Empecé a leer Redención, de Fernando Gamboa, el 25 de abril. La terminé el 26. Me duró dos noches, y me pasa pocas veces. Creo que eso tiene que significar algo.
Es una sensación extraña cuando tienes entre manos una novela antes de que vea la luz. Puede parecerle al lector que es una ventaja, un privilegio, pero nada más lejos de la realidad. Es una responsabilidad. Si no te gusta, mal asunto, si te gusta a ti pero al público no, va a parecer que escribes por encargo, y sólo hay una posibilidad entre tres de salir bien parado: que después de gustarle a uno mismo, le guste al público. Podemos concluir, por tanto, que leer algo que no se ha publicado no es tener una buena mano.
La jugada se complica, además, cuando el autor de dicho libro se pasa de la novela de aventuras (terreno que controla) al thriller (terreno que no se me da mal a un servidor, creo). Y si le añadimos que el autor, uno de los dominadores absolutos de la autopublicación, de repente va de la mano de una editorial de las grandes, la mezcla puede ser explosiva. Y explosiva ha resultado ser la mezcla, porque Fernando Gamboa ha escrito una historia que los amantes del best seller no se pueden perder.
Lo último de Fernando Gamboa me ha obligado a tirar de diccionario:
Ciencia ficción
Def: F. género literario o cinematográfico, cuyo contenido se basa en logros científicos y tecnológicos imaginarios.
No. Nada más lejos de la realidad. Redención no es una novela de ciencia ficción.
Futurista
Def: F. relativo a la actitud que se caracteriza por especular, sin base científica, sobre el futuro.
Pues tampoco, Redención no es un libro futurista.
Distopía
Def: F. representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana.
Pues no, Redención no es una historia distópica.
La verdad es que no sé como definirlo. Realismo futurista, Distopía social, Ficción política… No lo sé. Nos describe un futuro cercano tan probable que terminas olvidando el marco temporal y dando por hecho que nos estamos moviendo en esa sociedad que no nos queda nada lejos.
Redención es una novela compleja. No compleja en su contenido, sino compleja de digerir. ¿De verdad nos estamos acercando tanto a la situación que nos describe el autor?
Ya que no puede contarse mucho de la trama para no restarle al lector un ápice de suspense, voy a intentar orientar la historia de la siguiente manera: Año 2028, Barcelona. El clima político mundial es altamente inestable y la sociedad española es un hervidero. La política se ha corrompido tanto y el fundamentalismo religioso ha llegado tan lejos que han tomado el control absoluto de una sociedad carente de valores. En una investigación por tráfico de armas, la cabo Nuria Badal se ve envuelta en una extraña refriega cuando se acercan a una reunión con uno de los confidentes de su compañero en el campo de refugiados que se asienta a las afueras de Barcelona. El operativo no sale bien, pero las ganas de Nuria de esclarecer lo ocurrido son tan grandes como las de sus jefes por cerrar el caso, cosa que hace encender las alarmas en el cerebro de la tenaz policía. A partir de ese momento la vida cambia para la protagonista de la historia, porque nada es lo que parece y de la noche a la mañana no puede fiarse de nadie.
El autor ha depurado en esta novela su técnica narrativa sin abandonar ni sus principios ni su estilo característico. Redención tiene una lectura fluida pero que se aleja del canon del cliffhanger, consiguiendo eficazmente que la atención del lector no decaiga. Es habitual en la estructura del thriller encontrarnos con construcciones narrativas basadas en frases cortas y mucho diálogo, puesto que esto agiliza mucho la lectura y nos hace caer en la trampa de pensar que leemos por el mero hecho de vernos pasar páginas. Sin embargo, Fernando Gamboa ha construido un artefacto de cierta complejidad narrativa sin desviarse de una estructura lineal que lleva al lector a sentarse al borde del asiento de manera constante.
Una de las cosas más sorprendentes del libro es la extrema linealidad temporal. El foco está constantemente sobre Nuria Badal y todo lo que le acontece, construyendo así un personaje femenino potentísimo y muy real con el que no tardamos en empatizar. Es difícil mantener el nivel de suspense, interés, tensión, contenido y calidad de la obra cuando sólo hay un hilo narrativo en todo el libro, pero Fernando Gamboa sale más que airoso del experimento y ya puede presumir de que no necesita construir varias subtramas para mantener al lector enganchado a su historia. Sobresaliente en este difícil apartado.
No es algo nuevo en Fernando que las mujeres que protagonizan sus historias tengan un poder y una presencia que ensombrecen todo lo que tienen alrededor. En este caso, las horas que cubren el marco temporal que abarca la novela nos hacen descubrir un personaje del que vamos a querer saber más en el futuro.
Veo en Redención avisos de lo que nos viene por delante en la sociedad. Si César Pérez Gellida nos avisó en Khïmera de hacia dónde se estaba dirigiendo el mundo, Fernando Gamboa, evitando absolutamente la condescendencia con el lector, nos avisa hacia dónde se está dirigiendo España en el futuro cercano, ahorrándose las lecciones habituales de moral que otros autores tienden a darnos.
Fernando Gamboa es un escritor al que hay que leer. Por calidad, por contenido, por lo que sea. Porque se aleja de cualquier comparación, de cualquier paralelismo y de cualquier moda literaria del momento. Ya sea autopublicado, en editorial grande o en pequeña, Fernando es siempre fiel a lo que quiere contar, primando a la historia por encima de la publicación, y eso es algo muy valioso. Yo me divierto muchísimo con sus obras, y de ésta última sólo puedo deciros que corráis a la librería a por ella. Después de leerlo entenderéis por qué le dejo este mensaje al autor: Fernando, no sé cuándo has escrito este libro, pero vaya ojo que tienes con algunos temas. Da miedo. Como digo al principio, que arda todo.
Disfrutad del libro.
Sed buenos.
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Autor: Fernando Gamboa. Título: Redención. Editorial: Suma de Letras. Venta: Amazon
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