La novela de intriga y humor El fantasma de Azaña se aparece en chaqué, tercera entrega —que no tercera parte— de la trilogía de San Roque on-the-Rocks, la colonia que España mantiene en el sur del Reino Unido desde 1589, comenzó con un fogonazo absurdo: la imagen diáfana de José Ortega y Gasset y Julio Camba atrapados en un ascensor de la colonia, en la compañía de un botones zangolotino, ignorante de que en ese par de metros cuadrados se concentra casi toda la materia gris de la España de la época (los tristes años 40).
Por la forma de escribir que tiene un servidor, siempre emplea un número bastante amplio de personajes reales. Estos no salen a la palestra sin más a soltar ocurrencias. Detrás de cada uno de ellos hay horas de lectura de textos y biografías, para darles, dentro del humor, la máxima veracidad posible. Así, el gran Ortega y Gasset aparece con el ego tan inflado como el de Maradona, pues don José siempre fue más que consciente de su valía. También aprovecho las pocas migas que en la vida real hizo con Manuel Azaña para enfrentarlo, como Hamlet, al fantasma del que fuera presidente de la II República.
En la misma línea, por la novela desfilan personajes tan variopintos como la filósofa María Zambrano, la escritora Iris Murdoch, Franco, Stalin e incluso el jesuita José María Pilón, uno de los padres de la parapsicología. Del primer personaje, María Zambrano, aproveché su marcada faceta de apasionada de los gatos (se cuenta que tuvo problemas con las autoridades de Roma por ello), pero no dejo que la caricatura tape su marcada sensibilidad por la vida en general y no sólo por los felinos. Sólo con Franco y Stalin he hecho una excepción: como dictadores de tomo y lomo que son, han sido caricaturizados de forma inmisericorde, en la misma línea (salvando todas las distancias, claro) que el genial Valle-Inclán con la corte de la Reina Isabel II en su trilogía de El ruedo ibérico.
En cuanto al escenario, la colonia imaginaria de San Roque on-the-Rocks, con su plaza de toros, su procesión de la Virgen del Carmen por el Canal de Bristol, un barrio andaluz de pega de tiempos de Primo de Rivera y hasta suntuosas procesiones de Semana Santa, es un modelo desarrollado en la primera y segunda entregas (Crimen on the Rocks y La invasión de los hombres loro, ambos en Reino de Cordelia) que en este tercer episodio he tratado de potenciar, con escenas como la que se desarrolla en la isla de Lundy, una isla real entre Gales e Inglaterra, y que en la trilogía se encuentra en una suerte de limbo legal entre España y el Reino Unido, como pasa con la isla de Perejil, y de paso aparece una nueva escena en esa atractiva tierra de nadie en la frontera entre los dos países.
El mayor reto para un servidor ha sido sin duda dar vida a la Familia Real inglesa, pues es la primera vez que aparecen y se implican en el argumento, de la mano de la princesa Isabel, futura Reina de Inglaterra. Como curiosidad, la idea se me ocurrió antes de que surgiera la serie The Crown, y cuando se estrenó no fui de los españoles que lo celebró con fuegos artificiales, pues se habían adelantado a “mi idea”, dicho sea entre comillas.
En cuanto a la trama policíaca que jalona la novela, como siempre en estos libros busco el equilibrio para que sobrevuele toda la obra sin que quite protagonismo ni a la colonia en sí, que considero un lugar sugerente, exótico y lleno de sorpresas, ni tampoco a todos estos personajes reales.
En suma, siempre intento que estas novelas atrapen, bien por la historia policíaca, bien por el escenario y sus protagonistas o por las tres cosas, lo que ya considero el mayor premio. Que ustedes lo pasen bien.
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Autor: Alfonso Vázquez. Título: El fantasma de Azaña se aparece en chaqué. Editorial: Reino de Cordelia. Venta: Amazon, Fnac y Casa del Libro
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