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No desalentar nunca

Tenía veinticinco años cuando comenzó a dedicarse al periodismo. Tres años después empezó a ir al Congreso para escribir las crónicas de El Confidencial Digital. Año y medio más tarde fue el redactor jefe de cultura en La Gaceta. En esos años comenzó a escribir apuntes, notas, vivencias que iban tomando forma de dietario. Ignacio Peyró, traductor, periodista, director actualmente del Instituto Cervantes en Londres, autor de Pompa y circunstancia y Comimos y bebimos, ha reunido en un libro esas anotaciones que escribió desde 2006 hasta finales de 2011, momento en el que fue llamado a la Moncloa para hacer trabajos de comunicación. Ya sentarás cabeza lo ha titulado. Y añade este subtítulo: Cuando fuimos periodistas (2006-2011). Él mismo resume así el contenido de estas páginas:

“notas en los márgenes de la vida, personajes, pasiones, lecturas, pretensiones, pájaros de juventud, alguna estampa política, alguna reflexión sociológica, algún comentario literario: quizá lo propio de un muchacho que quería escribir pero necesitaba que alguien le dijera si era escritor” (p. 12).

Esas anotaciones no están transcritas literalmente. Han transcurrido más de diez años desde que se escribieron y el autor ha llevado a cabo una revisión, dejando muchas páginas fuera y corrigiendo otras.

"El libro manifiesta un estilo personal propio y la madurez de un escritor, a pesar de la juventud en la que fue escrito"

Los textos de los primeros años reflejan a un joven que ha terminado los estudios universitarios y está buscándose la vida: el trabajo, el amor, la noche con la esperanza de alguna vaga promesa, las lecturas, los viajes, comidas de contactos laborales, “la incógnita del futuro” (p. 62). A partir de 2009 incorpora comentarios sobre políticos, cuando el autor trabajó como corresponsal en el Congreso. En esas páginas, que pertenecen a un pasado reciente y sin embargo tan arcaico, apunta definiciones afiladas a derecha e izquierda. Dice de Esperanza Aguirre: “más mala que dura y más dura que lista” (p. 207). Califica a Anasagasti de “petulante”; a Tardá de “zopenco”; y aventura que “Zapatero no quedará ni como nombre de queso”, aunque la realidad es que hoy seguimos viviendo en la estrategia política que él puso en marcha.

Ignacio Peyró expresa juicios de valor de forma directa. Las personas con las que trabaja, los escritores, los políticos son calificados abiertamente, aunque en ocasiones difumina sus nombres usando sólo una letra mayúscula, para desvelar/encubrir a la persona a la que se refiere.

Estas páginas revelan que el autor es persona de muchas lecturas. Si el libro llevara un índice onomástico, impresionaría el número de autores que se citan, que muestran que Peyró tiene una formación literaria amplia y abierta. Esa es la base que explica la prosa sugerente, las imágenes certeras con las que define cada situación, los aforismos, los retratos literarios de muchas de las personas que se citan. En estos textos hay introspección, emociones, intimidad, pero solo en la medida justa en la que sugieren estados de ánimo sin sentimentalismo alguno. Y en conjunto, el libro manifiesta un estilo personal propio y la madurez de un escritor, a pesar de la juventud en la que fue escrito.

Ya sentarás cabeza se sitúa en el contexto de la literatura española contemporánea en el que ha resurgido el género memorial con una extraordinaria calidad. Peyró se declara firme defensor de la literatura del yo. Confiesa que le hubiera gustado, como a Josep Pla.

"Hay un tono de celebración de la vida, no exento de ironía"

“vivir en un ambiente literario caracterizado por una gran profusión de documentos personales: memorias, recuerdos, reminiscencias (…) biografías, correspondencias, retratos literarios”.

Algunos de los autores de referencia en este género que están en el entorno de este libro son: el mismo Pla, Valentí Puig, José Carlos Llop, Trapiello, García Martín, Vidal-Folch, Sánchez-Ostiz.

Aunque enraizado en ese contexto literario, Peyró tiene su propio modo de tratar la realidad, que definen unas características propias de este dietario. Señalaré tres. En estas páginas está el retrato de un grupo social: las gentes del barrio de Salamanca de Madrid. Escribe: “la vida es injusta también cuando nos favorece” (p. 140). En segundo  lugar este libro es una inteligente radiografía de la época actual. “La forma contemporánea del infierno es la banalidad”, resume. Y más adelante añade: “lo más irritante de la época no es su crueldad, ni su vulgaridad, ni su ligereza: lo peor es su ñoñería, ese sentimentalismo insultante” (p. 328). Y en tercer lugar, Ya sentarás cabeza se caracteriza por retratar la vivencia de una juventud afrontada con optimismo, a pesar de las incertidumbres y de los sinsabores. Hay un tono de celebración de la vida, no exento de ironía, en estas páginas que están escritas para “no dar coartada filosófica a la amargura”, “para recordar el único deber de no desalentar, de no desesperar nunca”.

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Autor: Ignacio Peyró. TítuloYa sentarás la cabeza. Editorial: Libros del Asteroide. Venta: Todostuslibros y Amazon

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