En 1967, Sven Holm escribió sobre el peor de los confinamientos en su novela corta Termush, que ahora edita Impedimenta, trasladando a sus lectores al peor escenario posible. El mundo de Holm ya veía que algo terrible podía suceder, la carrera armamentística sumaba avances y los conflictos hicieron aparecer una suerte de seguro de supervivencia en caso de apocalipsis que ahora se ha activado. Por este motivo, y tras desencadenarse la temida guerra nuclear, un pequeño grupo de privilegiados capaces de pagar las altísimas cuotas durante años, se encuentran en un lujoso hotel llamado Termush. Allí hay grandes cantidades de comida cuidadosamente almacenada, atención médica e incluso, cuando los medidores lo consienten, uno puede pasear entre las majestuosas estatuas del jardín. El hotel, debidamente insonorizado para intentar que sus huéspedes olviden la carnicería y la destrucción del exterior, se rige por unas normas implacables que provocan, tanto en el narrador como en el resto de huéspedes, un estado de apatía que sirve para alejarlos del mundo real. Y ese es precisamente el tono utilizado por Holm para describir la nueva vida, con el que logra trasladar el terror de la indiferencia a los lectores. El narrador se escuda en el desconocimiento para no desarrollar sentimientos sobre lo sucedido, pero esa misma falta de sentimientos comienza a calar en el interior del recinto cuando solo han pasado seis días. Ni siquiera se nos dan los nombres de los huéspedes, salvo el de María. En Termush los sentimientos se anestesian, las salidas se disfrazan de voluntarias y los desayunos son tabletas de calcio. La alienación es el nuevo orden del día y la Dirección se encarga diligentemente de ello: el precio de la supervivencia es el alma humana, y si has podido pagar la cuota para estar ahí van a cuidar de que nada moleste tu paz.
Lejos de situarse en una distopía post apocalíptica llena de pobreza y destrucción, el autor opta por centrarse en las personas. Si Termush recibió miles de solicitudes, eso significa que muchas personas sabían de su existencia. Y Holm avanza: si era un secreto a voces y ha sobrevivido un porcentaje suficiente de la población, esas personas tendrán claro dónde tienen que ir para seguir vivos y tarde o temprano llegarán. Supervivientes, heridos o no, que ven su única esperanza en un lugar cerrado para los privilegiados a quienes se les pregunta si quieren admitir heridos avisándoles de que eso no va a quitarles comida ni comodidades, pero… se quedarán en esta habitación o tal vez haya que estrechar un poco este otro sitio. Y siempre que no sean muchos. Votemos.
Termush es más que una novela post apocalíptica, es una diserción sobre la naturaleza humana, el instinto de supervivencia y la piedad hacia otras personas. La amenaza, parece decirnos el autor, siempre hemos sido las personas, y por eso lleva la lucha entre el egoísmo y la moral hasta sus últimos términos. Depende de quién gane ahí, tal vez estemos ante el verdadero Apocalipsis,
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Autor: Sven Holm. Título: Termush. Traducción: Daniel Sancosmed Masiá. Editorial: Impedimenta. Venta: Todostuslibros.
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