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Una historia de Europa (XVIII)

Cartago y Roma eran demasiados gallos y demasiada chulería para un solo corral, y aquello sólo podía acabar de mala manera. De todas formas, el proceso fue largo y sangriento: un siglo y pico, entre el año 264 y el 146 antes de Cristo, estuvieron arrimándose candela en varias guerras sucesivas, tal vez el conflicto armado más largo del mundo antiguo, que marcarían el futuro de Europa. Las guerras púnicas (se llamaron así porque púnico era el dialecto fenicio que hablaban los cartagineses) fueron tres, y las conocemos bien porque fueron los primeros sucesos que animaron a los romanos a escribir su propia historia, primero en griego y luego en latín. Eso sigue teniendo importancia, pues las lecciones tácticas y estratégicas de aquellas batallas fueron estudiadas durante veintidós siglos y lo siguen siendo hoy en las academias militares, hasta el punto de que Napoleón, Federico el Grande, Rommel o los generales de las dos guerras del Golfo las mencionaron a menudo. La primera de esas guerras fue de especial ferocidad, librada en torno a Sicilia y Cerdeña, principalmente naval, y terminó con la victoria romana de las islas Égadas y su posesión de aquellas islas mediterráneas. Para recuperarse del revolcón, Cartago buscó una expansión occidental extendiéndose por la península ibérica. Los iberos, muy en su estilo de toda la vida, se dividieron en dos bandos, pro-romano y pro-cartaginés, y el ataque púnico a la ciudad de Sagunto, que era amiga de Roma, desencadenó la segunda guerra, que ya se estaba haciendo esperar. Apareció allí uno de esos fulanos que la Historia produce de vez en cuando: uno de los grandes. Se llamaba Aníbal, cartaginés, hijo de Amílcar y hermano (o cuñado, ya no me acuerdo) de Asdrúbal; y era, como se dice ahora, un puto genio. Mientras los romanos andaban con el bolo colgando, dubitativos sobre si atacar en Hispania o en África, Aníbal (que era tuerto, pero con un ojo veía más que ellos con dos) les jugó la del chino dispuesto a calzárselos por detrás: en un visto y no visto cruzó los Pirineos con un ejército impresionante (con elefantes y todo, el tío), pasó por el sur de la Galia y los Alpes, se metió en Italia repartiendo estopa a diestro y siniestro, y derrotó a los romanos en las batallas de Tesino, Trebia, el lago Trasimeno y Cannas, donde el destrozo fue de órdago: en esta última palmaron 40.000 romanos, uno más o uno menos. A punto estuvo el cartaginés de llegar ad portas de Roma capital; y a los romanos, aterrorizados, no les cabía un cañamón por el ojete. Sin embargo, también ellos tenían hombres excepcionales, y uno se llamaba Escipión, hijo de otro Escipión. Mientras Aníbal, ahíto de victorias y cansadas sus tropas, se relajaba en Italia perdiendo fuelle, los romanos, mostrando unos reflejos admirables y una extraordinaria capacidad de recuperación, enviaron a Escipión padre a Hispania con un ejército que empezó a hacer allí la puñeta, complicándoles la retaguardia a los cartagineses. Luego, muerto el padre, Escipión hijo (Publio Cornelio de nombre), que resultó ser un tío estupendo, un fenómeno y todo un caballero, tomó Qart-Hadast (desde entonces, Cartago Nova) y Gádir (desde entonces, Gades) y asentó del todo a Roma en la península antes de desembarcar en África, llevando la guerra a la misma Cartago. Aníbal, claro, tuvo que volver a toda leche porque se le quemaba el solar; pero en el año 202 a. C., cuatro después de que ya no quedase un cartaginés en Hispania, Escipión derrotó al general tuerto en la batalla de Zama. Lo hizo polvo, y el golpe fue de pronóstico grave: Cartago, hecho una piltrafa, no tuvo más remedio que firmar la paz, consagrando el dominio de los romanos sobre un Mediterráneo que ya empezaban a llamar, viniéndose arriba, Mare nostrum. Sin embargo, Cartago seguía coleando en África; y Roma, implacable y tenaz, quiso rematar la faena. Así que con el pretexto de un conflicto en Numidia, azuzada por los discursos de un político duro y austero llamado Catón que dijo aquello de Delenda est Carthago (hay que darles hasta debajo de la lengua, en traducción libre), declaró la tercera guerra, y en el 146 antes de Cristo la ciudad fue arrasada hasta los cimientos. Los supervivientes fueron vendidos como esclavos y el último reducto cartaginés, borrado del mapa, se convirtió en provincia romana de África. En el mundo entonces conocido, a la república de Roma no había ya quién le mojara la oreja. Aunque la verdad es que no se lo regaló nadie. El historiador Polibio, que fue amigo de Escipión y estuvo presente en la destrucción de Cartago, lo explicó de maravilla: Las conquistas romanas no se debieron al azar. Fueron resultado natural de la dura escuela obtenida en la dificultad y el peligro.

[Continuará].

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Publicado el 18 de diciembre de 2021 en XL Semanal.

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Bixen
Bixen
3 años hace

¿»Numancia» de Cervantes en el siguiente capítulo?. Batallitas las justas, lo sé.

ricarrob
ricarrob
3 años hace

¡Héroe de héroes! Siempre, desde niño, he admirado la figura de Aníbal. Quizás por que estaba predestinado a perder, quizás porque fue derrotado por los suyos y no por Escipión, quizás porque fue de victoria en victoria hasta la derrota final, quizás porque los héroes deben ganarlo todo y no perder ni una. Lecciones de la historia… No ganan los mejores sino los que les acompaña más la Fortuna, esa diosa esquiva y caprichosa.

Flavio
Flavio
3 años hace

¡Maravilloso! ¡Así se explica la Historia! Si me hubieran contado así la Historia de España I, hoy sería profesor (como mínimo)

Antonio Pallares Calle Campana Número
Antonio Pallares Calle Campana Número
3 años hace

Quiero felicitarle estas fiestas. Usted, que tiene un ojo de halcón o dos. Solo por eso y por tantas cosas, tantos buenos momentos vividos años atrás, pero por favor las guerras Púnicas ya me las conozco , aunque sigo siendo un analfabeto, he aprendido mucho, y también he aprendido mucho, de cómo mantenerse al margen sin estarlo, eso lo he aprendido muy bien con mucha sutileza, de un tipo listo y muy inteligente.
Aunque echo de menos una palabra verdadera desde los tiempos de la primavera.
Felices fiestas protestón. ❤️

pedro
pedro
2 años hace

LA DEVOTIO IBÉRICA https://www.celticahispana.com/la-devotio-iberica/
Y los augures .Algunos guardias personales del Emperador fueron famosos de Hispania ,no digo el nombre de mi pueblo en el cumplimiento de su devoto
Ortega emplea en hist como sistema la Talasa en el sentido de mirar hacia atras
Marias tambien diferenciaba de cesares y augustos aquellos procuran (la procura) el cumplimiento a los de mayor edad augustos

pedro
pedro
2 años hace

Es interesante los aspectos del clientelismo ,comunismo ,nosotros vivimos unos momentos en que al capitalismo ,sociedad en general se les ven los refajos no alcanza velocidad de crucero en el que las ideas vienen y van en un mare mágnum asi la división de ideas es palpable ;pero para mi vemos negocios al igual que publicaciones que alcanzan al momento presente cuando es mas que cuestionable su viabilidad desde una churrería a una tiendo o almacén los desvergonzados nos hacen ver que solo les interesa la novedad es decir si si vendiera un libro o se llenara una cafetería o biblioteca una vez llena una vez ,pasa a vacio de un ayer a hoy pasamos a su inutilidad ,es notable la masificación de ideas que amargaba la velocidad de crucero y nuestra perdida de credulidad y mas cosas obliteración .
El comunismo ya no es la tercera internacional de los soviet un político que abalaba su propia existencia ,advierto hoy el clientelismo es igual sistémico .historia como sistema Ortega ej a mi cuando era niño me recordaba delante de mis mayores a mi padre ganaras esto mas y es para el ,para mi era un Cesar recuerda eres humano ,Hoy nadie te invita a nada y no ocupas lugar ni derecho al trabajo economico ni voto la clase dirigente es exclusiva aunque se depure . .El protagonismo del PCE ESTA VINCULADO A LA URSS hoy existe como tal partido pero independiente de la fuente informativa el comunismo debe ser visto desde El tema de nuestro tiempo Ortega lo dice realismo -idealismo etc. Nuestro clientelismo debe ser internacional no patriótico nadie duda de la devoto ibérica a los héroes muertos asi caben todos pero deben depurar sus ideas históricas siempre generosos .

pedro
pedro
2 años hace

Los torpedos tripulados daban problemas en su utilización pero se llego a la conclusión de que si se utilizan con cierta ventaja alcanzarían una efectividad asi fue Algeciras .Peñón. Ya que en mar abierto se atascaban y su puesta en marcha digamos era lenta en mar abierto .