Por encima de la lluvia

Madre mía, qué libro más bonito.

Conozco a Víctor del Árbol desde hace relativamente poco tiempo. Lo leí por primera vez cuando fue galardonado con el Premio Nadal en 2016 con La víspera de casi todo y fue entonces cuando supe que estaba obligado a leer cada trabajo de este autor. Cualquier escritor debe nutrirse de la buena narrativa si pretende mantener sus herramientas bien afiladas. Aquello del té verde, las ensaladas y el pollo a la plancha está genial, pero también hay que saber hacer dieta de buena literatura. Uno tiene que cuidarse. El cuerpo sabrá agradecerlo.

Víctor hace que sus libros sean algo más que una historia con un principio y un final, consigue que sus novelas queden grabadas en la memoria de los lectores como lo hace el primer beso en los labios. Y esto solo lo logran las historias originales, las valientes; aquellas que se atreven a hablar sobre temas a los que solemos evitar la mirada.

Por encima de la lluvia trata sobre dos personas que se conocen en una residencia de ancianos durante sus últimos años de vida. Ambos sufren la vejez, se saben abandonados por sus seres queridos como si fuesen juguetes usados, personas rotas. Pero Víctor, lejos de caer en clichés y convencionalismos, destaca la belleza de encontrar  la felicidad donde menos lo esperamos, agazapada detrás de la puerta que nunca pensábamos abrir. Entonces nos abraza, nos sorprende. ¿De qué otra manera si no debería presentarse el sentido de la vida?

Nos hace disfrutar, reír, reconocer con naturalidad esta última etapa de nuestra existencia. Tratando con bastante acierto, a través de personajes entrañables como el Marqués o el Arcángel, temas que pueden parecer delicados: la vejez, los miedos, el Alzheimer, el suicidio y los fantasmas (siempre presentes en las novelas de este autor). Dignificando la capacidad de decidir sobre nuestras vidas, recordándonos en cada página que somos dueños de nosotros mismos hasta el final de nuestros días.

Aún recuerdo los primeros años del instituto cuando, sin que supiera mirarme todavía la talla de los calzoncillos, ya comenzaba a viajar hasta el centro de la Tierra o daba la vuelta al mundo con los libros de Verne, recorría a caballo los bosques de Tolkien o surcaba las estrellas junto a Ray Bradbury. Ahora, muchos años después, he vuelto a enrolarme en otro de esos viajes literarios. Con Víctor del Árbol he avanzado en el tiempo para experimentar la ancianidad de una manera casi mágica, llena de encanto e ilusión. De alguna manera, durante el par de semanas que me ha ocupado la lectura de su última novela, me he sentido por encima de la lluvia, atrapado por la historia y disfrazado con canas y arrugas postizas para mirar la vida desde las alturas, con los ojos brillosos del que tiene toda una vida bajo sus pies.

Soy Sargento de Infantería de Marina, me pinto la cara de camuflaje y pego cuatro tiros cuando hace falta. Voy al gimnasio, escribo novela negra, cuando fumo echo el humo por la nariz y además me dejo crecer la barba como lo hacen los hombres duros y curtidos.

Los últimos capítulos de esta novela los tuve que leer a escondidas para disfrutar a solas del nudo en la garganta.

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Autor: Víctor del Árbol. Título: Por encima de la lluvia. Editorial: Destino. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro