El libro ¡Oh! Dejad que la palabra rompa el vaso recoge una muestra de las voces que durante quince años han ido conformando la Colección Poesía de Vaso Roto Ediciones, conjunto que nace con vocación zahorí y el muy preciso anhelo de descubrir y difundir obras que, con el paso del tiempo, devendrán clásicas e imprescindibles. Un volumen en el que el lector novel puede adentrarse en el mundo de la poesía de la mano de grandes poetas y el lector avezado descubra nuevos caminos a sus anteriores hallazgos. Así, en el libro conviven voces de poetas desde Anne Carson, Joumanna Haddad o Chantal Maillard a Adonis, Clara Janés, Antonio Gamoneda o Charles Wright. El artista Víctor Ramírez también acompaña con sus dibujos las voces recopiladas.
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Me levanté y pregunté al alba por ti: ¿se ha despertado ya?
Vi tu rostro en torno a la casa, dibujado
En cada rama. Di la espalda al alba
y pregunté al rocío de las ramas:
“¿Ha llegado
O es un sueño?”
Pregunté al sol si había leído tus pasos
Si habías acariciado la puerta,
cómo se iban
a tu lado las flores de la casa t los árboles.
A punto estuve de partirme en dos:
mi sangre está allí y aquí está mi cuerpo – una hoja
que la llama arrastra en la sequedad del mundo.
Adonis
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en la carne de ayer
aunque de la conciencia
pase al olvido
queda
la huella
rastro
a ras de alma
dormir
es estar en vela
vivir
es carne
a cada instante
y el anhelo
mura
por una mirada
nada va a suceder
estar aquí lo es todo
y ya no es
Clara Janés, Orbes del sueño
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Canción del solitario
Cargado de armonía está el vuelo de los pájaros. Ante las praderas
Cristalinas de los ciervos, los bosques, al atardecer, rodean las
Cabañas silenciosas.
La oscuridad hace más tenue el murmullo de las aguas. Vienen las
Húmedas sombras y, armoniosas en el viento, vienen también las flores del verano.
Antonio Gamoneda, La prisión transparente
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Goma de mascar
Nadie vio lo que me pasó con una niña árabe
En el verano de 1948, junto a la alambrada en Jaffa.
La gente transportaba alfombras y pianos ajnos,
Hervía agua para beber.
Otros marchaban con los brazos en alto.
No fue un sueño. Tengo la boca reseca y el agua aún hierve;
Entonces, a través de la cerca le sugiero con gestos
trocar su goma de mascar de boca húmeda a boda seca
por mi rebanada con mantequilla de los envíos de Norteamérica.
Yo la miro, ella me mira, ambas mascamos sin sonreír.
Moscas que comieron pus de sus ojos se posan en los míos.
El agua hervida ya se ha entibiado.
Esto ocurrió en julio del 48,
cuando evacuaban a grandes y chicos desde el sur a Jaffa
y por las dos orillas de la alambrada marchaban refugiados de todo el mundo.
Hamutal Bar Josep, El lugar donde duele. Antología poética (1970-2010)
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Chinoiserie II
He buscado dedicarme a la simplicidad
pero no ha sido fácil.
A nada me entrego, ni siquiera al cielo estrellado de la noche.
Ojalá pudiera habitar lo permanente y esperar
El fin, contento de vivir en el vaivén de las cosas.
Pero, es difícil, muchachos, es difícil,
un remordimiento que no es remordimiento.
Cuentan que Li Po fue capaz de separar el ser del sí mismo, y
descender y disolver su ser en diez mllares de cosas.
Si ese desprendimiento fuera mío, Señor,
¡oh, si fuese mío!
El verano me revuelca en sus sombras profundas.
Anochece otra vez, envolvente oscurecer,
sin luz que alumbre mi camino, ni aquí ni allá
donde podría olvidarme de mí mismo.
Charles Wright, Caribou
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Varios autores. Ilustrador: Víctor Ramírez. Título: ¡Oh! Dejad que la palabra rompa el vaso y lo divino se convierta en cosa humana. Editorial: Vaso Roto. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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