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Pérez-Reverte y Fernández Díaz, en La Nación

Pérez-Reverte y Fernández Díaz, en La Nación

Jorge Fernández Díaz y Arturo Pérez Reverte Fuente: LA NACION – Crédito: Fernando Massobrio

Arturo Pérez-Reverte y Jorge Fernández Díaz conversan de literatura, periodismo y de sus vidas en este artículo del periódico argentino La Nación. 

 

La propuesta es un juego de enroques. Una charla lúdica donde los novelistas Arturo Pérez-Reverte y Jorge Fernández Díaz examinan cada uno la vida y la obra del otro. En parte para invertir lo que se sucederá hoy en la Feria del Libro cuando el creador de La Herida interrogue al autor de Eva.

Café de por medio, la premisa no siempre se cumple. Acaso porque ambos son díscolos y otro tanto porque juntos tejen un entramado de complicidades infranqueables. «No hay amistad sin lealtad», dirá Arturo, al abrir una tertulia donde queda ampliamente demostrado que sus adictivos personajes, Remil y Falcó, hace tiempo también se embarcaron en ese mismo juego de espejos.

"Siempre digo que la amistad con Arturo es como haber vivido en la época de Dumas y ser amigo de Dumas (JFD)"

-¿Más allá de la literatura, con todos los guiños que eso supone y del western, ¿qué otros aspectos de la vida los emparentan?

Jorge Fernández Díaz: Aparte de un pasado común en el periodismo-el como corresponsal de guerra y yo en el periodismo policial-lo que más nos ha acercado uno lo va descubriendo con los años. En enero estuvimos juntos en Sevilla. Caminábamos por antiguas callecitas e íbamos viendo encerronas, duelos, persecuciones con espadas y tiros. El ojo épico —Borges decía que la épica era un género perdido, sólo rescatado por el western—, la mirada trepidante, «cinematográfica» de la literatura nos ha hermanado desde el minuto uno. Actúa como algo lúdico, una excusa para seguir siendo niños y jugar a las aventuras. Además, está la felicidad de leernos y de contarnos los libros. Siempre digo que la amistad con Arturo es como haber vivido en la época de Dumas y ser amigo de Dumas. Él es el novelista de aventuras más importante en lengua española.

Arturo Pérez Reverte: Compartimos una patria en común hecha de libros, de películas, de imaginación, de ensueños. En ese territorio común, gente como nosotros se reconoce. Es como esas masonerías que, por cuatro señales ocultas, un gesto, copones en la mesa, uno reconoce al de su cofradía. A partir del día que hicimos una entrevista y hablamos se creó ese vínculo, que el tiempo ha intensificado. Han salido más libros y también nuestras propias personas metidos en ellos. [N d R: Jorge aparece como un revolucionario rioplatense en El asedio y Arturo como un capitán rendido ante las mujeres y el alcohol en El dilema de los próceres]. Todo ese mundo del que procedemos, de lecturas, de sueños, de imaginación, de los niños que fuimos, nos dejan códigos comunes. Palabras como lealtad, dignidad, camaradería, solidaridad -tan raras y abusadas demagógicamente hoy-nosotros las hemos practicado. En un mundo como este, donde hace tanto frío, saber que alguien te cubre la espalda es de una tranquilidad pasmosa. Nuestra amistad es un juego de lealtades.

Jorge Fernández Díaz y Arturo Pérez Reverte
Jorge Fernández Díaz y Arturo Pérez Reverte Fuente: LA NACION – Crédito: Fernando Massobrio

JFD: Lo que nos separa como un abismo es que yo soy argentino (ambos ríen con ganas). Él está protegido. Aún con todas las dificultades que tiene España y con las cuales él que se cabrea, vive en una sociedad que no está en situación de peligro absoluto como está la Argentina. En los últimos 14 años hemos descubierto el peligro. En el ´73 teníamos 3% de inflación; hoy, 30%. La amenaza es recaer en procesos de populismo destructivo y demagógico. Somos una sociedad muy lábil. La española es más resistente, más republicana. Pero yo he decidido dar una batalla, quizás contra mí mismo y lo imbécil que fui a los 20, y en ese sentido sí hay una diferencia de visión de la sociedad.

APR: Hemos tenido vidas muy diferentes. Él tiene más fe que yo en los seres humanos. En su corazón caben más sentimientos humanitarios que en el mío. Mi biografía me despojó de ellos, pero llevo otras cosas. Cuando me cuenta cosas que no comparto lo escucho porque me está nutriendo. Jamás intentamos convencernos de nada. Pero algo que admiro en él es que hacen falta mucho coraje para escribir lo que escribe. Teniendo un abanico de posibilidades para situarse cómodamente en la Argentina actual, eligió la más incómoda: eligió pelear y ahí se pierde o se gana y siempre saldrás con heridas en el cuerpo. Sigo sus artículos y lo he visto pelear. Tengo el orgullo de tener un amigo con cojones en una Argentina donde es fácil que te echen basura de todos lados. Y no lo hace por dinero ni ideología, sino por honradez, porque cree que lo peor es la cobardía de mantenerse callado. Lo bueno es que Argentina lo ha premiado: se lo respeta y goza del respaldo de sus lectores como novelista y periodista. Amo a la Argentina también por eso: ha sabido reconocer a un hombre que vale la pena.

"Cuando eres joven y vulnerable, cualquier reacción brutal de un enemigo te puede dejar fuera de combate (APR)"

-Así como tienen legiones de lectores fieles también cuentan con un nutrido grupo de detractores. Arturo con las ultrafeministas; Jorge con los setentistas y populistas. ¿Cómo enfrentan la violencia?

JFD: Ellas se equivocan: quien lo haya leído sabe que Arturo es feminista. Pocos autores han creado el elenco de mujeres aguerridas, independientes, luchadoras, incluso más que el hombre, que él. Eva es un ejemplo, pero ellas afloran en todos sus libros. Siendo el escritor más exitoso de España en los últimos 30 años, él podría actuar con demagogia y no dividir a su público. Pero desde sus columnas (su obra periodística es excepcional) ha decidido dar una batalla contra lo políticamente correcto. Y es una lucha terrible porque hay sensibilidades nuevas muy delicadas que producen fanatismos. Arturo es de los pocos que le han puesto la proa a la locura del feminismo radicalizado cuando otros callan.

APR: Hay un momento en el cual pasas la línea. Cuando eres joven y vulnerable, cualquier reacción brutal de un enemigo te puede dejar fuera de combate. Pero cuando tienes lectores que te conocen, una trayectoria, son esos mismos lectores los que te defienden de los ataques, organizados o no, pues he tenido de ambos. Ocurre en mi caso: salen a defenderte sin que yo intervenga para nada. La agresión no me va a quitar lectores. Puede negarme alguno de los futuros, pero al mismo tiempo me va a dar otros. No va a afectar ni mis ventas, ni mi vida ni mi nombre. Pero si yo fuera un escritor novel, sí podrían matarme o desprestigiarme. Le sucede a amigos, escritores jóvenes; no se atreven a escribir sobre ciertas cosas, porque temen que se les vayan encima y los machaquen. Yo estoy a salvo y Jorge también lo está, porque ha pasado esa línea de la que hablo. ¿Cómo lo gestionas? No lo gestionas. Haces lo que tienes que hacer. La gente honrada te reconoce como uno de los suyos y los viles, pues, seguirán intentando morderte los talones.

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