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Una historia de Europa (CII)

A estas alturas del asunto, con el siglo XX a punto de romper aguas (y sangre), es injusto dejar atrás el anterior sin hablar de otras revoluciones de las que esa centuria fue cauce, testigo y protagonista. No todo fueron guerras, nacionalismos y política, y la palabra cultura es capital para considerarlo. Resultaba inevitable que tanto progreso industrial y científico, los usos democráticos que se habían ido imponiendo en Europa, tuviera consecuencias culturales. La más notable fue que las masas rurales emigradas a las ciudades perdían su carácter original, folklore y tradiciones, para convertirse en carne de cañón urbana; de manera que, huérfana de raíces, esa gente necesitaba a qué agarrarse. Las canciones, la música, resultaron ser un buen recurso (por esa época Clément compuso la maravillosa Le temps des cerises y Pottier el texto de La Internacional) y los cabarets, los bailes de merendero y los cafés cantantes aparecieron en París (capital de la modernidad cultural cosmopolita) siendo imitados en Viena, Londres y Berlín. Los empresarios, con buen ojo, comprendieron que los ciudadanos eran un gran mercado potencial, y la moda y ciertos objetos de lujo, antes exclusivos de las clases altas, inundaron bazares, galerías comerciales y grandes almacenes (inventados en Francia en tiempos de Napoleón III). Nacía así la moderna sociedad de consumo, acicateada por la publicidad: técnica comercial que se benefició de la aparición de una prensa popular agresiva y sensacionalista que, a diferencia de la respetable, no pretendía influir en las élites, sino divertir y manipular a las masas. Por lo demás, en cuanto a tendencias literarias y artísticas, si la primera mitad del siglo vio la bronca entre clasicismo y romanticismo, los abusos, cursiladas y pijoterías de este último (lean el hilarante relato sobre su sobrino romántico escrito por Mesonero Romanos) dieron lugar a la reacción contraria: un nuevo realismo en pintura, escultura, novela y teatro procuró una descripción minuciosa, casi científica, de las realidades sociales por crudas y amargas que fueran. Eso afectó a las artes plásticas (Los picapedreros de Courbet, pintado en 1849, fue el pistoletazo de salida), aunque la madre del cordero fue la literatura de masas, la novela popular, que puso la cultura antes reservada a la élite a tiro de una muchedumbre ávida de conocimientos y diversión, y que gracias a la educación pública estaba aprendiendo a leer. Y junto a los excelentes folletines y novelas de Dumas, Balzac, Dickens, Tolstoi, Verne o Conan Doyle, devorados por millones de lectores, una literatura realista de mayor pretensión intelectual y conciencia social se abrió camino, y el éxito de Madame Bovary de Flaubert precedió a las novelas de Zola, Thackeray, Dostoievski, Turgueniev y el español Benito Pérez Galdós, así como, en registro más académico, a los imponentes libros de Historia de los innovadores Michelet, Mommsen y Fustel de Coulanges. Pero siempre hay algún pelo en la sopa, y a menudo la novedad no era bien acogida: a Wagner le habían silbado el estreno de Tannhaüser y a Eiffel le dijeron de todo menos guapo por su hoy famosa torre de París. También el formal cientificismo, tendencia oficial, fue puesto patas arriba por subjetivistas tocapelotas (la moral del superhombre y otras variedades del yo, mi, me, conmigo, etcétera) como el alemán Nietzsche, el italiano D’Annunzio y el francés Gide. Las artes plásticas finolis tampoco se fueron de rositas, y la segunda mitad del siglo presenció la mayor gamberrada artística en la historia de la pintura: tras los pasos del gabacho Manet, un grupo de jóvenes artistas (Degas, Monet, Renoir, Cézanne y otros) rompió con el arte oficial en plan chicos malos, se ciscó en la jeta del clasicismo formal admitido por exposiciones, museos y gente con pasta, y emprendió una aventura pictórica espectacular llamada impresionismo. La verdad es que hacían falta muchas pelotas para enfrentarse, como ellos hicieron (nadie compraba sus cuadros y vivieron casi todos en la miseria), a la doble incomprensión del público y la crítica; pero siguieron adelante, destrozando lo establecido. El movimiento impresionista se disgregó y evolucionó con el tiempo, pero el trabajo estaba hecho y en su huella pisarían muy pronto grandes precursores del arte moderno como Gauguin y Van Gogh (un infeliz tiñalpa que, paradojas de la época, no vendió un cuadro en su puta vida). Y de ese modo, lo mismo en artes plásticas que en lo demás, aquellas novedades filosóficas, estéticas y literarias, salidas de las entrañas del siglo que agonizaba, abonaron el paisaje para las asombrosas revoluciones culturales que, junto a las grandes tragedias colectivas, conocería el inminente siglo XX..

[Continuará].

____________

Publicado el 21 de marzo de 2025 en XL Semanal.

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Ricarrob
Ricarrob
3 ddís hace

La humanidad vive instalada permanentemente en reacciones contrarias, aburrida de las tendencias que durante un tiempo hayan imperado, con más o menos fortuna.

Quizás los románticos fueran pijoteros, puede ser; quizás demasiado idealismo, puede ser; quizás demasiado imaginativos, puede ser. A mí me gustan, a pesar de la pijotería. Me encandila su poesía, como estos versos de Byron:

Camina bella, como la noche
De climas despejados y cielos estrellados;
Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz
Se reúne en su aspecto y en sus ojos:
Enriquecida así por esa tierna luz
Que el cielo niega al vulgar día.

Y no creo que se pueda decir que Byron fue un pijotero a la hora de buscar sus sueños, allí donde pudieran encontrarse, aunque nunca llegara a encontrarlos.

Los escritos de Larra tampoco creo que se puedan tildar de pijoteros y tampoco lo fue a la hora de terminarlo todo descerrajándose un pistoletazo.

Y qué decir de Becker, para algunos seguramente pijotero hasta las trancas, pero ahí lo tienen con versos que levantan el espíritu_

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

Porque, cada generación, cada nueva tendencia, pretende siempre haber inventado la rueda. Quizás los impresionistas tuvieran las gónadas muy gordas para oponerse a lo imperante. Pero siempre hay precursores de los precursores. Ahí está Turner que me gusta mucho más que los impresionistas, aunque de ellos también me guste, de forma sobresaliente, Pissarro.

Y siempre hay algunos que, en contra de modas y tendencias, van a contracorriente. Ahí tienen ustedes a Sorolla, que hizo sus pinitos impresionistas, pero con un estilo propio y diferente, huido de las vanguardias que solaron los comienzos del XX, hijos del impresionismo.

¡Tendencias! Ahi está el urinario de Duchamp, ese ajedrecista que mal pintaba en sus ratos libres, urinario contra el que llevamos luchando más de un siglo, por desgracia. Desde, luego, en mi caso, prefiero extasiarme con un cuadro de Sorolla o de Turner. Quizás se hubiera terminado la polémica, si un espectador, se hubiera atrevido a mearse encima del famosísimo urinario. A mí me hubiera gustado hacerlo…

Todas las tendencias finiquitan, también las de ahora como el posmodernismo, finiquitarán. Incluyendo su depreciación hacia el romanticismo, denostado por toda esa morralla de la intelectualidad deconstructora.

¡Elijamos lo mejor de cada época! A nuestro gusto, no al gusto imperante que juzga el pasado con los ojos en el culo. Muchas veces, los críticos de arte solamente producen ventosidades irrespirables.

Saludos.

Basurillas
Basurillas
3 ddís hace

Una cultura presuntamente disruptiva que, con los años, se convirtió en clásica y refugio de capitalistas y gente chic ricachona y pudiente. El arte, al final, se vende al mejor postor pues, aunque no lo parezca, los artistas comen, duermen bajo techo, gustan de elogios y lujos y desean convivencias con beldades para criar hijos que seguirán la cadena mientras puedan explotar el cuento y la subvención. Arte de opereta. Y ahí seguimos, con platanos colgados de un lienzo con cinta aislante de la que todo el mundo habla. Que hablen de ti, eso parece que es lo único que cuenta.

Ricarrob
Ricarrob
3 ddís hace
Responder a  Basurillas

Unido a lo que usted dice, sr. B., ahí está Juan Manuel de Prada que se ha atrevido a atacar o más bien a dar un baño de veracidad a uno de los mitos intocables, alzado a los altares del endiosamiento más injustificado de la historia del arte: Picasso. Pintando en calzoncillos incomprensibles marramachadas que nadie entendió, entiende ni entenderá, mientras se masajeaba los testículos sin pudor ninguno. Todo ello, mientras ese mito de la izquierda, incomprensiblemente era respetado por los nazis en Parìs, viviendo a cuerpo de rey, cuando Hitler y sus seguidores consideraban esa clase de arte como degenerado. ¡Muchas cosas hay sin explicar!

A ver si leo la segunda parte de esta historia tan desmitificadora de Juan Manuel de Prada.

Un abrazo.

Aguijón
Aguijón
3 ddís hace
Responder a  Ricarrob

Picasso fue un genio, sin lugar a dudas, pero un poco “sinvergüencilla”…
Cuando quería pintar era buenísimo… Pero la mayoría de las veces hacía bodrios que los panolis pagaban a precio de oro…
El mayor timo del mundo del arte, incluso por tamaño, es el Guernica…
Sin embargo hizo un Quijote con cuatro pinceladas que es una auténtica maravilla de la creación.

Ricarrob
Ricarrob
2 ddís hace
Responder a  Aguijón

Siento contradecirle en algo, sr. A. las catalogaciones de los artistas se pueden hacer de muchas formas. Hay genios, en la cúspide del arte; hay maestros; hay buenos artistas; los hay mediocres; y los hay desastrosos.

Genios hay muy pocos. Velázquez, Botticelli, Leonardo, Rafael, Miguel Ángel. Pocos más. Incluso los anónimos pintores de Chauvet-Pont-d’arc y de Altamira. Opino que el arrascahuevos no está entre ellos. Buen pintor, sí, genio no. Pintaba bien pero, su falta de genialidad la querìa compensar pintando chorradas. Las famosísimas señoritas de Avignon son inmasticables. Por querer ser super original se pasaba treinta gasolineras.

Querer comparar la Pimavera de Botticelli con el Guernica, por poner un ejemplo, es simplemente absurdo. Incluso como simbolismo o como cartel de propaganda es una castaña. Lo podrîa haber hecho màs grande todavìa, pero nunca lo podrîa haber hecho más feo.

Saludos cordiales.

Aguijón
Aguijón
2 ddís hace
Responder a  Ricarrob

Respecto al Guernica estamos de acuerdo, yo también creo que está entre los grandes… fiascos.

Aunque cualquiera de los nombres citados por usted me puedan gustar más, si me apura tanto Sorolla como Dalí también me gustan más, no deja de ser cierto que Picasso es un referente en el mundo del arte por su genialidad.
En fin raro, pero genial.

Recuerdo una anécdota que cuenta Ussía sobre una supuesta visita guiada de Trujillo al museo y un experto diciéndole lo que debía opinar de cada cuadro… y cuando llega a Picasso el experto le sopla:
-¡Qué cara! ¡Qué gesto!
Y Trujillo dice:
-¡Qué carajo es esto!

Pues eso…”picassiano” estilo Rossy de Palma…

Un saludo.

Basurillas
Basurillas
3 ddís hace
Responder a  Ricarrob

Encantado querido amigo, que gozoso es encontrarlo por aquí.
Bueno, al tema: como el título de la película y según pensarán gentes de supuesta ingeniería social woke… “El diablo viste de Prada”.
Muchas veces se considerará incluso ultraderecha, por no mencionar cosas peores como gamadas, fasces y lictores, a la mera crítica razonada disconforme con lo politicamente correcto y, las más de las veces, simplemente contraria a la tontuna sistémica auspiciada interesadamente por el poder para intentar perpetuarse en él.
Otro abrazo.

Ricarrob
Ricarrob
2 ddís hace
Responder a  Basurillas

La belleza no solamente es bella. La belleza, tal como dice Han Kang, es difícil. en griego antiguo no se distingue bello de difícil.

Estamos en tiempos decadentes, en tiempos fáciles, todo es fácil, tremendamente fácil, hasta la guerra. Se odia y se evita la dificultad. Todo tiene que fluir como agua, suave y dulcemente, todo es líquido… como dice Bauman.

Hasta los líderes actuales son líquidos, líquidos viscosos, diarreicos, líquidos repugnantes, las cloacas del mundo, de la sociedad los han ido acumulando.

Por eso hay gente que odia a Reverte y sus escritos. Nunca lo pone fácil. Nunca explicita sus tramas, sus relatos. Siempre hay terceras lecturas. O cuartas…

Nietzsche. El loco de los locos. Quizás el más cuerdo. Se anticipó en su diagnóstico al nihilismo. Nunca se pudo imaginar hasta que punto trumpista y sanchista podría llegar el nihilismo contemporáneo. Superar al hihilismo mediante el arte. Si Nietzcsche supiera… ¡hasta el arte se ha convertido en nihilista! Realmente, hoy, el arte no cree en sí mismo.

Por eso, la belleza, la verdadera belleza ha desaparecido. No hay belleza en el arte actual, cúbico, líquido, reproductor de mundos imposibles, reproductor de infiernos helados, ya que el verdadero infierno no está en el fuego redentor sino en el hielo.

El arte. Fuera o dentro de la cultura o de las culturas, fuera o dentro, siempre debe ser bello. El arte.

Hemos traicionado a Lascaux, a Altamira y a Chauvet-Pont-d’Arc. ¿Alguien a visto algo más bello que los leones de Chauvet-Pont-d’Arc? Hemos traicionado todo eso con el des-arte contemporáneo, iniciado con las vomitivas vanguardias. Hemos traicionado a nuestros ancestros, a la belleza primigenia.

La belleza es difícil… tal vez solo para iniciados,,, quizás solo quedamos algunos, refugiados en nuestras viejas cavernas…

La belleza es difícil…

Aguijón
Aguijón
3 ddís hace

Sátira literaria del XIX

Si algo caracteriza
A ese siglo XIX
Es la pasión enfermiza
Que a los editores mueve.

Junto a periódicos, diarios,
Almanaques y tabloides…
Los periodistas “notarios”
Que brotan como hemorroides.

Entre tanta agitación
De los talleres de imprenta
Surge también la pasión
Por la sal y la pimienta.

Es la época dorada
De la sátira, la burla,
El chiste, la bufonada
Y los duelos sin disculpa.

A ese “folletín francés”
Se sumaron mil revistas…
Literatura también
Que el artículo no cita.

Y es una pena no hablar
De dicho comportamiento,
Los Bécquer hicieron más
Que Prim con sus regimientos…

Si en el Puente de Alcolea
Ganó Serrano a Pavía…
Fue Chueca, con su Zarzuela,
Quien dio paso a “La Gran Vía”.

Julia
Julia
3 ddís hace

Buenas tardes, Capitán. Volvemos a iniciar otra ronda de comentarios, eh?
A partir de ahora llega el siglo XX, digamos que me resulta más familiar. Mis abuelos nacieron en los últimos años del siglo XIX y principios del XX, y conozco parte de su vida porque me la contaron ( ya era preguntona y charlatana entonces),pero creo que el espectacular cambio de vida se produjo en la segunda mitad del siglo XX y ahí ya podía tener opiniones propias.
Algunos tuiteros suben fotos antiguas para concienciarnos de la miseria existente en aquellos años, en mi tierra hubo penalidades no hambre, aunque habrían comido más, porque casi todos tenían un trocito de tierra para cultivar y animales domésticos. En las ferias vendían todo lo que producían y dejaban un poquito para casa.
En la otra parte de España, pues lo pasarían igual o peor, pero me molesta el sentido que quieren darle a esas imágenes relacionado con Franco tanto los zurdos y los diestros, En fin, usted que ha escrito tantos capítulos de la Historia, al final tendrá que resumir en un frase su conclusion al repasar toda la vida y comprobar avances y retrocesos
Ya la tiene pensado, o esbozado al menos?
Recuerde que todo lo que diga Pérez Reverte será juzgado y sentenciado. Tiene usted una vida original Capitán, la mía me parece mejor, pero la suya es muy interesante.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
3 ddís hace

El listado de “tocapelotas” es infinito, ucrónico, sideral… Exacto calificativo.

Javier
Javier
3 ddís hace

La verdad es que la época fue prodigiosa, y pródiga, en lo que a la cultura se refiere. Estamos hablando de la época de oro de la literatura rusa. Estamos hablando del gran Julio Verne, de Mark Twain. Está haciendo acto de presencia el cine, la realidad y la ficción, sonora y visual, en una pantalla. ¿Usted se imagina el mundo antes del cine?. Ha nombrado usted a Nietschze, pero no olvide a Marx. Hay un antes y un después de la aparición de Marx, y su influencia en el siglo XX.
Saludos.

Francisco Brun
1 día hace

En mi opinión las actuales corrientes o escuelas artísticas se desdibujan cuando se mezclan con el negocio del arte.
Se dice que el no haber obras de arte para coleccionistas adinerados con ansias de presumir, es necesario inventarlas, de ese modo surge el “arte conceptual”, entonces un mingitorio deslumbra como la creación divina del artista, principal exponente del siglo XX, o una banana colgada en una pared con una cinta adhesiva.
La verdad, aplaudo a estos “artistas” que lograron estafar a un público supuestamente culto, el cual cree y simula estar atento a los nuevos tiempos.
Incluyo al celebrado Andy Warhol, que parece ser que descubrió las fotocopias a color, entonces sus obras son todas copias, no existen originales, y se pueden vender como churros en una panadería.
Tal vez las nuevas generaciones me tilden de no saber nada de arte contemporáneo, conceptual o como quieran llamarlo, pero yo creo que el arte es otra cosa.
Rescato a un colectivo de artistas argentinos, llamados “Mondongo”, cuyas obras me han gustado, estos trabajadores del arte, los llamaría yo, realizan obras que por cierto se cotizan muy bien, pero las mismas se orientan a la denuncia social como por ejemplo la obra “Manifestación”, a semejanza de “Manifestación” de Antonio Berni.
Pero además quisiera agregar, si alcanza o no, el rango de obra artística los dibujos digitales que realiza la inteligencia artificial ante nuestros requerimientos más variados, o por ahora, las rudimentarias historias que se generan tan solo dando un título y algunos parámetros.
Creo que estamos entrando en otro rango del arte al que no podemos negar que existe, y continuará impactando en la sociedad, del mismo modo que la computación cuántica, que deja a la computación por bits, en el pasado remoto. Solo para dar un ejemplo de este cambio próximo, una computadora tradicional puede resolver un laberinto en cinco segundos, su método es recorrer uno a uno los caminos posibles pero a una velocidad vertiginosa, pero reitero tarde cinco segundos en encontrar la salida; una computadora cuántica puede analizar todos los caminos al mismo tiempo y encuentra la salida en menos de un segundo.
Hace pocos días hablé con un joven arquitecto y me dijo que estaba preocupado porque pensaba que en no más de cinco años, creía que no tendría más encargos.
Evidentemente el mundo está cambiando a la velocidad de la luz, ya se habla muy seriamente en que estamos a muy poco de superar la mente humana por una máquina y también se advierte de los altísimos riesgos que ello implica, pero parece ser que las grandes potencias mundiales se encuentran librando una feroz batalla para conseguir la supremacía del mundo tecnológico invirtiendo miles de millones de dólares en estos juguetes…Que Dios nos ampare.

Cordial saludo

Basurillas
Basurillas
1 día hace
Responder a  Francisco Brun

Ante temas como el apuntado de la I.A. yo dudo de por qué nadie le pregunta ahora a la citada Inteligencia ¿Cómo curar el cáncer? sin obtener una respuesta cierta, segura y concluyente en una décima de segundo. Algo huele mal en Dinamarca…
La humanidad (alguna humanidad) sigue buscando al Ser supremo y las respuestas a sus preguntas en el lugar equivocado. Y desde luego fracasará, igual que fracasó en el siglo XIX y en el XX.

Francisco Brun
8 horas hace
Responder a  Basurillas

Cuando hablamos del cáncer no podemos dejar de lado el negocio abrumador que implica su cura, son miles de millones de dólares en todo el mundo que se recaudan para tratamientos, medicamentos, clínicas especializadas, investigación.
Si se descubriera una pastilla milagrosa que termine con la nefasta enfermedad, muchos quedarían sin sus suculentos ingresos.
Debo mencionar a la “crotoxina”, o a la extraña muerte del hombre que inventó un motor que funcionaba con agua, Stanley Meyer.

Cordial saludo

Ricarrob
Ricarrob
1 día hace
Responder a  Francisco Brun

¡Claro que sabe usted de arte, sr. Brun! El arte es instintivo, es belleza, es conectar con lo más profundo de nuestro ser, es hacer el esfuerzo, nada fácil, de concentrarse en nuestro inconsciente, en dejarse llevar por la obra de arte y conectar con el artista, con su época, con su oaisaje, con su música…

El arte no es aceptar como papagayos lo que las corrientes nos imponen qué es arte. El arte no es aceptar lo que nos dan ya masticado y que aceptamos para no desentonar y ser criticados. Warhol es uno de los casos, Pollock es otro. Observen las latas de sopa y díganme, desde lo màs profundo, qué ven, qué les transmite. Sin embargo, miren el carro de heno de El Bosco y podrán introducirse en su espíritu. Miren ustedes un cuadro cubista y ni un sólo sentimiento aflorará a su mente.

Respecto a lo que nos espera, a la humanidad, con los super juguetes, está bastante negro. Quizás, los pocos que queden, terminen viviendo en cavernas y pintando manos y bisontes en sus paredes, descubriendo de nuevo el arte verdadero.

Un abrazo.

Francisco Brun
7 horas hace
Responder a  Ricarrob

Comparto lo que usted dice estimado señor, una obra de arte es aquella que al observarla, leerla, o escucharla, nos moviliza, nos interpela, nos deja algo nuevo en nuestra mente, nos gratifica, o nos permite disfrutar de un momento de paz interior. Paz interior; justamente en este mundo en guerra permanente, que para millones, en lugar de vivir se deben conformar solo con sobrevivir.
Una obra de arte tiene la sublime capacidad de brindar una caricia a los niños, mujeres, hombres y adultos doblegados por la injusticia.

Cordial saludo

Aguijón
Aguijón
23 horas hace
Responder a  Francisco Brun

Completamente de acuerdo con lo de la IA… Que Dios nos ampare y nos coja confesados…
Creo que nos la van a meter doblada.

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