.