Cuando un estudiante pregunta a Jesús Cañadas por qué escribe, él responde con otra pregunta: “¿Lloráis con los libros?”. En su opinión, un escritor es alguien que provoca emociones a través del tiempo y del espacio. Es, en este sentido, un mago. Y eso es precisamente lo que ha tratado de demostrar en su última novela juvenil: Noviembre.
En este making of, Jesús Cañadas cuenta por qué ha escrito Noviembre (Edebé).
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Lo admito: soy un ridículo. En las entrevistas me pongo nervioso y suelo soltar lo primero que se me pasa por la cabeza. Por ejemplo, en la última entrevista en televisión que hice, el entrevistador me preguntó qué tal eran los encuentros con el público joven, y le contesté: «Geniales. Los lectores y lectoras jóvenes hacen preguntas mucho mejores que cualquier periodista».
Y, sin embargo, en la respuesta hay algo de verdad. A los lectores y lectoras jóvenes no les importan las nominaciones, los premios, las reseñas, las cifras de ventas ni la respuesta de la crítica. Lo que les interesa es lo que hay entre la primera y la última página. No tienen tapujos en dar su opinión ni en preguntar. Algunas de las mejores preguntas de mi carrera me las han hecho lectores jóvenes. Hace poco, uno me preguntó a bocajarro: ¿por qué escribes?
Esa, que es la idea que subyace en mi última novela, Noviembre, no tiene respuesta fácil, y al mismo tiempo sí que la tiene. Cuando me hacen esa pregunta, siempre respondo con otra: ¿lloráis con los libros? Porque yo sí, bastante. Y me encanta. No hay sensación más maravillosa que llorar con un libro. Porque, si un libro te hace llorar, significa que la persona que lo escribió, quizá hace decenas de años o incluso más, quizá desde otro país y otro continente, ha conseguido provocar en ti una emoción que no estaba antes de empezar a leer. O sea, que esa persona ha conseguido hacerte llorar, a través del espacio y del tiempo, usando solo palabras.
Y eso, en el mundo en el que vivimos, es lo más parecido que hay a la magia.
Eso es lo que hacemos los escritores, eso es lo que perseguimos: provocar emociones a través del tiempo y del espacio en otra gente usando palabras. No lo conseguimos siempre; y de hecho lo conseguimos pocas veces. Pero, cuando funciona, es magia.
Somos magos.
Del mismo modo que Simón Bruma, el escritor favorito del protagonista de esta novela, es mago. Simón Bruma es capaz de extraer magia de las historias que escribe. Pero ya llegaremos a eso.
Otra pregunta que me suelen hacer es: ¿por qué escribes historias fantásticas? ¿Has pensado escribir algo que tenga que ver con tu vida?
Esta pregunta sí que tiene respuesta fácil: todo lo que escribo tiene que ver con mi vida. Sí, hay hechiceros, dragones, brujas y monstruos, y sin embargo todo está basado en mi vida. Como aquel compañero de trabajo, hace años, con quien me llevaba fatal, y a quien terminé metiendo como personaje odioso en mi saga Athenea y los Elementos… para que le dieran un puñetazo en la nariz.
O como cuando mi pareja y yo sufrimos varias gestaciones interrumpidas mientras intentábamos tener un bebé. Un periodo durísimo del que nacieron dos cosas: mi hija Mar, al cuarto intento, y la novela Noviembre.
Porque, veréis, en Noviembre, Simón Bruma es un mago capaz de sacar magia de sus historias. Sin embargo, no puede escribir ninguna historia cuya magia cure a su hija, Noviembre, de la enfermedad mágica que la aqueja. Por eso necesita a Óscar, nuestro protagonista: para que escriba una historia donde resida la magia capaz de salvar a su hija.
Fijaos hasta qué punto todos estos hechiceros, dragones y brujas tienen que ver conmigo: el germen de Noviembre fue un sueño que tuve durante esa época de visitas a clínicas de fertilidad, pruebas y decepciones. Soy un enamorado de la ficción, del arte de contar historias, pero eso que (creo) se me da tan bien no me servía para que no se interrumpiese el embarazo de mi pareja. De esa impotencia y ese miedo surgió un sueño donde estaba la estructura de Noviembre. Recuerdo que me desperté y lo tenía todo grabado a fuego en la cabeza. Sin embargo, no era la primera vez que me despertaba pensando que había soñado una idea increíble que resultaba ser una tontería a lo largo de la mañana, cuando pensaba en ella con la parte racional del cerebro. Con Noviembre fue distinto. Salté de la cama, aún con la historia tras los párpados, y eché a correr para apuntarla.
Por supuesto, ese sueño no es la novela Noviembre. Tuve que pulir muchos detalles, tomar muchas decisiones y dedicarme a lo que más hacemos los escritores, que no es escribir: es pensar. Tuve que pensar mucho hasta convertir en novela aquel dolor que primero se había convertido en sueño.
El resultado es Noviembre, mi novela más personal: una novela de hechiceros, dragones y brujas. Una novela sobre la magia de escribir. Una novela que se pregunta si una historia puede salvar una vida.
Mar cumple años en julio y me tiene la espalda molida.
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Autor: Jesús Cañadas. Título: Noviembre. Editorial: Edebé. Venta: Todostuslibros.
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