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Palos en la rueda

Palos en la rueda

El mundo editorial se mueve por un principio básico: nadie arriesga. Es más fácil copiar o traducir algo que ya haya funcionado. Y, sobre todo, nada de cambiar pilares fundamentales. Eso es de locos.

Emilio Bueso debe de estar loco. Y también Alejo Cuervo. El primero, escritor, ya arriesgó mucho con su último libro de relatos, rebajándose el caché para que saliera en tapa dura por menos de 12 euros. El segundo, editor, publicó a George R. R. Martin cuando no lo conocía nadie. ¿Imagináis lo que sucedió cuando se encontraron? Cuervo decidió publicar una trilogía de ciencia ficción a Bueso, pero le garantizó un anticipo de 5.000€. Para lograr esto (que el autor pudiera comer de lo que escribe) sacó una tirada muy limitada, de lujo, de 1.000 ejemplares con dos formatos distintos: uno de 32 € y otro de 42, además del ebook.

Y funcionó. Las reservas desbordaron a la editorial y el día que se inició la venta física apenas quedaban unos pocos ejemplares.

"Por su parte, a Bueso lo están machacando por varios frentes. Por un lado, le acusan de no haber inventado la rueda. Hay quien enarbola un libro descatalogado que solo los más viejos del lugar recordaban para acusarle de poca creatividad"

El libro, Transcrepuscular (Ediciones Gigamesh, 2017) le llevó a su autor años de estudio previo. Creó un mundo coherente con los principios de la física, un planeta que no gira donde la biología tiene mucho que ver con los avances científicos de su civilización. Buscó alejarse de los lugares comunes de los Space Ópera y creó algo novedoso.

La respuesta, al menos en redes, ha sido de linchamiento. “Queréis que el autor haga promo pidiendo perdón, y no va a suceder”, decía Bueso por Facebook. ¿Qué estaba ocurriendo?

Algunos no aceptan la innovación. Así de sencillo. El modelo de edición de Cuervo ha sido fuertemente criticado. Unos se quejaban por pagar 40€ por un libro, como si estuvieran obligados a ello. Incluso sabiendo que una gran parte del beneficio va directamente al autor, pese a tratarse de un objeto de coleccionista, aunque en un tiempo salga una edición económica conteniendo las tres novelas y pudiendo acceder a la obra por ebook… no lo aceptaban. Exigían al editor lo de siempre. Ya se sabe: todos somos entrenadores de fútbol y editores.

Por su parte, a Bueso lo están machacando por varios frentes. Por un lado, le acusan de no haber inventado la rueda. Hay quien enarbola un libro descatalogado que solo los más viejos del lugar recordaban para acusarle de poca creatividad (aquí habría que aclarar que ya no existe eso de “nuevo”, todo es un refrito de otro refrito donde la diferencia radica en el talento de quien lo ejecuta… pero eso es otro tema). Igualmente, le atacan con teóricos errores de física en su mundo que no gira. Emilio nunca ha dicho que su novela fuera la más original del año, solo que se tomó más molestias de las normales en crear un mundo coherente. Ingeniero de formación, decidió no volcar todo lo que sabía en una novela de aventuras para no volverla farragosa, así que lo resumió de forma accesible a todo tipo de lectores.

"Mis novelas no se parecen a las de Dolores Redondo, pero me alegro por sus éxitos, admiro la gran cantidad de lectores que ha conseguido y me gusta pensar que es punta de lanza para los que venimos detrás, que gracias a todo lo que ella vende la editorial se arriesgará con nuevos autores."

Poco importa. La sensación es que hay acusarle de cualquier cosa por el motivo que fuera con tal de hundir el libro. Así, una iniciativa editorial de lo más interesante queda sepultada bajo un aluvión de críticas, al igual que el libro de un autor que se ha atrevido a ir tres pasos más allá.

Lo diferente asusta. Lo nuevo espanta.

Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención es que algunos autores se han sumado al linchamiento. Desde mi punto de vista, es ilógico. Nunca se me ocurriría criticar a un compañero y menos con esa inquina. Vive y deja vivir. Si no te gusta ese libro, no lo leas, pero tampoco lo boicotees.

Mis novelas no se parecen a las de Dolores Redondo, pero me alegro por sus éxitos, admiro la gran cantidad de lectores que ha conseguido y me gusta pensar que es punta de lanza para los que venimos detrás, que gracias a todo lo que ella vende la editorial se arriesgará con nuevos autores, que ha creado público lector que se mantendrá fiel a la literatura y saltará entre libros. Todos salimos ganando, es así. En fantasía, por alguna razón, ocurre al revés: hay que golpear al que trata de destacar. Ya sucedió con la novela Juglar, de Rafa Marín, y ahora está sucediendo con Bueso. La estrategia editorial de Alejo Cuervo debería ser aplaudida. Ha funcionado y la idea es hacer lo mismo con otros autores. ¿Tan malo es eso? ¿Esos mismos escritores que tanto critican no se dan cuenta de que están lanzando piedras sobre su propio tejado? Lamentablemente, es un suceso que se viene repitiendo con relativa frecuencia en el mundo de la literatura fantástica, como si de una tradición se tratase.

He leído cuatro libros de Emilio Bueso y me han encantado. Creo que es un autor de lo más original y arriesgado que tenemos hoy día, además de uno de los más premiados. Y el mundo necesita a más editores como Alejo Cuervo. Sin iniciativas como esta los libros serán copias de cosas mil veces vistas. No quiero regresar al mundo donde solo hay libros clónicos sobre templarios, yo quiero vivir en uno donde haya más novelas como Transcrepuscular.

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