La periodista y escritora Pilar Eyre, que acaba de publicar «Un perfecto caballero», novela en la que aparecen con nombres y apellidos miembros de la burguesía franquista, ha dicho que «es ingenuo pensar que el franquismo se mantuvo en el poder 40 años con la oposición de toda Cataluña».
«Un perfecto caballero» (Planeta) arranca con una descripción del ambiente que se respiraba en Barcelona el día en que el general Yagüe entró victorioso en la ciudad.
Durante aquel primer desfile de las tropas franquistas, todavía retumbaban los disparos en los barrios más republicanos, y las redadas en los domicilios se sucedían al mismo tiempo que el ejército de Franco lanzaba toda su fanfarria por las calles.
Y mientras unos catalanes sufrían la represión de los vencedores, otros salían a la calle para saludar a los soldados con el brazo en alto, gente que la propia Eyre advierte que «se enriqueció».
Es un libro que llevaba escribiendo durante muchos años, de lo que había escuchado de su familia, de las cartas que había leído y, además, «no hay mucha literatura sobre esa época y ese tipo de personas, y creo que tengo la distancia y la madurez narrativa suficiente para poder explicarlo».
En tiempos en los que «el equidistante es considerado una persona débil», Eyre considera que ha alcanzado «la suficiente equidistancia como para hablar de unos y de otros, de los vencedores y de los vencidos, de los que perdieron la guerra y de los que no combatieron pero luego se apoderaron de todo».
Además, la novela es «una gran historia de amor entre un empresario textil, el protagonista, y una empleada suya, y también una declaración de amor a la ciudad de Barcelona».
Cree la autora que «la Barcelona de esta época, años 40 y 50, no suele estar reflejada en los libros, se ha tergiversado y olvidado», pero es importante recuperarla pues en aquellos años están «los cimientos de la sociedad que ahora tenemos, con sus contradicciones y sus contrastes».
«Un perfecto caballero» convierte en personajes con sus nombres y apellidos a algunos de ilustres del momento y por sus páginas pasean su elegancia alcaldes, políticos, cantantes, artistas e incluso prostitutas, a quienes rescata de los «ecos de sociedad» de las revistas y periódicos para devolverlos a la vida.
Desfilan por el libro Carlos Sentís con uniforme de alférez de regulares, Juan Antonio Samaranch, el cineasta José Luis Sáenz de Heredia, Carmen Broto, el barón de Terrades, alcalde de Barcelona, el escultor José Clará, Carmen Franco Polo, hija de Franco, que visitaba con frecuencia Barcelona, teóricamente para probarse nuevos vestidos en el taller de Pertegaz, pero se rumoreaba que mantenía una aventura con un empresario, o el actor Alberto Closas.
La autora también describe los locales donde la burguesía catalana se reunía, como el bar Arnaiz, sito en la antigua plaza Calvo Sotelo, hoy Francesc Macià, el Club de Polo o el Círculo Ecuestre, donde se ha presentado la novela.
De todos los familiares de Pilar Eyre que aparecen en esta novela, Vicente, su padre, es el que tiene mayor protagonismo, principalmente debido a su amistad con Mauricio Casasnovas.
En paralelo a la vida pública, Pilar Eyre invita al lector a «mirar por el ojo de la cerradura los secretos más ocultos, fascinantes y vergonzosos», desde las orgías en el hotel Ritz a las devotas misas de doce.
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