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Una historia de Europa (LVI)

Lo de Colón se explica rápido. Que la Tierra era redonda y no plana se sospechaba desde la Antigüedad, pues para eso hubo científicos en Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma. Y ya con la modernidad, en el siglo XV se tenía, al menos entre marinos, astrónomos y gente cultivada, la absoluta certeza. Surgió entonces la figura de un navegante genovés (hombre de alto ingenio y muy diestro en Cosmografía, según el cura de Los Palacios) que, aficionado desde jovencito a la lectura y a la geografía, consciente de que los comerciantes europeos querían especias y otras riquezas de la India, China y el resto de Asia (rutas de Oriente que los turcos controlaban por tierra, y por mar tenían casi monopolizadas los portugueses que costeaban África), tuvo la genial idea de comprender que, si la tierra era de verdad redonda, bastaría con navegar hacia el oeste para llegar a la India por el otro lado (truco del almendruco también conocido por huevo de Colón). Ofreció primero la idea al rey de Portugal, que pasó mucho del asunto, aunque después se tiró de los pelos por el patinazo («Soy o mais grande pringao do universo», se lamentaba el monarca portugata con sus íntimos, hecho polvo). Así que Colón, tenaz, acudió a Isabel de Castilla y a su marido Fernando de Aragón; que acabaron, sobre todo ella, financiando la expedición (año 1492, el mismo de la toma de Granada a los musulmanes, fin de lo que aquí llamamos Reconquista). El resto lo conocen ustedes mejor que yo: con tres barquitos de nada, Colón tiró millas rumbo a poniente echándole unas agallas admirables a la aventura, y al cabo de un mes más largo que una guerra sin tabaco, cuando creía estar frente a las Indias orientales, se encontró con un continente nuevo de trinca que nadie sabía que estaba allí. Aquello fue un puntazo, andar buscando un continente y darse de boca con otro que estaba en medio. Al principio todos pensaron que eran las Indias, y hasta Colón murió creyéndolo; pero era, nada menos, lo que hoy llamamos América: un lugar tan grande, rico y diverso que cambió el destino de Europa y la historia de la Humanidad. Explorar, descubrir y rellenar el blanco de los mapas (la terra incognita) se puso de moda, a partir de entonces se desataron la fiebre geográfica y las ansias de trincar viruta, y ya no cesaron las expediciones y los descubrimientos: costas del Brasil, Océano Pacífico, circunnavegación de la Tierra (hazaña de un portugués y un español, como en los chistes: salieron 252 hombres y volvieron 18) e innumerables etcéteras más. Y así, aliándose el afán de viajes y aventura con las ganas de forrarse, muchos segundones, desgraciados, infelices que languidecían en España bajo reyes, nobles y curas, decidieron jugarse el pellejo, palmar en lugares lejanos o volver ricos y respetados a su pueblo. Y poco a poco, echándole sangre y cojones en una hazaña sin igual en la historia de Europa y del mundo, los descubridores fueron convirtiéndose en conquistadores que desembarcaron (matando pero también muriendo, destruyendo civilizaciones pero creando otras mestizas) en América y Oceanía. Con sólo unos cientos de hombres, Hernán Cortés conquistó México, Francisco Pizarro el Perú y Pedro de Valdivia Chile. A menudo aquellos aventureros valerosos y crueles se asesinaron entre ellos o acabaron ahorcados por los reyes a los que servían, o por los funcionarios reales, leguleyos y otros mangantes que, pasados los riesgos de la conquista, cayeron sobre los nuevos territorios con la voracidad de una plaga de langosta. Y es cierto: los españoles llevaron matanzas, saqueos y enfermedades a un continente donde (todo hay que decirlo) antes de que llegaran ellos los pueblos indígenas ya se mataban, esclavizaban e incluso devoraban entre sí (la milonga de una América idílica precolonial no te la tragas ni harto de vino). Pero también, a diferencia de los ingleses que pronto llegaron al norte, donde procuraron no dejar un indio vivo, los españoles, lejos de exterminarlos, se mezclaron con ellos creando familias e hispanizando a sus hijos. Injusticia, esclavitud y crímenes hubo siempre en todas partes, pues tal suele comportarse el ser humano; pero a diferencia de los hipócritas anglosajones que hoy derriban estatuas de Colón, los españoles nunca consideraron aquello colonias, sino provincias de la Corona de Castilla, estudiaron las lenguas nativas (muchas se habrían perdido sin las gramáticas y diccionarios escritos por los frailes para evangelizar), construyeron hospitales, iglesias, escuelas y universidades abiertas a mestizos e indios y redactaron las famosas Leyes de Indias, monumento pionero de humanidad y justicia al que deberían echar un vistazo tantos idiotas que, a uno y otro lado del Atlántico, insultan a España poniendo fuera de contexto hechos y siglos que ni conocen ni comprenden.

[Continuará].

____________

Publicado el 9 de junio de 2023 en XL Semanal.

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David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
1 año hace

Los primeros aborígenes que llevó Colón ante los Reyes de Castilla fueron puestos en libertad y devueltos a sus tierra por orden de los mismos Monarcas: no eran esclavos, cautivos ni enemigos, tampoco infieles, sino súbditos.
El pequeño detalle de evangelizarlos fue dejado a la Iglesia y asunto arreglado: no se les consideró nunca como «propiedades», como cosas, sino como personas.
Portugueses y anglosajones, así como franceses, holandeses y alemanes, sí los consideraron «inferiores» y los exterminaron sin asco. En cambio, los españoles, producto ellos mismos de siglos de cruces raciales, invasiones, saqueos, violaciones y matanzas surtidas, no solo se mezclaron con los aborígenes, sino que les reconocieron como iguales: en Chile, la Corona pactó con los araucanos -Nombre poético que les dio Ercilla- y los reconoció como «nación».

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace

Excelente exposición, sr. Sepúlveda y en pocas palabras. Toda Latinonoamérica es mestiza, cuestión fácilmente comprobable a simple vista e incluso genéticamente. Comparemos esto con la América anglosajona, con Australia, Nueva Zelanda, con Suráfrica, con la India y con tantos y tantos lugares colonizados (estas si eran colonias, no provincias) por ingleses, holandeses, alemanes, belgas, e incluso franceses. El mestizaje en esos casos no existe. Y no hay barbaries mayores y más deshumanizadas que las cometidas por los belgas en el Congo.

Paula
Paula
1 año hace
Responder a  Ricarrob

Casi toda Latinoamérica es mestiza – la excepción es la zona del Río de la Plata, donde la mayor parte de la población es étnicamente europea (española e italiana, en su mayor parte). Y la prueba de que los españoles, en un principio, buscaron marcar una clara diferencia entre los europeos y los indígenas… es el «voseo»: al indio se lo trataba de «tú», pero el español debía ser tratado de «vos». Hoy el «tú» ya no existe en Argentina ni en Uruguay, y todos nos tratamos de «vos».

David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
1 año hace
Responder a  Paula

Discutible. Sin ser un experto, tengo la impresión que la Argentina -y el Uruguay- fueron colonizados por italianos después de la Independencia, quienes se establecieron en los puertos -Muy particularmente Buenos Aires- y tratan hasta hoy en día como inferiores al resto de los argentinos, de rasgos mestizos. Y fueron quienes practicaron el exterminio de los aborígenes de la Patagonia, además.

Paula
Paula
1 año hace

Me sorprende su comentario; nunca leí nada en ese sentido. Y no entiendo por qué resulta ofensivo para los españoles señalar el origen del «voseo». La mentalidad de esa época era clasista – y lo era también en Europa-; hemos evolucionado y hoy nadie se considera superior o inferior por ser caucásico, indio, mestizo, etc. La conquista supone una superioridad (al menos militar), y el conquistador impone su religión, su lengua, su ciencia, y sus constumbres. Y no digo que sea malo: la ciencia europea era más avanzada, y sin duda la religión católica mucho mejor que la creencia de los aztecas en las virtudes de los sacrificios humanos. – Los españoles que llegaban a América se sentían -y con justo derecho, al cabo de la epopeya que significó la conquista – «grandes señores» y creían merecer un trato acorde. El «vos» tal vez no tenía que ver con una superioridad racial , sino con un derecho ganado por la travesía que significó la llegada a América.

Lucasz
Lucasz
1 año hace
Responder a  Paula

Es la contemporánea, una guerra de narrativas. En Argentina saben decir que «la Historia la escriben los asesinos», ya que son los que quedan para contarla. El hecho es que, hoy mas que nunca con fake-news repetidas hasta convencer masas planetarias, hay creencias enemigas. Mestizos descendientes de indios masacrados por hispanos, verán en el día de la raza el de la conquista y masacre, aunque el autor le de el monopolio del asunto a anglosajones, holandeses y portugueses. Así como en la batalla de Karbala la Shiia es CASI aniquilada, pero los que sobreviven saben contar la suya e Irán ser un demonio para vecinos sunitas, americanos o israelíes. En el mismo animo rusos y ucranianos disciernen (y también combaten), polacos y lituanos revisionistas reescriben su historia, antisemitas niegan el holocausto, turcos niegan el genocidio armenio, ibéricos se encojonan por la isla Perejil, pero ni pío sobre Gibraltar. En Flandes tienen pésimos recuerdos de Los tercios ( quizás por eso se fregaron en Euro-ordenes de captura contra Puigdemont?), y la memoria americana de los conquistadores es que si se mezclaron no fue por amor sino por ser lacra aventurera que llego sin sus mujeres e hijos como los sajones. Y que decir de la quema de sus dioses en nombre del dios sediento del oro y la plata. Así como trajeron las universidades, también trajeron al Santo Oficio, por lo que-como siempre- todo depende de que mitad del vaso miremos. O como dijera el poeta «en este mundo traidor/ no hay verdades ni mentiras/ todo es según el color/ del cristal con que se mira»

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace
Responder a  Lucasz

Los tópicos a los que recurrimos no son más que tópicos. Topicazos que, al final, no dicen nada.

Para ver el contenido del vaso depende de quien se haya bebido antes la mitad del coñac. Esto nunca se dice…

Respecto al poeta, parece que tuvo un mal día. Algunos se empeñan siempre en verlo todo a través de un loco caleidoscopio. Otros, sin embargo, luchan e intentan verlo todo sin cristales de colores. Pero, en la realidad, sin cristales, en el mundo hay verdades y hay mentiras aunque el mundo, precisamente por ello, siga siendo traidor.

Saber discernir es la base de todo, sin vaso, sin coñac y sin cristales…

Saludos.

Paula
Paula
1 año hace

«(…) los españoles, producto ellos mismos de siglos de cruces raciales, invasiones, saqueos, violaciones y matanzas surtidas (…) les reconocieron como iguales». Sí, es un mérito digno de ser destacado en comparación con las conquistas de otras potencias. Pero en la misma época, los judíos fueron expulsados de España (a menos que aceptaran convertirse al catolicismo), y la misma conversión forzada se les impuso a los nativos en América – tal vez con la intención de homogeneizar la población.

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace
Responder a  Paula

Fue un error. Perdimos un bagaje cultural, científico, artesanal, riqueza de todo tipo en definitiva. En descargo diré que no fuimos el único país que los expulsó, también erróneamente.

Basurillas
Basurillas
1 año hace

Muy bien, señor, le felicito por su exposición, que complementa perfectamente la del señor Reverte, y teniendo el valor adicional de ser realizada desde el otro lado del Atlántico. Desde luego que la actuación española, como todo lo emprendido por la humanidad, tuvo sus zonas grises, errores y violencias, pero mucho menores que las de las verdaderas potencias «colonizadoras» en sentido estricto; conteniendo otras facetas positivas y humanísticas ausentes en las políticas de otros países. Ningún otro país europeo, creo, puede presumir del hermanamiento que sentimos profundamente los hispanoamericanos a ambos lados «del charco». Con orgullo: un español, nacido en Venezuela de padres españoles.

Manuel González Ledesma
Manuel González Ledesma
1 año hace

Parcial tu visión. Los españoles no exterminaron a la mayoría directamente, solo los desplazaron a punta de violencia de los lugares que ocupaban hacia lugares marginales, donde era imposible que sobreviviesen todos; en otras palabras, les quitaron sus medios de sobrevivencia. Y la evangelización, simplemente iba acompañada de la expansión de la iglesia (lavado de cerebro para ayudar en la sumisión, y ocupación de enormes territorios y propiedades). Algunos grupos sobrevivieron, otros desaparecieron. Jamás fueron tratados como iguales, aún hoy esto está presente, la discriminación racial nunca desapareció. Y la iglesia, como institución (siempre hubo excepciones loables de individuos y sectores), siempre ha estado al otro lado, al lado de los racistas, al lado de los más corrupto de la política de México hasta el día de hoy (los hechos son incontables, y los oscuros más). La discriminación actual, de verlos inferiores, se puede ver en México o en Perú o en Bolivia; de estos mismos grupos herederos de aquellos. Muy aparte queda la interacción positiva de unos y otros, fuera de lo señalado; fuera de las instituciones, de los terratenientes, de la iglesia, de los gobernantes siempre alineados a la derecha.

David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
1 año hace

Me acusa de tener una visión «parcial», pero es Ud. quien termina hablando de «la derecha», como si eso tuviera algo que ver en este cuento.

Jose
Jose
1 año hace

Una historia de España, aseptica, objetiva, sin leyenda rosa, sin heroicos comentarios, sin parcialidad ni llamamientos a la gloria hispánica sigue siendo una historia incomparable, una epopeya sin igual y un momento superior en la historia de la humanidad

Lucasz
Lucasz
1 año hace
Responder a  Jose

Un momento superior en la historia de la humanidad? Mas quisiera ud. haber sido esclavo en las minas de plata de Potosí.

Jorge Santonja
1 año hace

Hola Arturo, creo que puede resultar interesante comentar que ya los griegos tenían la certeza de la redondez de la tierra (Eratóstenes) y que consiguieron incluso medir sus dimensiones. Como consiguieron conocer la redondez resulta muy interesante y muy ingeniosa. Vieron que el día del solsticio de verano en una ciudad con una latitud, las sombras son de un determinado tamaño (forman un ángulo respecto al objeto) y más al sur o al norte este ángulo respecto al objeto cambia, es decir están en una superficie curva y no plana. Así que la incidencia de los rayos del sol no es la misma, y por trigonometría se puede establecer incluso el tamaño de la circunferencia, es el principio por el que se rige el astrolabio y el sextante. Un saludo.

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace

Colón. Figura más controvertida imposible. Misterio. Orígen incierto. Más de cinco siglos han pasado ya y seguimos sin saber si era genovés, gallego, portugués, judío, de Lepe o de Móstoles. Curioso que se dediquen a derruir sus imágenes por un lado y, por otro, los nacionalismos intenten apropiarse de sus raíces. Controvertido, misterioso, soberbio, crédulo, obsesivo… un personaje digno de estudio. Cinco siglos sin descubrir quien era realmente Colón. Y seguimos…

Respecto al huevo o a los huevos de colón quizás no fue así la historia y se trata más bien de una anécdota que tampoco parece muy sofisticada ya que es una guarrada remostar un huevo encima de una mesa. ¡Qué asco! Además, los huevos de antes no son como los de ahora. Y desperdiciar un huevo en aquellos tiempos era un delito perseguido por la inquisición. ¡Manda huevos!

Otro tema es que algunos descerebrados califiquen a Colón de fascista sin tener en cuenta el despropósito asincrónico que supone y sin analizar contexto. Solo les falta decir que ya entonces votaba a Vox y era franquista. Quinientos años arriba o abajo, ¡qué más da!

Bueno, con huevos o sin huevos, fue todo un personaje.

David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
1 año hace
Responder a  Ricarrob

Personalmente, opino que tuvo muchos huevos.

Raulmanny
Raulmanny
1 año hace

Para darse cuenta de la grandeza de la empresa Española basta visitar la primera ciudad fundada en lo que son ahora los Estados Unidos: San Agustin fundada en 1565 por Pedro Menendez de Aviles (asturiano por mas señas). A consecuencia de los tratados despues de la conaquista de la Habana por los ingleses, los hispanos emigraron a Cuba acompañados de buena gana por los indios nativos de la zona.

Paula
Paula
1 año hace

Es cierto que los nativos se mataban entre sí (los aztecas, toltecas y demás «ecas’ – que además ofrecían a su divinidad sacrificios humanos -, por ejemplo), pero esto siempre ha sucedido en todas latitudes, épocas y circunstancias de la humanidad -. Esto ni justifica, ni minimiza, ni glorifica, ni tampoco se opone a la conquista. Siempre la nación más desarrollada se impone a las naciones más débiles, y no siempre por la fuerza militar sino también por la tecnología, la economía, la inventiva. Sí es loable que finalmente hubiera mestizaje y todos se integraran a una misma nación, aunque culturalmente la riqueza de los pueblos nativos se perdió y se impuso la lengua y la religión de los conquistadores – con la excepción de Paraguay, donde aún se habla, en ciertos lugares, el guaraní -.

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace
Responder a  Paula

Siempre han habido civilizaciones, culturas que se han evaporado en las profundidades del tiempo, como los sumerios. Siempre. Por unas causas o por otras o por muchas a la vez. Incluso ramas de homínidos como los neandertales. La historia es así. La vida es así.

Victor
Victor
1 año hace
Responder a  Paula

No se olvide del quechua, el diaguita, el mapuche, el qom, que aún se hablan en el territorio de Argentina. En el resto del continente, no sé mucho, pero habrá lenguas indígenas aún vivas.

Paula
Paula
1 año hace

Las especias de Oriente eran absolutamente necesarias para la conservación de los alimentos – no era simplemente un lujo. Y las rutas habituales hacia la India eran peligrosas: había que encontrar una ruta nueva. Y aquí Colón descubre otra cosa (los ingleses hablarían de «serendipity» – un descubrimiento azaroso que tiene lugar al buscar otra cosa).

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace

Y según nos dice muy bien don Arturo, hay muchos personajes, en esa gran aventura, dignos de estudio y de admiración (aunque sus estatuas rueden por los suelos): Cortés, Pizarro, Valdivia, Cabeza de Vaca, etc. Y algunos otros, dignos de psiquiatra como Ursúa y Lope de Aguirre, el de la coleta (por favor, no piensen ustedes que me refiero a nadie de la actualidad, o si).

Lope de Aguirre. En aquellos tiempos, un adelantado al suyo, alguien que buscaba ya utopías anarco-marxistas en un inexistente El Dorado. Menos mal que Klaus Kinski nos hizo ver los entresijos psicopáticos de este político, perdón, de este personaje dictatorial que se fue cargando a los de su propio partido, perdón, a los de su propia panda; me refiero al de hace 500 años, claro.

La historia se repite. O los personajes. O ambos…

Descubridores, villanos, héroes, aventureros, frailes, frailas (me estaba acordando de la monja alférez, sugerente personaje con un par, que quizás también pudiera tener reflejo actual), variopintos especímenes humanos que configuraron una de las mayores aventuras de la humanidad, digna de ser leída, recordada, contada y admirada y que todos salieron, de esta vieja piel de toro.

Orgullo. Sin prejuicio. Sin complejos. Sin falsas culpas.

Elsa Rodriguez Garcia
Elsa Rodriguez Garcia
1 año hace

Soy argentina y me preguntó que hubiera sido de nosotros sin la llegada de los españoles.Basta con ir a Misiones y ver el trabajo de los jesuitas . Seguiríamos viviendo de la caza y de la pesca sin duda.
O será como dicen los italianos il sangue non e aqua que mis ideas hacen honor a mis apellidos

Andrés Manuel
Andrés Manuel
1 año hace

Un artículo brillante y como siempre, certero y conciso .
Gracias Arturo

Pedro
Pedro
1 año hace

N O LO HE LEIDO PERO AVISTO TIERRA ,BIZARRA

Cecilia Rosas
Cecilia Rosas
1 año hace

Grande ese Arturo, soy de México.
Sueño q un día escribes la vida de mi madre, una mujer marcada por ese México familiar pero conservador hasta el hígado.

Francisco Brun
Francisco Brun
1 año hace

Aún recuerdo cuando en la escuela primaria realizaba las tres carabelas con media cáscara de nuez rellenas de plastilina, palillos a modo de mástiles y papel insertado como velas.
Imagino que las verdaderas carabelas de la expedición de Colón, coincidían con aquellas miniaturas mías, considerando su volumen con respecto al océano infinito que debían cruzar, tal vez serían aún más insignificantes; pero lo seguro es que su tamaño era inversamente proporcional al coraje de esos capitanes y su tripulación; muchos, tal vez, solo tenían dos opciones, arriesgar la vida en una travesía desconocida, o morir de hambre y pestes en tierra.
Buscando en internet, para saber cuánto duró el primer viaje, aparentemente no existe un dato preciso, (quizás ya no existen datos precisos de nada ni de nadie en ninguna parte) pero digamos que si duró unos 58 días, para esos hombres resultó una eternidad, solo hay que imaginar estar en altamar, sin ver rastros de tierra, más la sensación de poder morir en una tempestad, de hambre, de sed, o por alguna enfermedad. Solo pensar en el hombre que gritó ¡tierra a la vista!, su corazón debe haber dado un brinco, y sus compañeros tienen que haber gritado y llorado emocionados, abrazándose unos con otros.
Después, la sensación de pisar tierra firme, escuchar a los pájaros; y el contacto con los primeros seres humanos.
Quizás en la mente de Colón que tendría unos 56 años, para la época un hombre mayor, era como tocar el cielo con sus manos, se convertía en un arriesgado visionario.
De acuerdo a mi memoria de «copiar y pegar» del sitio: EL CORREO

https://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201506/24/1492-viaje-cambio-mundo-20150615083240.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F

«26 hombres subieron a bordo de la Pinta, 22 en la Niña y 39 en la Santa María. Entre ellos había un boticario, un cirujano, un escribano, un sastre y hasta un traductor, pero ninguno de ellos era mujer ni soldado ni eclesiástico.
Colón llevó una doble contabilidad de la distancia recorrida. La manipulada, que era la que decía a la tripulación, y la real, mucho mayor. El día 17 comenzaron las dificultades. Los marineros estaban ansiosos por llegar. Parece que fue el sector vasco el que llegó a amenazar con amotinarse y tirar al Almirante al océano. Para su suerte, Martín Pinzón impuso su autoridad y la situación se contuvo. Finalmente, el 12 de octubre, avistaron tierra».

«Se permitió que hasta condenados formaran parte de la tripulación. De hecho, embarcaron cuatro. En cuanto a los salarios, los mejor pagados, los capitanes, recibieron 35.000 maravedíes (unos 21.000 euros, siguiendo el cálculo de Domínguez Ortiz). Los menos afortunados, los grumetes, obtuvieron 8.000 (algo más de 4.000 euros). A todos ellos se les dio un adelanto de cuatro meses».

Regresando a mi país, copiando y pegando de la fuente Wikipedia:

«El monumento a Cristóbal Colón se encuentra situado en la ciudad de Buenos Aires, sobre la costa del Río de La Plata, a la altura del Aeroparque Jorge Newbery en el espigón Puerto Argentino. Hasta junio de 2013 se localizaba en el Parque Colón, entre la Casa Rosada y la circular Avenida de la Rábida. Su construcción fue impulsada por un próspero inmigrante italiano, Antonio Devoto, como obsequio de la colectividad de ese país a la República Argentina en el Centenario de la Revolución de Mayo».

Esto lo digo yo:
Nuestras autoridades Argentina gozan con manosear hasta las estatuas, en ese momento «la doctora exitosa» Cristina Kirchner, tomó la decisión, inconsulta, porque ella piensa que puede hacer lo que se le cante, y ordenó enfáticamente el traslado del abnegado monumento de Colón de 623 toneladas, el cual fue removido de su plaza del mismo nombre, (costo que pagamos todos nosotros, no ella), y colocado frente al Aeroparque Jorge Newbery, sin su consentimiento… que puede decir el hombre, si las tiene de piedra. Casualmente hace pocos días pasé por allí, y la observé detenidamente, es una escultura hermosa, pero quedó mirando hacia el Río de la Plata, dando la espalda a la ciudad; no se si se quiso enfatizar que al prestigioso marino le atrae el agua, o no ve la hora de rajarse de estas tierras y no volver.
No puedo dejar de mencionar a otra estatua recientemente inaugurada de un aclamado director técnico, Marcelo Gallardo, al que le hicieron, aunque usted no lo crea estimado lector, un abultado promontorio es sus zonas bajas, aparentemente para que aquel que toque eso, tendrá suerte. La verdad, es un hecho como mínimo, espantoso; en primer lugar la silenciosa estatua no se parece al homenajeado y difícilmente posea semejantes atributos, para colmo de males, y para remarcar la burrada, se los van a limar…esto ya debe tener repercusiones y memes a nivel mundial.
Cordial saludo amigos.

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace
Responder a  Francisco Brun

Esa, esa. La misma Cristina que hace poco fue homenajeada por el ínclito Zapatiesto y por el ex-juez Garzón. Ningún español de bien debería regarle el tiesto a esta personaja (perdón por la expresión monteriana), enemiga de lo hispano. Da verguenza ajena ver las imágenes de esta exaltación pública de un personaje nefasto para Argentina y para España.

Excelente sr. Brun. Da satisfacción y alivio ver como todavía hay personas en América (espero que sean muchas ante el ruido de los populistas minoritarios) que recuerdan con agrado y devoción la gesta.

Populismo. Y luego hablan del populismo de derechas…

Francisco Brun
Francisco Brun
1 año hace

Cuando el señor el señor Pérez Reverte dice: que algo como el descubrimiento de América «se explica rápido» el bien sabe que todo hecho histórico al mencionarlo abre muchas puertas, que no todas son color de rosa: atropellos, guerras, muertes, rencor, miserias, incluso holocausto.
Digamos con todas las palabras las dos partes de la biblioteca, una dice que el conquistador europeo, borró de la faz de la tierra al originario y la otra mitad puede decir que sin la conquista europea América no se hubiera desarrollado jamás. Permítanme decir que en mi opinión esta es una batalla intelectual de interpretaciones de un pasado demasiado lejano, que no nos lleva absolutamente a ningún lado al menos constructivo.
Nuestro actual presidente Argentino dijo que: «los Brasileños provenían de la selva, los Mexicanos salieron de los indios, y nosotros los Argentinos descendemos de los barcos»; pero más allá de la intención errónea o no de resumir siglos de historia en una frase. justamente la historia del hombre no se puede simplificar en una idea simple; la historia es una materia muy compleja, que se estudia y aún se continúa investigando; quizás mañana se descubra una nueva biblioteca sumeria y nuevos acontecimientos perdidos de pueblos salgan a la luz.
Digo que la historia del hombre es muy compleja porque trata de acontecimientos que alguien escribió para registrarlos, mal, bien, diciendo la verdad o mintiendo; entonces, solo queda la comparación de viejos registros y la interpretación de lo observable actual. Pretender que los estudiosos de la historia, se puedan poner absolutamente de acuerdo en algún hecho puntual es muy difícil, porque considero que todo se puede rebatir, la verdad absoluta de todas las cosas existe, y es una sola, pero no poseemos la capacidad para poder asegurar nada, o muy, muy poco.
Regresando al descubrimiento de América, deberíamos ubicarnos en la mente de aquellos protagonistas y sus circunstancias, y quizás veríamos las cosas distintas y no tan extremas.
No puedo saber si los conquistadores deseaban ir a matar y violar mujeres, a matar niños por conseguir tierra y oro, como tampoco puedo asegurar que los pueblos originarios eran solo hombres ingenuos, que se deslumbran por los espejos de colores.
Asegurar algo que transcurrió hace tantos años, que ya no quedan registros de personas vivas, es como creer que las magníficas novelas del señor Pérez Reverte o los cuentos de Borges y Kafka son todos ciertos.
Como todo en este mundo es dinero y política, también debo decir que la mayoría de los políticos de todo el mundo se especializan en tergiversar los hechos históricos anteriores, y también recientes, es su especialidad para convencer a sus seguidores.
No obstante todo esto, digo una aclaración, todo lo que ha escrito el hombre de algún modo es cierto, porque lo que se escribe pasa a ser un documento, un testimonio, que, aunque fuera absolutamente falso, lo allí escrito se convierte en un documento. Y agrego, que en literatura, el cuento más imaginativo y lejos de la realidad, también es cierto, porque describe, la verdad de la mente de ese escritor.
Por último, si quisiéramos escribir en un papel una lista de certezas, al leerlas, nos daríamos cuenta que tal vez surjan más dudas.
Cordial saludo amigos.

Hector Morini
1 año hace

Es el típico relato del invasor, te morirás creyéndote toda esa mierda que has relatado. que pena …

Encarnita
Encarnita
1 año hace

Estoy encantada

Luis
Luis
1 año hace

Es muy interesante oir la otra campana sobre los conquistadores, es decir sobre sus maldades (para ser suave).
Para esto sugiero leer a Fray Bartolomé de las Casas.