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Olga c’est moi

Lo diré con provocadora simplicidad: esta novela es muy buena. Y a partir de aquí me encuentro metido en un embrollo. Es bien difícil señalar por qué una novela sobresale por encima del nivel general. Esta novela es mejor de lo normal, pero.. ¿por qué? Si todas las novelas de calidad descollasen por lo mismo, sería fácil discriminar ese rasgo del que depende el arte literario. En tal caso las próximas grandes obras de la literatura las escribiría por supuesto la inteligencia artificial. Por fortuna no es así. La inteligencia artificial podrá crear una novela “a la manera de Dostoievski” o “a la manera de Delibes”, pero no “a la manera del próximo gran autor desconocido”. Cada gran autor extrae su específico arte literario de un magma candente en el que bulle su vida irrepetible, su más hondo sentir y la penetración de su conciencia. Las palabras representarían ese grado límite de calor a partir del cual el magma estalla y fluye por las faldas del volcán.

"Enmarcada la historia en los ochenta, la protagonista es arrastrada no sólo por su circunstancia inmediata sino también por la corriente poderosa de la sociedad española"

El texto de la contracubierta nos extravía más que nos encamina hacia el valor singular de esta novela. Nos extravía porque parte de la idea errónea de que son los temas diversos de la concreta historia los que dan consistencia a la narración. Averiguamos así que Olga es una mujer de mediana edad cuyo marido, un alto directivo de la empresa minera de Riotinto, ha fallecido en un accidente de tráfico. Con tres hijos a su cargo y una apremiante necesidad económica que nunca hubiese podido prever, tiene que salir de su casa en el barrio señorial de Bellavista, de su agradable atmósfera social y de sus innatos privilegios de clase —de su “zona de confort”, como se dice ahora— para buscarse la vida como profesora particular de inglés, empleada de almacén en el economato de la empresa minera que fundó su propio abuelo o administrativa con funciones de secretaria en el ayuntamiento gobernado por los socialistas. Enmarcada la historia en la primera mitad de la década de los ochenta del pasado siglo, la protagonista es arrastrada no sólo por su circunstancia inmediata sino también por la corriente poderosa de la sociedad española, que transita con ansia hacia un paraíso democrático que más se aleja cuanto más los líderes políticos, aliados con los intereses económicos, someten a la población a las fuerzas irracionales del mercado global.

"Si la dimensión personal frustra cualquier intento de trascendencia, la dimensión humana impide el colapso nihilista. El narrador no interviene en la narración, desaparece como un demiurgo"

Todo esto y mucho más pasa en la novela de Coradino Vega, pero nada de esto constituye su valor principal. Hay en cambio en las últimas líneas del comentado texto de la contracubierta una tímida afirmación que sitúa al lector en la senda correcta, cuando dice que “nos encontramos ante una novela de rara ambición narrativa, pues busca que la literatura se vuelva indistinguible de la vida”. Esta es la clave, el tesoro que la eleva a un nivel superior. Lo que aprehende el lector en cada una de sus páginas es algo tan inaprehensible, tan evanescente como la vida misma. El argumento de esta novela no es Riotinto, las clases sociales, el matrimonio o las mujeres sino la vida tal y como es vivida por cada uno de nosotros. De ahí que sus personajes tengan más vida que los personajes habituales de ficción. Olga está más viva que un personaje cualquiera de novela porque el narrador muestra su conducta exterior desde dentro de sí misma, tal y como ella se vive o se lee en su propio actuar; y es que es así como cada uno de nosotros vive su propia existencia, en una celda interior cuyos huecos y barrotes son las tortuosas relaciones humanas. Si la dimensión personal frustra cualquier intento de trascendencia, la dimensión humana impide el colapso nihilista. El narrador no interviene en la narración, desaparece como un demiurgo en el instante crucial del parpadeo. Da igual lo que pasa o no pasa en la historia, qué importa lo que uno vive. Olga está sola consigo misma y el lector solo con ella. Y en esta soledad compartida uno se contempla a sí mismo con ojos compasivos. Esa mujer es el autor y es cada uno de nosotros. Por fin una novela sin género cuyas protagonistas son mujeres.

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Autor: Coradino Vega. Título: Entre mujeres. Editorial: Galaxia Gutenberg. Venta: Todos tus libros.

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