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Una historia de Europa (LXIV)

Las chicas de antes, para su desdicha y la de Europa en general, no eran como las de ahora. Con raras excepciones (Hipatia de Alejandría, Safo de Lesbos, Juana de Arco y pocas más), desde las humildes campesinas hasta las damas de alta cuna, lo que se imponía era la sumisión al padre, hermano o esposo, labores del hogar, observancia religiosa y mantenerse lejos de las ciencias, las artes y las letras que, según sus piadosos confesores, hija mía, os trastornan la cabeza. Ni siquiera se les suponía capacidad intelectual comparable a la de los varones. Qué va a saber de eso una tía, era la idea. Como mucho, a las pijas burguesas, nobles y tal, o sea, a las afortunadas, se les concedían diversiones menores: música, lecturas adecuadas para su sexo y poco más. Así fue durante mucho tiempo, hasta que desde el siglo XV el Renacimiento empezó a cambiar algo las cosas. A partir de entonces los azares de la Historia situaron a mujeres en lugares destacados, y su presencia y personalidad acabaron influyendo mucho. Tal fue el caso de Isabel de Castilla, que cambió no sólo el futuro de España sino también el universal; y además de ella (la más brillante y con más huevos de su tiempo) hubo otras señoras notables en lo de cambiar la seda por el percal: la italiana Catalina de Médicis, que fue reina de Francia (magistralmente interpretada por Virna Lisi en la peli La reina Margot); María Estuardo, infeliz reina de Escocia (la noveló Walter Scott y la encarnó en el cine Katharine Hepburn); María Tudor (que dio nombre al Bloody Mary) y su hermanastra Isabel, aquella pelirroja solterona (le dieron rostro y voz actrices como Bette Davis, Glenda Jackson y Cate Blanchett) que acabó siendo reina de Inglaterra y pesadilla perpetua del monarca español Felipe II. Pero no sólo hubo reinas, claro. Si las mencionamos a todas, nos dan aquí las uvas. La veneciana Cristina de Pizán, por ejemplo (primera escritora profesional de la historia, cinco siglos antes de Ágatha Christie), acabó instalada en Francia, donde escribió una novela titulada La Ciudad de las Damas, soberbia respuesta intelectual a la famosa afirmación hecha en el Roman de la Rose por Jean de Meung: Todas son, fueron o serán putas por acción o intención. En España, entonces en la cumbre del mundo, salieron varias de rompe y rasga; pero es ineludible mencionar a tres: una fue Beatriz Galindo, alias La Latina, humanista y filántropa; y las otras dos, religiosas: Isabel de Villena (en su Vita Christi es el propio Jesucristo quien defiende a las mujeres) y Teresa de Cartagena (La arboleda de los enfermos fue un libro tan bueno que los hombres de su época no creían que lo hubiese escrito una mujer). Esas mujeres, como otras en España y fuera de ella, desbrozaron el camino para las que vendrían después, como santa Teresa de Jesús o María de Zayas, la mexicana sor Juana Inés de la Cruz o, ya en el siglo XVIII, la francesa Madame de La Fayette con su deliciosa novela La princesa de Clèves. Etcétera, etcétera. De todas formas, ya que hablamos de libros y antes hemos hablado de reinas, sería delito de lesa historia no mencionar a la también española Catalina de Aragón, primera y luego repudiada esposa del rey inglés Enrique VIII. Hija de Isabel y Fernando, los reyes católicos, creció a la sombra de su espléndida madre y se tomó muy en serio el trono de Inglaterra, derrotando a los escoceses en la famosa batalla del año 1513 cuando su legítimo (que luego la repudió, el hijoputa), se hallaba en el extranjero. Catalina cuidó mucho la educación de Mary o María, su hija anglohispana, y para ello encargó a Luis Vives, humanista español de campanillas (entre lo máximo de su época, todo un figura) un libro titulado La educación de una mujer cristiana. Aquella respetable reina Catalina, que era una señora y no una lagarta intrigante como su sucesora en el lecho regio, Ana Bolena (aquélla a la que después afeitó en seco el verdugo de Londres), no sólo se ocupó de la formación intelectual de su hija María, sino que fue entusiasta patrocinadora, siguiendo la tradición real inglesa, del Colegio de la Reina de Cambridge y del Colegio Saint John. Con todo y con ello, tanto en Inglaterra como en Francia, España, Italia y el resto de Europa, en el siglo XVI las mujeres seguían apartadas del núcleo duro de las ciencias, las artes y las letras, y se les prohibía el acceso a las universidades. Eso no iba a ser obstáculo, sin embargo, para que una reina sin título universitario ni nada que se pareciera (incluida una absoluta falta de escrúpulos heredada de su papi Enrique), mucho menos culta pero más lista que otros y que otras, se convirtiera en la más importante y poderosa de su tiempo, transformando a Inglaterra en gran potencia. Me refiero, claro, a Isabel I de Inglaterra. Y de ella hablaremos en el próximo capítulo.

[Continuará].

____________

Publicado el 29 de septiembre de 2023 en XL Semanal.

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Ricarrob
Ricarrob
1 año hace

Siempre me he preguntado por la consideración que les merece a los anglos su rey Enrique el octavo. Si en su historiografía y en la mente de sus ciudadadnos de a pie le tienen por un total y absoluto hijo de puta, loco, putañero, cruel, vengativo… Y a su primera esposa por inteligente, valiente y un dechado de virtudes. Quizás sólo por ser española…

Porque aquí si que campa la autocrítica, quizás en exceso para nuestro propio escarnio, y, por ejemplo, a Fernandito el séptimo lo increpamos, justamente, como se merece. Y le ponemos el apelativo de felón. A Enrique creo que los ingleses solamente lo tachan de el gordo.

Respecto a las mujeres, pruebas hay desde la antiguedad de su superior intelecto, sus virtudes y sus capacidades para dirigir y organizar. Cristina de pizán es un buen ejemplo. Su vida merece la pena ser leída. Además d3 la ciudad de las damas hay un libro del mismo título que su nombre, de Simone Roux, tremendamente interesante.

El ejemplo de la gran mujer y reina que fue Leonor de Aquitania es incuestionable. Y fue a las cruzadas, con un par. Y decidió y manejó la política Europea durante toda su vida.

Y todo eso a pesar de que, desde los inicios del Imperio Romano (también con Grecia), la mujer fue socialmente postergada. Y se acrecentó con la llegada del misógino cristianismo (recordemos a Hipatia, mujer científica y sabia, desmembrada por fanáticos).

Si, desde la antiguedad. Recordemos a Enheduanna, hija de Sargón, quizás la primera poeta de la historia. Y escribiendo en cuneiforme, que tiene tela el asunto.

Y, cerca de la época que estamos tratando, la ilustre, académica y universitsria Francisca, hija de Nebrija. En tiempos en que a las mujeres se les prohibía ir a la universidad.

Misoginia, ignorancia, tabúes, religión, sociedades patriarcales… no está ahora, en la historiografía, de moda hablar de la Edad Media como edad oscura. Solamente por la postergación tan intensa y despiadada de las mujeres en dicha época merece ser calificada de oscura.

Largo y tendido se podrìa continuar hablando de este tema.

Saludos.

Julia
Julia
1 año hace

Eran chicas de muuucho antes, pero no considero que tuvieran una vida tan infeliz. Eran maestras en el arte de intrigar y seducir, y algunas mangonearon para conseguir sus propósitos, aunque a varias las afeitara en seco el verdugo o la repudiase el hijoputa (jajajaja).

Sr Pérez Reverte, nunca he encontrado en mis lecturas (y son muchos años leyendo) unas descripciones como las suyas, ingeniosas, divertidas y tan reales que se puede ver y sentir lo que describe. En mi opinión, ha aportado algo novedoso a la escritura. (Tenso como el pescuezo de un cantaor de flamenco) Insuperable.

Raoul
Raoul
1 año hace

Hablando de María Estuardo y de Leonor de Aquitania, son muy recomendables las biografías que les dedicaron Stefan Zweig y Régine Pernoud.

Jorge
Jorge
1 año hace

Lo de ignorar y menospreciar a las mujeres siempre fue de chulos ignorantes. Históricamente todo hombre con más de 3 neuronas activas y algo de cultura, siempre valoró la sabiduría y capacidad de las mujeres inteligentes. Y ellas siempre supieron arreglárselas para influir, hasta donde les fuera posible, en los destinos de sus familias. Por algo la historia – en particular la de occidente – está perlada de mujeres que, en primera fila o desde un poco más atrás, pudieron moldear, cincelar o al menos dejar su marca en los acontecimientos de su época.

Basurillas
Basurillas
1 año hace

Hoy la cosa, a mi entender va más de filosofía, sociología y sicología que de historia. Y la lectura del artículo me plantea la cuestión del motivo o motivos por el que los hombres han querido, a lo largo de los tiempos, mantener a la mujer recogida, prácticamente secuestrada, aislada, inculta, sometida y despreciada. Supongo que algo tendrán que ver las cualidades que las hacen clara o aparentemente diferentes o superiores, física y mentalmente, del varón. Tal vez la belleza, seguramente la maternidad, y muy probablemente la inteligencia en formas y cauces inalcanzables para el hombre. Creo que, en el fondo de todo ello, late o ha latido el miedo, la inseguridad, la envidia, la tentación de brutalidad que el macho siente o puede sentir respecto a las cualidades de la mujer. Y todo ello por no haber comprendido, clásicamente, en buena parte de los casos, que de la unión y el formar equipo, sin limitaciones en ninguno de los dos y en total igualdad, entre hombres y mujeres, se gana en todos los aspectos.

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace
Responder a  Basurillas

De acuerdo con usted, sr. B. Lo único, comentarle que la historia y su estudio está indisolublemente unida a la filosofía, la sociología, la psicología y al arte. Y a bastantes más disciplinas académicas. No se pueden disociar. Quizás eso hace que la historia sea tan apasionante.

Estudiar los entresijos psicológicos de una mente tan abyecta como Enrique VIII, puede resultar incluso aleccionador incluso respecto a la repetición de personalidades. Dese cuenta que hoy tenemos otra figura gobernante que se desprende de forma inmisericorde de todo el que le estorba: Putin. Y hay gente que los elogia, antes y ahora. No hemos avanzado nada.

Y estudiar la influencia de las teorías filosóficas sobre las épocas históricas es muy interesante. Dese cuenta, actualmente, de la influencia de la deconstrucción, la posverdad, el posmodernismo o anti-Ilustración en las degradadas mentes de los políticos actuales. Y en la antiguedad, ejemplos como el de la influencia de Aspasia y su círculo de intelectuales sobre Pericles y su política es evidente. Por cierto, Aspasia, otro personaje femenino de impresionante personalidad, influencia y nivel intelectual.

Estudiar también las estructuras sociales de tiempos pasados no sólo es interesante sino también aleccionador sobre la degeneración de las actuales. El feudalismo creo que tiene cosas que reflejar y enseñar actualmente. Los empresarios, a nivel mundial, por ejemplo, son verdaderos señores feudales. Yo lo veo así.

Saludos.

basurillas
basurillas
1 año hace
Responder a  Ricarrob

Efectivamente, señor Ricarrob, no se pueden ni se deben disociar todas esas disciplinas que citamos del momento histórico en que se producen y sus consecuencias posteriores. Pero también es cierto que, según los temas o cuestiones tratados, parecen revestir más rango o intensidad unas disciplinas que otras. Tal vez me expliqué mal.
Si me ha sorprendido bastante, en esta última intervención suya, la mención de Putin, aludiendo a quien se libra de forma inmisericorde en la actualidad de todo lo que le estorba. Yo pensaba que se iba austed a referir, en lo que seguro coincidimos, a algún personaje de la realidad española actual, quien parece haber sacado matrícula de honor en la aplicación exhaustiva de el Príncipe de Maquiavelo. Admiro su prudencia. Otro saludo afectuoso.

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace
Responder a  basurillas

Gracias sr, B. Realmente lo que usted dice lo había pensado al escribir mi comentario. Aunque no en persona, conocerse por lo que escribimos es una forma de conocimiento mutuo. Incluso puede que mayor que en persona, sobre todo actualmente en el que los encuentros interpersonales están tachonados por los sempiternos móviles.

Sí, lo había pensado. Pero decidí que no, que la comparativa con Maquiavelo no la merecía ningún político actual. No por lo que conlleva de búsqueda del poder y la dominación a toda costa, sino porque la sofisticación y la inteligencia del Príncipe, no la tienen ni de lejos ninguno de ellos. Los «príncipes» hispanos (por supesto no me refiero a la monarquía) son zafios e ignorantes y se les ve venir a kilómetros. En la Florencia o en la Venecia del Renacimiento, no hubieran sobrevivido ni un día.

Zafios e ignorantes, sin inteligencia. Solamente tienen en común la búsqueda del poder, del poder para poder joder. Joder a los demás y rodearse de privilegios y prebendas y de una vida sin necesidad de ganarse el sustento día a día. Se les ve venir, siempre. Lo estamos viendo ahora a la vista de todos: retorcer la democracia para conseguir objetivos espúreos y… permanecer. Retorcer la democracia…

Maquiavelo tiene muchas lecturas. Yo creo que hay que leerlo de nuevo (aunque creo que ningún político lo haya hecho y solo lo mencionan de oídas). Y también hay que leer a Pocock. Su libro, que quizás usted haya leído, «El momento maquiavélico» debería ser de obligada lectura incluso para los jóvenes y con el objetivo de ver los verdaderos inicios de la democracia y del liberalismo político en Europa. Todo ello, génesis de las posteriores revoluciones: la inglesa, la americana y la francesa.

Lo siento, creo que no se merecen la comparativa.

Saludos.

Ricarrob
Ricarrob
1 año hace
Responder a  basurillas

Perdón, se me olvidaba. La única comparación posible de la politicastrería española actual es con la novela picaresca: el Bachiller Trapaza, la Garduña de Sevilla, Rinconete y Cortadillo, etc. Incluso todos ellos demuestran más inteligencia. Uba nueva novela picaresca deberìa escribirse sobre la política actual.

Si hay otro personaje que quizás pueda compararse quizás sea Rasputin. Por los tejemanejes. Y porque no habìa forma de acabar con él…

Javier
Javier
1 año hace

Menospreciar a la mitad (o más de la mitad) de la población mundial es desaprovechar de fijo mucho talento y capacidad. Pero sólo es una cagada más del ser humano, que en eso tiene buen currículum y cada día lucha denodadamente por ampliarlo. Y, otra cosa, no llaméis gordo a Henry el ocho, que os cancelan.

Julia
Julia
1 año hace

Sr Pérez Reverte, ayer estuve viendo una entrevista suya, realizada por un youtuber cuyo nombre desconozco.
Impresiona la manera de relatar, con naturalidad y sin dramatismo, episodios de su vida como reportero de guerra y los aconteceres inevitables del mundo, hostil para el ser humano. Refleja una sabiduría envidiable.
Me recuerda un poco a la personalidad de mis alumnos árabes y la frase de los adultos,»InchAllah». Aunque más que referido a la religión parece una forma de ser.
No pretendo elogiarle sin más, sólo estoy constatando hechos.

Siempre se refiere a las mujeres como personas subyugadas, sin poder opinar ni salir del sometimiento del hombre machista y abusador.
Se ha preguntado quién ha educado y dirigido la vida de todos los niños a lo largo de los tiempos? La madre.
Cómo les educaban? Valorando y protegiendo al varón y vendiendo a las niñas, como en China.
Nunca me he sentido discriminada por ser mujer, al contrario. Exijo igualdad de oportunidades y valoración intelectual, pero físicamente somos diferentes (gracias al cielo) y hay cosas que un hombre puede hacer y la mujer no. Y viceversa.
El poder de una mujer, su astucia y armas de seducción son superiores a las del varón. Si quisiera, pero es más fácil considerarse víctima.

Encarnita
Encarnita
1 año hace

Me ha encantado como ha abordado este capítulo de la Historia de Europa, dedicado a resaltar las mujeres de ese tiempo. Además, todos los capítulos son proclives a profundizar en personajes y situaciones de cada época. Gracias y adelante señor Reverte.