Arribo a Madrid desde Gijón, de la trigésimo séptima edición de la Semana Negra, y, amén de recibir un bofetón térmico, paladeo un dulce caramelo de una nostalgia terriblemente instantánea. La que ha armado su director, el ilustre zendiano Miguel Barrero, es tremenda, convocando a más de 250 autores —Jesús Cintora, Noemí Sabugal, Juan Ramón Lucas, Sergio C. Fanjul, Susana Martín Gijón, Laura Mas, etcétera—, inaugurando con Víctor Manuel y edulcorando musicalmente el quilombo con Pedro Guerra, Pauline en la Playa o Pancho Varona, el exescudero de Sabina. Es emocionante toparse, a pocos pasos de la playa de Poniente, con una multitud que colapsa carpas y carpones para escuchar a escritores hablando de sus libros. Conocer a mujeres como la gran Lorena, santa protectora de los participantes, que se dedica a la comunicación corporativa en Madrid y que, desde hace años, gasta parte de sus vacaciones en regresar a su tierra, remangarse y contribuir a que salga adelante un festival literario que le apasiona. Como presentador, tuve la fortuna de arropar al compadre Jeosm, con el que conversé sobre No soy uno de los vuestros (Círculo de Tiza, 2023), y al periodista de El Confidencial Agustín Rivera, mención especial en el Premio Rodolfo Walsh al mejor libro de no ficción por Hiroshima. Testimonios de los últimos supervivientes (Kailas Editorial, 2023); como escuchador —existe en el DRAE, comprobado—, disfruté atendiendo a:
1. Nando López, Los elegidos (Destino, 2023)
Sabía de la existencia de Nando López, pero jamás me había acercado a la obra de este escritor, filólogo, profesor y activista LGTBI+ que, tal y como me explicó Jeosm, lo está petando. Presentó Los elegidos, una novela sobre “formas de amor no convencionales”, de unas parejas que, durante la dictadura franquista, ocultaban su condición sexual casándose “para sobrevivir” y que, en ocasiones, “encontraban una forma de amor no convencional, muy diferente”. La obra, repleta de literatura, teatro y cine, busca reflejar el “poder de la cultura para sobrevivir y resistir”, “los libros como refugio y arma de cambio”. López contó que el personaje de Asun está basado en su abuela: “Si su nieto es novelista, es gracias a ella”. Título anotado.
2. Ángeles Caballero, Los parques de atracciones también cierran (Arpa Editores, 2023)
La Embajadora de la Cultura de Getafe llenó la Carpa del Encuentro para presentar, acompañada de Berna González Harbour, su primer, divertido, duro y, en definitiva, humanísimo libro, Los parques de atracciones también cierran, un chapuzón literario por su familia. Caballero, periodista de El País, colaboradora de la Cadena Ser y de LaSexta, confesó que se educó en la escuela de la risa, con la que los suyos, que venían de la pobreza más salvaje —“Mi padre vivió en un vagón de tren abandonado con mis abuelos y todos mis tíos”—, y que “el humor es pura supervivencia”: “En el libro había demasiadas lágrimas de dolor, y quise que también hubiera lágrimas de risa”. La autora recordó que, cuando murió su padre, su madre se volvió a alcohólica y que, cuando la metió por ello en una residencia, padeció un “juicio feroz”. Se le cortó la voz cuando rememoró un episodio de síndrome de abstinencia de su madre: “Que tu madre te pegue, te insulte… Lo pienso ahora y todavía tengo que tragar saliva”. Pronto, entrevista en Zenda.
3. Lorenzo Silva y Noemí Trujillo, La innombrable (Destino, 2024)
El matrimonio Silva-Trujillo presentó la tercera novela de la serie de Manuela Mauri, quien, según el primer espada de la novela negra patria, comparte con su memorable Bevilacqua que se le convoca “para intervenir en situaciones en las que el dolor es insoportable”: “¿Qué se puede hacer con un dolor irreversible? Que la sociedad no se desentienda. Transmitir que, si no justicia, hay un esfuerzo de que al menos se establezca la verdad”. Trujillo, que viene de la poesía, se pasó al noir para “aportar algo al género”, “romper estereotipos” y “escribir la novela policíaca que me gustaría leer”. A través de esta “recreación cruda del cuento de Caperucita Roja”, han querido censurar la explotación sexual de las mujeres prostituidas.
4. Paco Gómez Escribano, Después de la derrota (Alrevés, 2024)
Paco Gómez Escribano, vaya por delante, es mi escritor favorito de novela negra. Por su estilazo. Y porque, como Lope, lo probó y lo sabe. Porque escribe desde el frente, contando supervivientes y cadáveres, no de oídas, sino con conocimiento de causa. Nominado por Narcopiso (Alrevés, 2023) al Premio Dashiel Hammett a la mejor novela de género negro en español –que ganó Empar Fernández con El miedo en el cuerpo (Alrevés, 2023)–, presentó su última criatura, Después de la derrota, y declaró que le gusta “la novela negra en la que no hay policías”, y contó que le gusta que sus personajes sean “cuatro mataos a los que les pongo un reto que les viene grande”, y que “hay una dignidad que es el demonio y esta peña tiene sus santos”, y que “el fracaso es una forma de vida”, y que pretende, “desde la localidad, escribir sobre valores universales”, y abordó la historia de amor “obsesiva y yonqui” de sus protagonistas, El Chule y La Marga, y del hijo yonqui “de los nuevos tiempos”: “Los yonquis con los que atraca el banco son neonazis”. “En mi barrio”, añadió, “muchas veces, la forma de solucionar las cosas es huir hacia adelante, bajar al infierno”. Palabra de un maestro. Amén.
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