Una niña baja a recoger una pelota a un sótano en el que, tras una equivocación, ciertas escalas quedan desveladas.
Pensamientos en el sótano, un cuento de István Örkény
La pelota cayó al sótano por un cristal roto.
Una niña de catorce años, la hija del conserje, bajó a buscarla cojeando. Un tranvía le había cortado una pierna a la pobrecita, y se ponía muy contenta cuando podía hacer algún favor a alguien.
El sótano estaba en penumbra, pero se dio cuenta de que en un rincón se había movido algo.
—¡Gatito! —dijo la niña de pata de palo—, ¿qué haces tú aquí?
Cogió la pelota y salió del sótano lo más rápido posible.
La rata vieja, fea y maloliente —la habían tomado a ella por un gato— quedó asombrada. Nunca le había hablado nadie así.
Ahora, por vez primera, pensó que todo habría ido diferente si ella hubiera nacido gato.
Es más —¡como somos tan insaciables!— enseguida empezó a hacerse ilusiones. ¿Y si ella hubiera nacido niña de pata de palo?
Pero esto era demasiado bonito y no se atrevió ni a imaginarlo.
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