Antecedentes:
[C.B.]: «Nos conocimos en 2009, a bordo de una especie de cayuco, en una ruta de 5 días atravesando el río Caura (Venezuela). La conexión fue instantánea. En 2012 volvimos a coincidir de forma fugaz y fortuita en el metro de Barcelona, y en ese segundo encuentro descubrimos que ambos trabajábamos en el sector. Jon, al frente de una empresa especializada en la producción y diseño para grandes grupos editoriales, y yo, siendo gestora cultural, trabajaba en aquella época como editora y correctora en el ámbito de la edición médica».
[J.B.]: «Llevaba un tiempo alimentando el deseo de fundar una editorial propia y vi en Carmen una fabulosa pareja de baile con la que compartir esa locura. Finalmente le propuse la idea de montar una editorial juntos. Se lo dije un tiempo después de aquella revelación en el metro, pero aún hoy se nos escapa la risa cada vez que destapo que Carmen, la mujer cohete, despachó a favor y en apenas dos minutos la idea loquísima de levantar una editorial. ¡Por supuesto que formamos una gran dupla!». (Risas).
Los dos primeros títulos de Trampa ediciones salieron a finales de 2018: Oliverio al alcance de todos (Oliverio Girondo) y La camarera de Artaud (Verónica Nieto).
[J.B.]: La decisión de llamarla Trampa tuvo que ver con una carambola de conceptos que definen el carácter fuerte, pero también desenfadado, de la editorial. Trampa es una palabra de mucha enjundia, más profunda de lo que pueda parecernos a simple vista. Además, nos da un juego que aprovechamos claramente cuando aquí se trata de atrapar lectores con lecturas apetecibles. Por otro lado, nuestro logo es una trompa, el instrumento musical, que nace también de nuestra pasión compartida por la música. Nombre y logo dialogan entre sí, lo cual nos permite otro juego que nos divierte y nos viene bien para transmitir y comunicar lo que hacemos. Recordemos que las trompas antiguas servían para llamar la atención, para anunciar la llegada de algo o de alguien importante, virtud que cobra sentido con cada lanzamiento editorial. Incluso tenemos un gramófono en nuestra sede, y funciona. Es algo icónico.
[C.B:]: La lectura es un placer íntimo, se disfruta en solitario. Un libro nos permite viajar, evadirnos, imaginar, reflexionar. Después podemos compartir el bien que nos hace.
[J.B.]: «Leer y volar» es una invitación amable, una idea que Carmen y yo venimos acuñando y que nos gusta mucho también porque está más allá de lo que representamos como editores. Es el bien común que queremos. Se lo sacó de la chistera la mujer cohete (risas) y lo hemos impreso en nuestras bolsas de tela. El mensaje realmente vuela, claro. Algo así lo defiendes con todo lo que tengas. Otro eslogan a medida es el que nos regaló un amigo muy querido al escuchar por primera vez el nombre: «La literatura siempre es trampa, aunque sea para contar verdades». Maravillosamente cierto. (Gracias, R. J-C.).
[C.B.]: Somos prácticamente independientes en todos los aspectos. Realmente publicamos lo que nos gusta y podemos hacerlo despacio. Estamos por placer, no sin esfuerzo, dándole de comer a Trampa, asentando las bases de una editorial de largo recorrido. No vivimos de esto, pero probablemente ésa es nuestra mejor baza: disfrutar de nuestra pasión por el libro como el motor que es, sumar la experiencia, el oficio y abrazar esa flexibilidad, si es posible, en cada publicación. Nuestra decisión de publicar poco (6-8 libros al año) es tanto personal como política: personal porque lo hacemos en nuestro tiempo libre, el poco que tenemos, y política porque abogamos por un ritmo sensato que garantice un cuidado y dedicación mínimos a cada uno de los libros que proponemos. No es fácil, pero intentamos escapar un poco de esa máquina desmesurada que representa hoy en día el mercado. Vemos cada libro como un hijo nuestro, y ponemos toda nuestra ilusión, talento y corazón en cada uno.
[J.B.]: Componemos el catálogo sin tamizar demasiado en cuanto a género. Así leemos de todo al encuentro de lecturas apetecibles que nos emocionen y perduren, como una melodía de siempre, la que recuerdas. Porque existen libros que se instalan por sorpresa, sin avisar. Imposible adivinar cuándo, por qué y cómo pueden atraparte, pero lo hacen. Se trata, pues, de encontrarlos y compartirlos. Eso es lo que nos enciende. ¡Llevamos cuatro años haciendo trampas!
[C.B.]: Nos va la poesía, la narrativa, el ensayo, los cuentos. También iniciamos Trampita, nuestra colección de literatura infantil y Trampantojo, una colección de textos breves, con un diseño de patrón, de factura artesanal, cosidos a vista. Son como píldoras literarias bonitas por dentro y por fuera. Algo extraordinario que nos ha sucedido es la llegada a Trampa de dos aliados excepcionales, dos amigos editores, Nora Catelli y Edgardo Dobry, que dirigen la colección Trampa-Intervenciones (ensayo y creación), sumando ya cuatro títulos exquisitos. Nuestra familia crece así, de forma natural, y nos sentimos muy afortunados. Ahora, con motivo de nuestro cuarto aniversario, también regresamos a los dos autores con los que salimos del cascarón en 2018, los primeros: Oliverio Girondo y Verónica Nieto.
[J.B.]: Lo más bonito del oficio es el descubrimiento, son las nuevas amistades que suceden, la complicidad con los autores, el tejido que poco a poco vamos hilando. Eso sí, hace falta mucho entusiasmo y una energía incombustible para meterse en un berenjenal así. La editorial conlleva muchísimo trabajo y es una gran responsabilidad. Lo asumimos. Mientras gane el disfrute, saldremos impunes. (Risas).
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Libros publicados: 32
Géneros : Ficción, Poesía, Ensayo, Infantil, Ilustrado, Memorias
Colecciones: Trampa, Trampita, Trampantojo, Trampa-Intervenciones (dirigida por N. Catelli y E. Dobry)
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Avance de algunas novedades para 2023
Tiempo de espera, Carme Riera
Figuras, Edgar Borges
Un retrato para Dickens, Armonia Somers
Transculturación, Ángel Rama
Me ha encantado la idea, el entusiasmo, la línea editorial, los títulos publicados y los proyectados, y sobre todo el vigor y frescura de esta trampa que atrapa con sus impulsores y las piezas cobradas, plenas de imaginación, libertad y diversidad. Bien por esta pareja de «tramposos» idealistas y entusiastas!