No hay quinto malo

Follett ha demostrado dominar el proceso de convertir un libro en un gran éxito, gracias al empleo de multitud de mecanismos emocionales. Todo alrededor de la construcción de la obra está destinado, de manera sencilla y efectiva, a atrapar al lector con una narración sobresaliente, un ritmo endiablado y un dramatismo espectacular, en donde el manejo de los personajes es excepcional y en el que priman, por encima de la propia narración, la emoción y los sentimientos. Hay protagonistas buenos, honrados, listos e irónicos que se enfrentan a personajes pérfidos, que demuestran ser tan talentosos y dignos rivales de esos atractivos héroes que describe el autor; en ningún momento la narración se puede considerar maniqueísta, sólo son personajes dotados de unas características que tienen por objeto desencadenar engranajes que atrapen al lector. Todo a lo largo de la historia, bien sea amor, guerra, honradez, vileza, aventura, venganza, sexo etc., posee una descripción sobresaliente que lleva al lector en volandas hasta el final. Estas características constituyen la marca común de las cinco novelas. Es indudable que al lector de Follett no le importa que su literatura sea comercial, que lo es y mucho, lo que le importa es que el autor sea capaz de hacerle disfrutar con sus intrincadas tramas de ficción que se desarrollan en unos escenarios llenos de historia y con una etnografía rigurosa.

A lo largo de más de tres décadas, cincuenta millones de ejemplares, traducidos a más de 30 idiomas, cinco libros, series de televisión, etc., han servido para Ken Follett llegase a convertirse en un fenómeno mundial por crear una fórmula literaria abonada al éxito que recorre ocho siglos de la historia de Gran Bretaña y de Europa. En la saga combina, de manera acertada y creíble, personajes ficticios y reales, situando el conjunto en medio de acontecimientos históricos y dotando a las escenas de gran credibilidad. Follett es riguroso en cuanto al contexto histórico, a las instituciones a través de las que se rigen las ciudades, a la forma de vestirse, a como se alimentan, a cuáles son los fundamentos del comercio y la artesanía, a como se desarrollan y se implantan los avances tecnológicos, a como son las instituciones religiosas en cada uno de los momentos de sus historias.

En esta nueva entrega de la saga, Follett pone énfasis en desvelar la tragedia humana que acompaña a la incorporación de las máquinas a los procesos industriales, concretamente a los procesos de fabricación textil por los que siempre ha sido conocida la comarca donde se encuentra situada la ciudad de Kingsbridge. El autor describe con minuciosidad, entre otros, el conflicto que se desata entre los trabajadores, los patrones y el gobierno con el nacimiento de las primeras máquinas y como afecta a la convivencia la irrupción de la Revolución Industrial. En Inglaterra, el parlamento y los juzgados están dominados por los aristócratas y los potentados industriales; se legisla y se juzga en contra de los trabajadores, fomentando condiciones laborales que podrían considerarse esclavistas, que solo les permiten malvivir, con una censura que coarta y castiga las libertades de los trabajadores, en especial la libertad de expresión y el asociacionismo. Otro de los pilares del libro lo constituye el pormenorizado análisis que el autor hace de la influencia que tiene en la vida de los habitantes de Kingsbridge los mas de 20 años de la guerra que asoló Europa, y que enfrentó a los aliados europeos contra la Francia republicana del emperador Napoleón I.

Ken Follett dedica, de manera emocionada y sentida, al principio de La armadura de la luz, a “los miles y miles de historiadores que investigan y se encierran en bibliotecas para sacar a la luz manuscritos milenarios, tratando de desentrañar lenguas muertas codificadas en misteriosos jeroglíficos (…) sin ellos no entenderíamos el mundo del que venimos, y eso haría más difícil saber hacia dónde vamos”. Trabajo imprescindible para que autores de novela histórica puedan escribir obras rigurosas y fieles a lo que ocurrió en el pasado.

Para esta última entrega de la saga creo que viene muy bien el aforismo taurino que dice “no hay quinto malo”, por todos es conocido que hace referencia al hecho de que “lo mejor puede ocurrir al final”. Espero con sinceridad que no se hayan acabado las historias de Kingsbridge y encontrar, más pronto que tarde, una próxima entrega con la que los lectores podamos seguir disfrutando de la monumental saga de Los pilares de la Tierra.         

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Autor: Ken Follett. Título: La armadura de la luz. Saga Los pilares de la Tierra. Traducción: Anuvela. Editorial: Plaza y Janés. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.