Usted tal vez lo ignora; pero en algún lugar, en alguna oficina ministerial, en alguna covachuela estatal, en algún departamento creado para hacernos la puñeta, hay agazapado un hijo de puta dispuesto a amargarnos un poquito más la vida. Es posible —o casi seguro— que en este momento no esté operativo porque, funcionario del Estado como es, ha ido a tomar café, salió a sus cosas o se toma el día libre, delegando su curro en una cadena de respuestas telefónicas que funciona en bucle: si quiere hablar con alguien marque uno o diga dos, en este momento nuestras líneas están ocupadas, deje un mensaje y nos pondremos en contacto, etcétera. Y luego, cuando vuelva del aperitivo o de hacer la compra, el funcionario o funcionaria, sin escuchar siquiera el mensaje que usted dejó, dará al botón de borrar mientras considera a dónde va a ir con su novio, con su familia o con la madre que lo parió durante el enésimo puente del año.
No descubro a ustedes nada nuevo. Yo, que soy analfabeto digital, paso una mañana y parte de la tarde dedicado al cochino menester de moverme por el proceloso mundo de www.correosaduanas.es y sus alrededores: fotocopia del DNI, justificante de compra, factura, aviso de llegada firmado y cumplimentado. Todo eso, rellenando innumerables casillas y escaneando documentos: datos del importador, tipo de envío, descripción detallada del contenido… Un libro, indico una y otra vez. Se trata de un simple libro. Y al terminar —fecha, firma, NIF—, cuando creo haber salido vivo del laberinto del Minotauro, recibo una comunicación de Correos diciendo que lo he trajinado de cojón de pato, enhorabuena; pero que ahora debo, con el impreso resultante, meterme en otra página de Aduanas y hacerlo todo de nuevo, aunque con fascinantes detalles suplementarios: envoltorio reciclable, normativa sobre residuos y suelos contaminados, traslado por matrimonio, herencia, tatuajes (¿?), etcétera.
Así que, bueno. Resignado a mi esquiva suerte, diciéndome qué es la vida, por perdida ya la di, como el pirata de Espronceda, me meto en la nueva página y cumplimento cuanto puedo y me dejan. Parece que la cosa marcha, pero de pronto llego a un lugar donde exigen especificar el tipo de mercancía que importo; y para eso —por mi comodidad, naturalmente— sale un menú predeterminado. Busco en él la palabra libro, pero no aparece. El azar me pone delante un número de atención al cliente y lo marco. Piii, piii, piii. Todas nuestras líneas están ocupadas. Marco otra vez, diez minutos de espera. Al fin obtengo respuesta: si quiere hablar con éste diga hola, si quiere hablar con aquél diga me cisco en vuestros muertos más frescos. Elijo la segunda opción y vuelvo a la página. De lo que me ofrecen, lo que más se parece a libro es documento, así que hago clic en eso. Después lo envío todo y sale un mensaje diciéndome que los datos que aporto son inexactos. En ese momento, a pique ya de la hemorragia cerebral, apago el ordenador, telefoneo a un amigo y le digo entre dos blasfemias que indignarían a mi madre —una sobre el copón de Bullas y otra sobre las bragas de la Virgen— que me busque un agente de Aduanas. ¿Para un libro?, se extraña. Sí, respondo. Para un puto libro.
Llegó ayer, al fin. Delante lo tengo. Un libro ya pagado por Amazon, con una factura suplementaria de Aduanas en la que me endiñan 130,04 euros de derechos de importación, más IVA. Con lo que el asunto —¡un simple libro para leer!— me sale por un huevo de la cara: 324 mortadelos de vellón. Así que lo tengo claro: el próximo que compre en el extranjero lo encargaré a un comerciante chino, a un narco de Barbate o a un traficante de armas eslavo. Para traer cosas de fuera, a ésos nadie les exige una puñetera mierda.
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Publicado el 29 de marzo de 2024 en XL Semanal.
El funcionario. Mala hierba. Creados por satanás. Desde los tiempos de Larra que los describió muy bien. El permanente vuelva usted mañana. O, no es en esta ventanilla. Nunca es en esa ventanilla, ni en ninguna. Ahora la ventanilla se ha cambiado por la página web. Cambia esto, lo de la página, pero no cambia lo de que son unos web-ones. Es muy curioso que se designe como funcionarios a algo que no funciona.
Curiosamente, en esta sociedad super tecnificada, robotizada y esclava del capitalismo salvaje, donde cada vez queda menos trabajo y las empresas emplean a menos gente, vean ustedes a los bancos, por ejemplo, los funcionarios, con tanta informatización y tanto teléfono automático de inatención al ciudadano, cada vez son más. Como en el infierno, como los jinetes del apocalipsis, son legión.
Siempre están a vueltas con las pensiones. Que si es un costo social enorme, que si a cuantos trabajadores activos toca por jubilado, etc. etc. Lo que nunca dicen es a cuantos ciudadanos toca por funcionario o, más bien, a cuantos funcionarios toca por ciudadano.
Con una legión tan ingente, deberíamos estar super bien atendidos. Pero no. Han sido creados para ser nuestra peor pesadilla. Tengo que reconocer que, por mi parte, es pura envidia, malsana. Me hubiera gustado ser funcionario. Con un examen, compras toda una vida laboral sin ningún problema.
Eterno Larra…
Saludos.
Vaya…. lamento que la Indulgencia Plena obtenida a cambio de sus años como empleado de diversos medios de comunicación de titularidad (más o menos) pública no le allane el camino de la importación de bienes de lujo. Aún así, confío en que el (momentáneo) descenso desde las alturas morales le sirva como semilla de futuros artículos.
Salud, y gracias por el 95% de lo que publica o publicó.
Buenísimo análisis. Desde mi lugar pondría 90%. Muchas gracias.
Cuando, tal vez, en alguna de las próximas novelas de APR usted llegue a la conclusión, respecto a la importancia de una perfecta descripción de un casi arcano objeto de escritura, para descubrir el meollo de la trama detectivesca del asunto, tal vez también usted deje de considerar un «artículo de lujo» un libro (un catálogo) de plumas estilográficas. Nunca llegará a sospechar cuales son las multiples herramientas que utiliza un escritor para vestir adecuadamente las historias que cuenta, y la rabia que da que un pelagatos, sea político, funcionario o currito deficiente, impida o restrinja impunemente la localización y uso de esa herramienta.
Me encanta el don Arturo que se calza el uniforme de asociación de consumidores o de, como hoy, Vengador casi Marvel del sufrido ciudadano. Es que lo borda: define perfectamente los hechos experimentados en propia carne, haciendo que el lector, entre risas, cuchufletas y congojas, se ponga en su lugar. Luego llega la sección de imaginativos exabruptos en los que la risa, la ironía y la rabia se convierten en las protagonistas del relato haciendo subir la tensión y la inquina del lector ante el suceso criticado. Y, por último, llega el desenlace en el que nos muestra lo absurdo a todas luces del final de la historia; como en el presente caso donde el puerco Estado o administración de turno atraca vilmente al protagonista sufridor y le cobra casi lo mismo, en tasas, impuestos o derechos de pernada que lo que ya se gastó en la compra del objeto. A partir de ahí se acaban las risas y es la mente del lector indignado la que realiza la síntesis de lo sucedido, añade de su propia cosecha decenas de casos similares sufridos por conocidos, amigos, familiares o taxistas que se lo han contado en un trayecto y, para finalizar, termina con la conclusión ya pergeñada por don Arturo apoyada por la realidad cercana al lector: es absolutamente necesario e ineludible montar un enorme cadalso en la plaza pública más cercana para acabar con tanto desaprensivo, tanto funcionario buitre y desmedido y, desde luego, poner fin a la vida de tanto político corrupto, malversador e ineficiente que, lejos de hacer la vida más sencilla al ciudadano modelo que le paga el sueldo desproporcionado que cobra, le hunde en pesadillas de trámites sin fin, formularios sólo comprendidos por locos de atar, maquinitas inútiles de supuesta inteligencia artificial y definitivo atraco legal a mano armada. En síntesis me encanta cuando mi escritor actual preferido despierta nuestra dormida conciencia y aborregamiento crónico. ¡Olé sus hartos huevos !
¡Menos mal que lo que importaba don Arturo no eran paquetes de mascarillas!
Don Arturo, por una vez voy a disentir con usted para permitirme una defensa del que fue mi trabajo -estoy jubilado- durante más de treinta y cinco años: la función pública.
Lo que le ha sucedido a usted, tal como lo cuenta, es uno de los grandes problemas que tenemos los ciudadanos en nuestras relaciones con la Administración pública: que no hay manera de hablar, precisamente, con un funcionario. Se nos aísla a unos de otros mediante una complicada madeja de páginas web con un ‘front end’ demencial, confeccionadas por empresas externas de las que nunca se sabe con quién han hecho la consultoría (relación proveedor-cliente destinada a establecer las necesidades de éste y los requisitos necesarios para su satisfacción) y con otro sistema, no menos complejo y frecuentemente absurdo y mal diseñado, de atención telefónica. Añada a esto unos reglamentos frecuentemente absurdos y mal estructurados y el resultado, tal como, efectivamente, usted describe, es demencial.
Desde hace años, muchos años, los funcionarios ya no somos -ejem, son- una casta gris e ineficiente dedicada a llegar tarde y salir pronto, hacer mil cafés al día, alargar indefinidamente los veinte minutos del desayuno y dedicarse, en los escasos ratos de trabajo, a dejar al ciudadano «maltrecho y quebrantado», entre otras corruptelas que tampoco fueron tan habituales como se cuenta en el siglo pasado. Eso hace muchísimo tiempo que ya no existe (salvando alguna oveja negra que inevitablemente pueda haber aquí o allá).
Ha sido usted víctima -como lo somos todos- de una Administración pública cada vez más externalizada y privatizada, más orientada a achicar cubos de responsabilidad que en atender con eficiencia precisamente a quien en realidad paga: el ciudadano.
Y, desgraciadamente, lo que te rondaré, morena.
El empleo público, honesto, al igual que el privado, honesto; poseen ambos, al menos en mi país Argentina, una diferencia sustancial, en el sector público un error se puede resolver con una disculpa o un cambio de sección, en cambio en el privado se paga por lo general con el despido. Esta diferencia es sustancial y provoca que la responsabilidad pese quizás menos en el primero que en el segundo, no lo estoy generalizando; pero cuando el riesgo es poco, los descuidos se pueden acrecentar.
Otro aspecto muy complejo de resolver también ocurre cuando el Estado abarca todas las actividades humanas de un país, como resultado no controla ni agiliza a ninguna.
Cordial saludo
Completamente de acuerdo. Al otro lado del río de la Plata es igual.
Razón lleva usted, sr. Brun. Porque, además, si de justicia se trata, que un examen te de el derecho a tener trabajo toda la vida, es totalmente injusto. O todos o ninguno. Como las libertades, la asistencia sanitaria, los derechos civiles… ¿se imagina usted que pudiéramos ser libres o no dependiendo de un examen? En sí mismo el planteamiento de privilegio del funcionariado es impresentable.
Además es un foco de corrupción política. Es una compra descarada de votos. Eso no es democracia.
Saludos.
Cómo has clavado la realidad de todos que al menos una vez, hemos pasado por ello pero que lo olvidamos y no decimos nada como un rebaño de borregos directos a ser trasquilados una y otra vez sin rechistar.
Admiro cada una de tus palabras siempre porque narras de forma elegante la mierda que nos comemos a diario.
Gracias una y mil veces por tus pensamientos compartidos, tus justas protestas y abrirnos los ojos a aquellos que los tenemos medió cerrados.
Bueno, es que a estas alturas ya sabemos que los verdaderos delincuentes están trabajando en la Moncloa; y tantos otros que les hacen la limpieza de «La imagen», y otros que le hallanan el Camino, como a Jesucristo, Dios Nuestro. Cada día.
Tras odisea similar, por unos facones mandados por un amigo viajero, acabé mandando un escrito al HdP de HP-Aduanas. Le agradecí primeramente la encomiable labor realizada en favor de nuestra Hacienda Pública.
Continué sugiriendo educadamente que en vez de tocar los H… por estas M… «Epaña» más le agradecería, se dedicara a revisar contenedores chinos, que declaran la mitad de la mitad del valor de la mercancía. Con lo que se forraría en aranceles e IVA a la importación.
Seguidamente reconocí que eso no era posible, ya que parte de esos aranceles e IVA se lo metían (vía Suiza), sus jefes y sus jefes políticos, en el bolsillo.
Y finalicé proponiendo digno final para esos facones en cualquier orificio funcionarial.
Curiosamente los acabé recibiendo por un módico precio que doblaba el valor de compra, pero menos de lo inicialmente extorsionado.
Me parece cruel la frase «funcionario de Estado, como es». Un calificativo dirigido a un ingente número de ciudadanos que JAMÁS hemos faltado a nuestro puesto de trabajo sin justificación, no hemos salido «a tomar el aperitivo ni a hacer la compra» en horas de trabajo, que nos hemos dejado el alma -y con gusto- para atender a la gente e intentar solucionar sus problemas. Estos funcionarios somos la mayoría, pero pasamos desapercibidos. Estúpidos, vagos y maleantes, los habrá, como en todas las profesiones. Pero no se debe generalizar así, por muy enfadados que estemos. Y alguien de su inteligencia no debería caer tan bajo.
Comparto su pensamiento. También un bombero, un sanitario, un policía o un rescatista que arriesga su vida cuando así lo requiera su deber es un funcionario del estado.
Por lo general suelen pagar justos por pecadores, sin lugar a dudas existen empleados públicos que a pesar de ser sus ingresos bajos cumplen su trabajo brindando un servicio excelente, y resuelven muchísimo problemas.
Lamentablemente en el universo de los trámites, se han impuestos nuevas modalidades como los call center, que son por lo general jóvenes que atienden reclamos de usuarios que pueden llegar a estar en el otro hemisferio del planeta, y solo ven y escuchan en su computadora un número y una voz; en su jornada laboral tal vez deban atender miles de llamadas de desconocidos, quizás de mal humor, por la tardanza, porque se cortó internet, u otras mil motivos, y también soportar insultos.
Yo creo que una forma de simplificar los engorrosos trámites, responsabilidad de los funcionarios, para hacerlos más amigables, sería no considerar a todos los usuarios como presuntos delincuentes; muchas cosas se reducirían en tiempo, costos y mala sangre, con lo que se llama una declaración jurada. Se tiene que entender que el porcentaje de personas que infringen los reglamentos y leyes es minoritario, por lo cual la gran mayoría de los trámites beneficiaría a los que cumplen con las normas que son los que ni siquiera piensan en adelantarse en una fila.
Cordial saludo
Me parece acertada su precisión. Considero que una gran parte del problema es que, para el Código Penal español (participar en funciones públicas) el funcionario no es sólo el funcionario de carrera y oposición previa al desempeño y que tiene muy claro que se debe al ciudadano. También nos denigran a los de ese primer grupo incluyendo en la categoría a casi todo el gremio político y a los funcionarios de libre designación (cada vez en un mayor número), es decir designados a dedo por los políticos, porque éstos no se fían o no les conviene a sus prisas, enjuagues, componendas y trapicheos la formación, esfuerzo, objetividad y neutralidad ideológica y partidista de los verdaderos funcionarios, según nuestro modelo francés tan diferente del anglosajón.
Por desgracia también es cierto que faltan funcionarios valientes que, cuando aprecian que algo en la burocracia y el sistema no funciona, o no es conveniente para el ciudadano o incluso atenta a normas superiores en rango, se callan y no elevan a su superior jerárquico un informe o una moción razonada para que se intente solventar adecuadamente la cuestión y el problema detectado y dejar, al menos, intacto su buen hacer. Para mi ahí también falla el funcionariado, cuando pesa más el miedo y lo acomodaticio a la conciencia, el esmero y el amor al trabajo bien hecho. Y sí, los políticos decisorios viles, rastreros y aupados al poder por unas meras siglas, sin verdadera vocación de servicio público, son los grandes culpables de ese miedo.
No sé si a la gente le gusta ver palabras mal sonantes o no juntas, pero la forma de narrar de usted me encanta. Y además, incluyendo la palabra «ordenata» ya me ha ganado del todo usted.
Referente al suceso que le ha pasado con los temas burocráticos, cada vez lo ponen más complicado (sea uno un analfabeto digital o no) para realizar estas cosas.
Señor Reverte, gracias por hacerme reír a carcajadas, cuánta razón tiene usted. Hay mecanismos o sistemas que están inventados solo para joderle la vida al personal. En fin, menos mal que al menos se desahoga una leyéndolo.
Muy bueno como siempre, D. Arturo, he reído hasta que se que se me ha desencajado la mandíbula. Yo también he sufrido situaciones similares con importaciones desde países de fuera de la UE, y es tal y como lo cuenta. Y dese por satisfecho de que no le hayan hecho pasarse por el almacén de la calle Traspaderme en Madrid a perder bonitamente la mañana para acabar teniendo que pagar lo mismo. Como consejo le diría que para importaciones de este tipo, NUNCA elija a Correos. Hágalo con uno de los 4 courier que manejan el transporte aéreo en el mundo: UPS, DHL, FedEx o TNT. Ellos se encargarán de hacer los trámites aduaneros por usted y tendrá que acabar pagando lo que Aduanas diga, pero al menos, no le harán perder el tiempo … aunque en ese caso, no habríamos podido disponer de un relato como este …
Bueno,que mal sienta para salud, tener que estar a expensas de un trajín que se pierde en las incongruencias que se encuentran en los impresos telemáticos. aunque yo pienso que al fin y al cabo ha utilizado una especie de piratería, pues alguien conocido que trabaja en aduana es: pedir favores . teniendo en cuenta que por un libro en su casa le puede subir la tensión, Se comprende.
en los próximos carnavales me voy a vestir de libro, a ver si me recomienda uno que merezca la pena la carátula. .
aunque yo siempre me inclinaré por el Kamasutra ,por aquello del morbo.
Arturo, los funcionarios de a pie no se pasan el día tomando café ni haciendo sus recados, ni tampoco «se toman el día libre» cuando les da la gana, ejercen su derecho a los días de asuntos propios conseguidos a cambio de la congelación de sus salarios durante años. Lamento sus problemas con Correos y con la Aduana, pero el sistema de atención al público no lo establecen los curritos sino los mandamases de esos organismos, que suelen ser cargos políticos y no de carrera. Un saludo y procure informarse mejor antes de denigrar a nadie.
Comparto su opinión.
Yo intento no bajar al barro cuando nos denigran a los funcionarios por el hecho de serlo, siempre pienso que es por ignorancia, pero que lo haga un señor de la talla intelectual del señor Pérez-Reverte, duele bastante. Pensaba yo (ilusa de mí) que él sabría discernir entre un problema y su responsable, y que no criticaría así, al buen tuntún lanzando insultos a diestro y siniestro. Es lo que tiene escribir en un momento de rabia, pero él, no lo debería haber hecho, por mucho que en algunos comentarios le rían la gracia por tratarnos como nos trata. Y estoy especialmente dolida porque le admiro como escritor, porque tengo -y he leído- casi todos sus libros y porque, hasta ahora al menos, tenía gran admiración por sus escritos y mucho respeto por su persona.
Pues lo siento por usted, porque metido en ese lío no se quiere ver nadie.
Pero visto desde la distancia… GRACIAS. Tras una jornada de trabajo bastante ardua necesitaba unas risas y me las ha concedido.
Me alegro que tenga el libro ya con usted, pero lo cierto es que hah cosas inhumanas que claman al cielo y que deberían tener respuesta rápida porque son (o deberían ser) fáciles de resolver.
He sido funcionario toda mi vida y le participo que la definición que aparece en la tercera línea de su artículo quizá le encaje mejor a usted, oiga. Más adelante habla no se que del enésimo puente del año y con respecto a ello le diré que no sabe usted de lo que habla y por lo tanto es un .gn.r.nt.
Es fácil echar todas las culpas de los problemas a los funcionarios, metiéndonos a todos en el mismo saco, siempre en el saco de los malos. Yo también he sido funcionaria toda mi vida y estoy muy orgullosa del trabajo realizado y de cariño con que me han correspondido los ciudadanos a los que he tratado. Una sonrisa y paciencia para atender a la gente que viene a que les soluciones sus problemas, que es para lo que estamos, suele tender muchos puentes. Y vuelvo a insistir, la mayoría de los funcionarios cumplimos con nuestro trabajo, como la mayoría de los trabajadores que no son funcionarios, que también hay que decirlo. ¡Qué fácil es desahogarnos criticando a todos! y ¡Qué a mano estamos los funcionarios!
No se preicupe, señor Reverte. Mal de muchos, consuelo de tantos.
No es usted el único.
Es una pena pero entienda que esos impuestos suyos devengados por un simple libro sirven para pagar a los asesores del ministro Puente para que se dediquen a buscar todos los twits, posts, mensajes, artículos o comentarios que lo insulten o hablen de su fealdad. Ministro dixit, eso es absolutamente necesario y beneficioso para los ciudadanos.
Como lo es el equipo que controla el hastag Handsome para ponderar la belleza de nuestro amado presidente del gobierno.
Unos pocos euros aportados por usted a tan noble causa debe proporcionarle gran felicidad. Consuélese con ello.
Y disfrute su libro.
Antes de insultar a los funcionarios de Aduanas, este señor, periodista, debería informarse. Los problemas los crea correos que bajo diferentes nombres gestiona la paquetería hasta que se presenta la declaración de importación. La aduana hace su trabajo correctamente. Por otro lado, este señor, que ha bajado por el mundo, debe conocer el concepto importación.
Correos da muchísimos problemas a mucha gente,yo lo he sufrido, pero antes de insultar,hay que informarse
Arturo, cómo estás…?
Sé que es Consuelo de Tontos… pero en Uruguay es exactamente lo mismo… he comprado libros en España y he sufrido TODO lo que describiste tal cual…
La BUROCRACIA no tiene fronteras… fué la primera Globalización…
Saludos…!
Me permito el tuteo por la cercanía de mi edad a la tuya. No has pensado en reclamar los derechos de importación +IVA, no esta claro que lo consigas pero la peripecia puede servirte para un artículo, cuento o parte de la trama de tu próximo libro, que todos tus seguidores estamos esperando.
…por un libro!.
A las 40 maletas que desfilaron cargadas de vaya usted a saber por el aeropuerto de Barajas le dieron pista libre y urgente por la aduana sin el más mínimo problema. Eso sí, la delincuencia organizada y corrupta (que ya se sabe de donde, inpunemente, procede) funciona con creces y abrumante profesionalidad. Los funcionarios o eventuales estan sobretodo para hacer caja, ahí son infalibles. Otra cosa es gestionar para facilitar la vida y el papeleo a los ciudadanos que pagan sus impuestos. Y a veces yo mismo pagando mis correspondientes tasas, tengo dificultades para gestionar mis documentos o lo que sea. Milei tiene razón cuando dice que cuanto menor sea la influencia del estado en la sociedad, mejor nos irá. La cabeza del pescado está podrida y el pestazo viene de arriba.
Eso lo dijeron los anarquistas hace un montón de años: el mejor gobierno es el que menos gobierno. Lo malo es que el liberalismo económico se suele apuntar el mérito. Un saludo.
Totalmente de acuerdo. Cada obstáculo que ponen a que un ciudadano haga una gestión o consiga un permiso (para algo que antes cualquiera hacía sin problemas), es un pelín más que se ayuda a los criminales para que tengan un buen vivir. Como dice un amigo estudiado, crece el estímulo a la informalidad.
Hace 7 años compré unos frenos de bicicleta directamente al fabricante (norteamericano) por los que pagué, digamos, 100 monedas. Correos me apremió, al estilo más mafioso a que, o bien pagaba la mordida de otras 50 monedas a Aduanas o destruirían el paquete.
Pagué a regañadientes, pero ni la cantidad exigida ni los modos se correspondían con iva, derechos comerciales o lo que sea.
Ya no compro más por mi cuenta, no quiero fomentar esas practicas opacas y abusonas,
Una vez más: la misma cosa a este lado del mundo.
Y con la misma clase de burrócratas al servicio de sí mismos.
Ha dado usted en el clavo, o casi. Ese es el concepto que cambia respecto a los paìses de nuestro entorno, me refiero a Europa, sobre todo la del norte. Allí, el funcionario está al servicio del ciudadano. Aquí, el ciudadano es el que está al servicio del funcionariado. Toda la estructura administrativa que montan, tanto antes como ahora es para facilitar las cosas al funcionario. El ciudadano, vueltas y vueltas y revueltas para conseguir lo que quieres o… lo que no quieres.
Si a alguien le toca que un ser cercano fallece, más le vale contratar una gestorìa. Ahora mismo, las diferentes administraciones de este país, son incapaces de comunicarse un fallecimiento y es el familiar el que tiene que patearse los diferentes estamentitos correspondientes. Es una verguenza que resolver un asunto de este tipo cueste entre seis y nueve meses.
Un día venía de México a Estados Unidos a las 12 de la noche, llegué a la aduana mexicana a cerrar el permiso de importación del auto; era yo la única persona que había para ese trámite y había dos agentes aduanales. Termine a las 5 de la mañana y yo traía todos mis documentos en orden.
Enhorabuena por su artículo.
He disfrutado mucho con el y me ha hecho recordar lo que me ocurrio en su momento y no pude llegar a entender….
Gracias
El humor del señor Perez Reverte, me regocija, cuando pelea contra el sistema tecnológico me apasiona, y cuando claudica más gracia me provoca.
En mi casi mis hijos también se divierten a mi cuenta cuando por ejemplo en mi computadora aparece un cartel en letras rojas que dice: “en los próximos diez segundos usted perderá todos sus datos y archivos, de hoy y del futuro para el resto de su vida, si no acciona el protector HghuNW-JKNMO611…de Google”
Yo ingenuo, no toco más nada y le pregunto:
—Mira lo que salió, ¿qué hago?
Y ellos con cara de ingenieros nucleares me dicen siempre lo mismo.
—Que carajo tocaste, papá.
—¡Nada, la buena madre que me parió! —les digo con cierto temor y bronca de haber metido la pata.
Después se ríen a carcajadas y yo, más me caliento, y ellos más se ríen…es inútil la tecnología nos puede.
Don Arturo: pídaselo a Teresa Mendoza.
Siempre he oído criticas muy desagradables hacia los funcionarios, pero nunca hasta hoy me había sentido tan mal al leerlas. Como empleada pública a la que le costó tiempo, dinero y sobre todo esfuerzo, sacar una plaza, me duele leer, de alguien a quien admiro y a quien le reconozco un alto nivel de inteligencia, comentarios tan poco afortunados. Todos esos trámites tan farragosos y poco eficaces, (no digamos del tema económico) no son impuestos por los funcionarios, sino por unos dirigentes políticos que están muy lejos del pueblo, pero también del funcionariado que al final, aunque no lo crea, somos quienes más lo sufrimos. Si tiene ocasión, hable con algún empleado público de batalla, ya sabe, esos que no podrán hacerle un favor porque son el último mono y podrán contarle como está ahora mismo el panorama. Cada día menos personal, aplicaciones y procedimientos informáticas que nadie nos explica y tienes que ir adivinado, con muy buena fe, como funcionan, sueldos mucho más bajo de lo que la gente piensa (búsquelos que son públicos) y la historia de siempre, muchos jefes y pocos indios.
En fin, sé que nadie va a creerlo pero, no se hace a la idea de cuantos días, he pasado sin bajar a tomar ni un miserable café (ese de 20 minutos que en teoría alargamos toda la mañana) porque había algo urgente que terminar y posponerlo perjudicaría a alguien que no tiene la culpa.
De todos modos, aunque ahora mismo estoy muy cabreada por sus comentarios y el aplauso de muchos de sus lectores, el lunes cuando me incorpore de las vacaciones, olvidaré este artículo y seguiré intentando hacer mi trabajo lo mejor que pueda y si en algún momento me toca atenderles (a usted mismo lo dudo por el carácter de mi puesto) intentaré hacerlo con toda la amabilidad que yo creo que se merecen todos los ciudadanos.
Un saludo.
¡¡¡Bravo!!! Considérese usted ascencida, si de mi dependiera, y con efecto inmediato, a Jefa de Servicio o de Departamento, lo que más le acomode para prestar un más útil cometido, con los superiores emolumentos que legalmente procedan. ¡Ánimo!
Señora, siento su ofensa por parte de don Arturo pero decirle que lo único que ha hecho es poner por escrito lo que pensamos todos de los funcionarios. Todos los que no lo somos.
Si usted piensa que cobra poco, piense también que en esta sociedad hay quien cobra menos y que lo pueden despedir mañana. Gentes que no se pueden coger una baja por miedo a que la despidan, gentes a las que les hacen trabajar más horas sin ser retribuidas, gentes… a las que no les pertenece el puesto de trabajo en propiedad.
Además, si piensa usted que cobra poco, estamos en una sociedad libre. Deje su puesto, salga al mercado de trabajo y busque un empleo en el que le paguen más.
Si le costó dinero sacarse su plaza, es que le salió rentable. Todo el mundo estaría dispuesto a pagar dinero por tener un empleo de por vida.
No le digo más, aunque podría, todos sus argunentos están basados en una gran falacia y en una injusticia.
Saludos.
Podría aplicarse sus propios comentarios, si cree que tan bien vivimos, preséntese y saque una oposición, que como la sociedad también son libres.
Es curioso que de todo lo que escribí, a usted solo le haya llegado el tema económico cuando sólo lo nombré de pasada, están claras las prioridades y
por cierto, yo creo que todos los trabajadores deberían mejorar su situación, usted por el contrario cree que los que tienen algún tipo de beneficio deberían perderlo, está claro que eso nos diferencia.
Tenga un buen día y suerte con lo que se proponga.
Sra. Mía, lo que de verdad nos diferencia es el concepto. Yo no creo que un derecho de todos, que es el trabajo, haya una parte abundante de la población que lo tenga asegurado de por vida, gracias a un examen y otros no.
Por otra parte, yo, que ya no tengo edad de opositar, no tengo opción de aprobar una oposición ya que no pertenezco a ningún partido político que me pueda filtrar el examen.
Y, sin hacer relación al tema económico (usted ha afirmado que cobra poco, no yo), desde aquí un homenaje a todos los trabajadores de este país, que no son funcionarios, y que día a día sacan adelante la economìa, los servicios, los transportes, la fabricación de productos, la pesca, la agricultura…. sin todo lo cual, los funcionarios no serìan capacer de sobrevivir. Parecería que precisamente, para usted, haya que alabar y rendir culto a los pobres funcionarios que no dan un palo al agua.
Mis afectuosos saludos, señora.
Sinceramente, espero que su relación con los funcionarios le sea lo más propicia posible y tarde mucho o mejor no los necesite nunca, a todos esos, médicos, enfermeras, policías, bomberos, jueces, inspectores, maestros (bueno con estos últimos no hay problema en relacionarse).
De todas formas le invito a que investigue por qué existen funcionarios y descubrirá que el hecho de que su puesto sea vitalicio tiene explicación y aunque le sorprenda es beneficioso.
Por cierto sobre las amistades políticas que según usted son imprescindible para sacar una oposición, ni le voy a responder porque sé que sería inutil.
Un saludo.
«Las doce pruebas de Astérix», uno de los mejores álbumes de las historietas gráficas de este héroe galo imaginario. Y va sobre burócratas y burocracia. Se lo dice un antiguo funcionario con casi treinta años de ejercicio.
Mi mi mujer es de USA y nos pasó lo mismo con otro libro. Al final decidimos darlo por perdido. Ese es el país que tenemos, operativamente un desastre, a pesar de la barbaridad de impuestos que pagamos. Supongo que tenemos lo que nos merecemos. como usted dice muchas veces. Vivo en USA, que también tiene sus cosas, como todos los países, pero la eficacia y eficiencia en que trabaja la administración es pasmosa. Nunca dejo de sorprenderme y de dar gracias de no tener el corrupto, ineficaz, ineficiente y desolador sistema público que hay en España.
Buenos días. Para ser mínimamente objetivo, informe por favor a su esposa, de USA, que ese ineficiente, corrupto e ineficaz y desolador sistema público español es también el culpable, con sus correspondientes empleados públicos ineficientes, de que seamos el primer país del mundo (desde hace décadas) en trasplantes solidarios y exitosos de órganos. Y además, por favor, infórmela (y a usted mismo, de paso) que ese sistema ineficiente permite que cualquier ciudadano (y muchos visitantes de fuera también), sin distinción de clases ni fortuna, se beneficien de él y salven su vida sin necesidad de pagar primas astronómicas a compañias de seguros privadas, o se arruinen de por vida o mueran abandonado en la calle, por no tener la suficiente riqueza, porque su país prefiere invertir (como sus admirados USA) sus impuestos en cazas invisibles de última generación, o en submarinos o portaviones nucleares para seguir aparentando ser los chulos mandamases del patio del colegio mundial. Recuérdeselo, por favor, de parte de uno de tantos miles de trasplantados en el país (o de fuera de él), en mi caso hepático. Pero recuérdele también, por favor, que aquí «disfrutamos» de una mierda asquerosa casta de políticos de todo tipo y condición que, en lugar de ensalzar día si y día también, allí donde vayan por el mundo, a ese sistema y a sus abnegados profesionales e impecables empleados públicos sanitarios, prefieren seguir perdiendo el tiempo en sus tontas cuitas partidistas, en vez de ensalzarlos, mimarlos y proclamar su valía; adquirida en buena medida por la educación y enseńanza completa y especializada también pagada con nuestros impuestos, de la que luego se benefician increiblemente (seguimos siendo muy quijotes y bastante tontos en eso) paises como EEUU, Alemania, Inglaterra o países nórdicos, que les pagan mejores sueldos. Trinen a gritos, por favor, contra esa clase política española, aberrante, tuerta y egoista que no alaba ni casi cuida a esa joya de la corona, que es nuestra sanidad pública, y que nos hace sentirnos orgullosos, como en otras múltiples facetas, de ser españoles. Un saludo solidario.
La verdad es que, después de leerle, sr. B. piendo que yo, por mi parte, he cargado un poco las tintas (la estilográgica a veces escribe más recio que otras, los trazos salen un poco bruscos).
Si hay colectivos que se salven del marasmo funcionarial son los trabajadores de la sanidad, los militares (con la legión al frente) y la Guardia Civil (masacrada, denigrada y vilipendiada por el ministrín del ramo, por cierto, funcionario de carrera).
Pero, es que hay cosas que no se sostienen en una mínima coherencia. Como los registradores de la propiedad, millonarios de yate todos ellos, y con su más augusto y vergonzoso representante, epìtone del funcionario genéticamente perfecto, el sr. Rajoy. Fastuosos ingresos por llevar un registro que un chaval de primarìa podrìa desempeñar perfectamente.
Un abrazo.
Buenos días, querido amigo, señor Ricarrob. La verdad es que hay de todo y en todas partes, en especial en este país nuestro donde la ley del péndulo es inapelable y los excesos, a un lado y a otro, son más numerosos desgraciadamente que las opciones moderadas, dialogantes y partidarias de las reformas necesarias sin revoluciones ni posturas iconoclastas. Es cierto que hay que exigir la fórmula para que el funcionariado cumpla objetivos de productividad, mantenga su formación constante y adecuada y evite que caiga en la modorra y en el «dormirse en los laureles». Pero tanbién es necesario mantener un sistema por el que los servidores públicos se mantengan objetivos, neutrales, sin adscripciones partidistas ni edeológicas en su desempeño y que, obedeciendo a los cualesquiera gestores públicos elegidos ciclicamente por métodos democráticos, mantengan su independencia para salvaguardar los derechos de los ciudadanos. Y uno de los medios para conseguir esto último es la estabilidad en su puesto de trabajo, de forma que cualquiera de esos políticos que quiera hacer de su capa un sayo y saltarse a la torera las normas, derechos, responsabilidades y procedimientos no pueda salirse con la suya por el simple método de despedir al fiel y objetivo poniendo en su lugar al trepa y al que se quiera vender al mejor postor. Esto es lo que se llama el modelo continental y algunas veces napoleónico. Podríamos haber elegido, en lugar de este sistema, como en los EEUU por ejemplo, el denominado sistema anglosajón por el cual cuando cambia la clase política tras unas elecciones, una parte muy importante de la administración se va también y cambian los empleados públicos por gozar de mayor confianza de los gestores políticos. Este es el sistema llamado de «las cesantías» que en buena parte estaba vigente en España en la época de Larra y que tampoco, por lo que el escribió criticamente, solucionó la eficiencia del funcionarado español. Todo son opciones, las cuales conllevan elementos positivos y negativos. Yo opto por aquel sistema, aplicable a trabajadores públicos y privados que, como mínimo, por mera humanidad y desarrollo de la personalidad individual y familiar de los trabajadores, garantice una estabilidad en el trabajo, un sueldo decente y que permita resolver adecuadamente las necesidades familiares y una inviolablidad y respeto de los derechos de las personas trabajadoras. El sacrosanto «mercado» muchas veces produce injusticias de empleos cercanos al esclavismo moderno, por sus condiciones laborales de tiempo de trabajo extenuante, sueldos paupérrimos, formación contínua inexistente y una seguridad de continuidad de mera arbitrariedad del empresario. Es una cuestión de conseguir garantías mínimas y de derechos de cualquiera, en igualdad de condiciones, para optar por el modelo de vida que se considere más oportuno, primando siempre el interes general y público.
Lleva usted razón, sr. B. pero quizás no completa. Es un problema de muy difícil resoluciòn. Porque, como usted bien ha dicho, el sacrosanto mercado beneficia a los de siempre. En el mercado de trabajo nunca funciona la ley de la oferta y la demanda (la verdad es que en ningún mercado funciona esta ley ya que la inercia del poder busca siempre los monopolios) ya que siempre sobra gente y, si no sobra, las élites hacen que sobre.
El sistena anglosajón no funciona porque, mientras dura el mandato de los míos, ancha es Castilla (o Pensilvania, que para el caso…). Otra cosa sería que, si no cumples, te puedan echar mañana (gestión privada de los servicios públicos, sin intervenciòn de los políticos, sálvenos Dios de ellos y de sus corruptelas).
La base que yo denuncio, sigue siendo la misma y es necesario resolverla ya que es una profunda injusticia: que unos tengan el trabajo (derecho constitucional conculcado) asegurado y otros no.
Un abrazo.
Hola de nuevo, buenas noches. Esto se me acaba pareciendo, señor Ricarrob, al cuento de los tres cerditos ante el lobo soplador, donde cada uno decidió libremente donde construir la casa y la permanencia y dureza de los materiales, para soportar mejor o peor las embestidas del lobo que quería penetrar en la casa para comérselos. Unos deciden peores materiales y terreno, gastando menos tiempo y dinero y obteniendo antes ingresos y disfrutando antes de tiempo libre para irse de botellón con los amigos, salir de fiesta con sus parejas, viajar y ver mundo, y relajarse en el tiempo libre; pero viene en un momento dado el lobo, entra en su casa, arrasa con todo ( vida, trabajo, fiestecitas, farras y fornicio) y le deja sin casa y se lo come. Otros cerditos, por contra, se encierran en una biblioteca que los otros también podrían haber elegido, y preparan detalladamente durante años y años, sin disfrutar casi de la vida y sus placeres, el terreno, los materiales, los planos y las habilidades y experiencia para utilizar todo adecuadamente el día que, con suerte y en competencia con otros miles de cerditos que quieren los mismo, alguien los elige para llevar adelante la obra. Y el/ ellos construyen una casa sólida, resistente y permanente y se libran de las fauces del destino depredador. Cada cerdito ha seguido en igualdad de condiciones la decisión que ha preferido y ha utilizado su tiempo como ha considerado más conveniente. Pero que luego el cerdito que no consideró importante la estabilidad, permanencia y duración de la casa no venga a quejarse del que si lo hizo arriesgando casi a cara o cruz el bien más apreciable para un ser viviente: el tiempo. Y ahora es tiempo de pensar, por ejemplo, en todos aquellos jóvenes que durante los tiempos de la burbuja inmobiliaria abandonaron sus estudios, se pusieron a trabajar en obras del ladrillo, ganaron ingentes cantidades de dinero muchas veces sin declarar a Hacienda, vivieron la vida de nuevos ricos con todo tipo de placeres los fines de semana y, tras unos años, se encontraron de pronto sin trabajo cuando el dichoso mercado dijo que ya no daba para más el maldito ladrillo. Y claro, en ese momento, el cerdito de la biblioteca que tuvo suerte y obtuvo su puesto permanente con mucho esfuerzo pensó que había invertido bien su tiempo y era hora de trabajar toda la vida y disfrutar un poco.
P.S.: lo triste del caso es que a los 50 años en tu trabajo, como se indica más arriba , ya te consideren un trasto inservible y te echen del trabajo sin consideración alguna. Pero eso no es culpa del cerdito de la biblioteca, es culpa de los que mandan a ese cerdito, es culpa del capitalismo salvaje, es culpa de la avaricia, es culpa de la inteligencia artificial y es culpa del error y horror del sistema: sólo importa el beneficio a costa de lo que sea, cuando sea y como sea; cosa con la que probablemente ni usted ni yo estaremos conformes. Pero esa lucha ya la tendrán que resolver, ojalá, otras generaciones futuras. Y a nosotros sólo nos restará pedir perdón por no haber encontrado las respuestas y soluciones apropiadas, como les ocurrió a todas las generaciones anteriores.
FIN
Arturo , igual con lápiz o estilográfica, siempre vas a decirle lo q tenes q decir y pobre de esta gente q se creen dueñas del un triste puesto q ocupan y q saben q son mantenidos por el pueblo q ellos intentan disfrutar con estas marranadas . Mi abuela decía “de un burro ,solo patadas” ( yo le pido disculpas al burro porque es más sabio ) así que a seguir leyendo y disfrutar de lo q nos dan esas plumas libres
Abrazo
Norberto (Buenos Aires)
Hola Don Arturo…usted ya ha hecho comentarios de este tipo y los narra excelentemente bien, con mucha gracia y se disfrutan mucho…pero lo que yo creo que usted lo que quiere es un esta chiquito como lo quiere nuestro presidente, de esa forma habla como habla de los Empleados Públicos…acá nos llaman » la grasa militante», inútiles parásitos pagados por nosotros, la gente de bien…, eso queda claro cuando usted cuenta que seguramente el empleado se fué a tomar un café o almorzar y cuando regresó borró todos los mensajes y se marchó a su casa y luego se iría a disfrutar el fin de semana largo con su familia…toda una especulación incomprobable de su parte, si el Estado se corre el Mercado y lo privado no le garantiza eficiencia, se lo aseguro, Don Arturo…se nota mucho !!! Saludos cordiales.
PD: tire el Nokia, el Mercado quiere que compre el último Samsung…
Muchos funcionarios estamos ahí después de años dedicados al estudio, cumplimos el horario y nos esforzamos por hacer el trabajo bien cada día. Otra cosa es la organización del trabajo de los funcionarios que depende de un político que no sabe ni sabrá nunca la realidad del trabajo diario. Eso que describe no lo organiza un funcionario que ha dedicado muchos años para conseguir un puesto de trabajo sino un político a quien le importa tres pepinos los ciudadanos, los funcionarios de verdad y en general todo lo que no le sirva para perpetuarse en su sillón durante años. Me decepciona el comienzo de este artículo. Hasta el mismísimo Pérez-Reverte desconoce la realidad de los funcionarios que con tanto ahínco los políticos se encargan de manchar.
Muchos trabajadores pasan decenas de años estudiando para reciclarse de forma permanente y cuando llegan a los cincuenta las empresas las desechan como basura en un mercado que no admite mayores de 50. Eso, sra. mìa, a los funcionarios no les sucede.
Ha sido como leer mi propia historia comprando una bombilla de 70 euros a Ucrania. 15 días hasta que llega a España y 15 más hasta que me llega el burofax, luego pelearme con la dichosa web y solicitar todo tipo de datos al ucraniano que bastante tiene con lo que tienen.
Estoy más que acostumbrado a la tecnología pues soy ingeniero informático, pero me llevó más de un mes adicional de tramites conseguir recibir la bombilla, eso si, pagando 30 euros a mayores.
Cuando se estropee seguramente lo compre a china; mal negocio para el ucraniano.
Tiene usted toda la razón vivimos inmersos en ordenadores digitalizaciones y no nos resuelven los funcionarios nuestras dudas o problemas losctenemos que resolver nosotros que como usted soy analfabero de los avances tecnologicos y de ordenadores ya que a mi no me gustan.Desapareceran los funcionarios y todo lo tendremos que gestionar nosotros y si no a gastarnos las perras en una gestoria para que nos resuelvan nuestra jubilación.Qué pena de aqiellos tiempos donde podias hablar con alguien y te lo resolvia el problema.Vamos a peor Arturo.Saludos y un fuerte abrazo amigo.
Es mejor tratar directamente con la aeat y hacer el autodespacho, correosaduanas es una empresa problemática y su capital humano deplorable.
A su libro le corresponde un código TARIC 4901100000 , un arancel del 0% y un IVA del 4%. Haciendo el autodespacho debería ud. haber pagado: 7,6784 Euros.
El problema surge cuando el importe de la importación es < 150 Euros, entonces correosaduanas esta autorizada por defecto a realizar gestiones en su/nuestro nombre y se dedica a estafar al usuario de forma sistemática.
Recientemente recibí un regalo entre particulares marcado como tal en su exterior por valor inferior a 45 euros y por tanto exento de Arancel e IVA como marca la directiva del consejo 1186/2009 y 2006/112CE además de la misma ley del IVA, no hubo mas tu tia ni oportunidad alguna de razonar con el ente no quedando otra que pagar el "pizzo" que en esta ocasión ascendía a 9,04 Euros y gestionar el consiguiente malhumor sufrido pues estaba yo retirando un regalo. Como comprenderá para expresarlo en el lenguaje que usa ud. habitualmente todavía estoy ciscándome en su p… madre recurriendo a la junta arbitral y esperando que con suficientes usuarios afectados se cree "lobby" para que esa normativa que los autoriza por defecto a realizar gestiones en mí/nuestro nombre cambie.
Es mejor tratar directamente con la aeat y hacer el autodespacho, correosaduanas es una empresa problemática y su capital humano deplorable.
A su libro le corresponde un código TARIC 4901100000 , un arancel del 0% y un IVA del 4%. Haciendo el autodespacho debería ud. haber pagado: 7,6784 Euros.
El problema surge cuando el importe de la importación es < 150 Euros, entonces correosaduanas esta autorizada por defecto a realizar gestiones en su/nuestro nombre y se dedica a estafar al usuario de forma sistemática.
Recientemente recibí un regalo entre particulares marcado como tal en su exterior por valor inferior a 45 euros y por tanto exento de Arancel e IVA como marca la directiva del consejo 1186/2009 y 2006/112CE además de la misma ley del IVA, no hubo mas tu tía ni oportunidad alguna de razonar con el ente no quedando otra que pagar el "pizzo" que en esta ocasión ascendía a 9,04 Euros y gestionar el consiguiente malhumor sufrido pues estaba yo retirando un regalo. Como comprenderá para expresarlo en el lenguaje que usa ud. habitualmente todavía estoy ciscándome en su p… madre, recurriendo a la junta arbitral y esperando que con suficientes usuarios afectados se cree "lobby" para que esa normativa que los autoriza por defecto a realizar gestiones en mí/nuestro nombre cambie.
Yo directamente paso de recoger ningún artículo por aduanas. Es inútil !
Que lo devuelvan, lo destruyan o se lo meta toda ésa estúpida burrocracia donde les quepa.
Más trabajo para ellos…
Sólo encargo productos vía mensajería privada ( nada del odioso correos ), aunque cueste una pasta adicional.
Así tengo la total certeza al 100%, que me los entregarán en la puerta de mi casa y a la porra dolores de cabeza.
Toda la administración española es un verdadero desastre. Yo sin dos gestorías para mi pequeña empresa y temas privados y un abogado para mi ONG, no podría ni ir al baño.
El estado y toda la inútil, ineficaz y casposa maquinária administrativa prediluviana, debería buscar ejemplo en un pequeño país como por ejemple, Estonia, sí, Estonia…., ahí los ciudadanos, autónomos y empresas pueden solucionar TODOS, absolutamente TODOS los trámites y gestiones desde el ordenador de casa o du móvil.
Y es alucinante lo fácil y rápido que se puede realizar CUALQUIER trámite.
Y todo super intuitivo !
Hasta se puede votar desde tu ordenador o móvil, rápido y en segundos.
Y no son el único país.
Yo me quedé de piedra !
A mí me pedían los papeles por un collar de fuera de la Unión Europea, y cuántas unidades, tuve que aclararles que yo era un particular, y el artículo era solo uno, también, cumplimentando papel digital tras papel digital, hasta que me lo entregaron.
No había comentado este artículo. Estaré perdiendo facultades?
Escribo en defensa de algunos funcionarios que, haberlos haylos, y cumplen su cometido con eficiencia supliendo la impericia de los otros.
Todo lo que haya que hacer por internet está pensado de manera diabólica para producir más enfermedades mentales.
En mi cuenta bancaria, no puedo actualizar no sé qué, porque mi código de acceso a la cuenta, con el que entro todos los días, no es correcto.
Otra cosita, no tiene nada que ver con lo anterior, pero no quiero que se me olvide.
En un tuit sobre el panorama español soltó usted la frase: Yo me bajo en la próxima…
Sr Pérez Reverte, usted se bajará cuando haya agotado su billete y eso depende del expedidor.
A mis 75 inviernos, utilizo como referencia el número 100 de años que podría viajar en el autobús de la vida.
Resulta curioso y atrevido, puesto que soy paciente oncológica de cáncer de mama.
Esto que digo puede irritar a algunas personas, pero es mi caso y es lo que pienso.
Mi cáncer puso en orden mi cabeza después de un período desgraciado, me enseñó que no soy omnipotente y aprendí a distanciarme un poco de lo que no puedo controlar.
Me operaron y aplicaron quimio, radio y actualmente estoy curada. Puede volver? Pues sí, como cualquier enfermedad, pero en ese caso me volverán a curar, si no expiró mi billete.