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¿Quién es Ana?

¿Quién es Ana?

Como no podía ser de otra manera, Cascaborra vuelve a las andadas en su empeño quijotesco de mostrarnos la parte más desconocida de nuestra historia. Y como el propio don Alonso proclama: «Y es mi oficio y ejercicio andar por el mundo enderezando tuertos (nos viene que ni pintado) y desfaciendo agravios». Ana: La princesa de Éboli relata la cara oculta de la luna de Pastrana en el último cómic de la guionista Carolina Corvillo y la ilustradora Noelia Vega. Literalmente, «tuerto» significa «torcido». Por eso, el caballero lo usa con el sentido de «enderezar» en contraposición con lo que está «derecho», y de ahí su relación con los desarreglos de la historia y la injusticia que cometió Felipe II con Ana, la princesa de Éboli.

"Gracias al cómic de Cascaborra descubrimos a Ana, despojada de títulos nobiliarios, de amantes malsanos y de traiciones políticas"

El comic Ana: La princesa de Éboli ha sido concebido por dos mujeres, dos princesas del siglo XXI. Dos jóvenes treintañeras que han hecho un retrato de la de Éboli que mezcla modernidad y tradición con bastante acierto. El rostro de la princesa como portada, de hecho, la tarjeta de presentación de la obra, lo dice todo. Casi tanto como la cara que se le quedó a Letizia al recibir el barro en su retocada nariz. Y es que la princesa de Éboli fue bella, seguro. Enigmática como pocas, el parche, lejos de afearla, le otorgó ese aire de sofisticación que tan bien le sentó a Belén Rueda en la miniserie televisiva. Ana enamoró a decenas de caballeros. Entonces ¿por qué no ensalzar esta cualidad, la belleza en todo su esplendor, en una portada de cómic histórico y no en una revista femenina, de esas que dan consejos de cómo hacer que tu pareja se vuelva loca en la cama? En una época, la nuestra, en la que parece que ser agraciada es un pecado más que una virtud, suponiendo que quien ha sido dotada de hermosura no puede haberlo sido de inteligencia, Carolina Corvillo y Noelia Vega pintan a una princesa ideal en su aspecto que bien pudiera haber nacido de los ingenios politizados de la factoría Disney: labios carnosos, pómulos perfectos y una mirada en un ojo que le basta y sobra para mostrar la transparencia y grandeza de su alma. Sexi la dama, podríamos pensar que las páginas del cómic se centran en su fama de devoradora de hombres, que es la que nos han relatado la mayoría de los historiadores. Pero la supuesta amante de Felipe II y asesina de Escobedo también fue madre de diez hijos, enviudó muy joven y tuvo que hacerse cargo de la gestión de su patrimonio. Gracias al cómic de Cascaborra descubrimos a Ana, despojada de títulos nobiliarios, de amantes malsanos y de traiciones políticas. Y como explica Carolina Corvillo en el prólogo, aunque esas cuestiones determinan «el resto de sus días y supuso un escándalo en la Corte, decidí no centrarme solo en la pregunta “¿fue culpable o víctima”, sino en ¿quién era Ana?».

Ana: La princesa de Éboli nos muestra a una de tantas heroínas patrias cuya nobleza, poder y valentía la igualan a sus contemporáneos aristócratas. Pertenecía a una familia, la de los Mendoza, poderosa como pocas. Gracias a su matrimonio con Ruy Gómez, hombre de confianza de Felipe II, tomó parte importante en los asuntos políticos, ya que su noble estirpe se lo permitía. Porque su linaje era influyente. Que no se nos olvide. No era una mujer corriente. Sus propiedades se extendían por toda Castilla; era hija del conde de Mélito. De este recibió en 1569 el control de Pastrana. Sin embargo, fue recluida por el rey Felipe II, y a día de hoy la razón verdadera de dicho presidio sigue siendo un misterio.

"El broche final son los fragmentos de las cartas conservadas de Ana de Mendoza de la Cerda"

Es la primera vez que se cuenta la vida de la princesa de Éboli en viñetas, y tanto Carolina Corvillo como Noelia Vega no se han limitado a exponer los datos biográficos tal y como los han ido recopilando. Han dotado a la historia de emoción, intriga, calidez y sentimiento. Ambas autoras han formado un tándem excelente. En palabras de Carolina, “no habría podido encontrar mejor compañera que Noelia (…), sacando a la luz con su trazo lo que las letras no podrían haber alumbrado por sí mismas”. Mantengo la esperanza de que las autoras continúen su valiosa labor de investigación y nos cuenten el porqué de dicha injusticia. Aristócrata “ambiciosa”, adjetivo que suele aplicarse a las mujeres que se salen del redil del marido, padre, tío, abuelo, hijo o rey, como es el caso de nuestra bella tuerta, doña Ana de Mendoza de la Cerda acabó sus días en prisión por orden del monarca, acusada de complicidad en un crimen. “Personalidad impetuosa y dominante, “posiblemente similar a la del Cid, Álvaro de Bazán o Blas de Lezo, Felipe II se la quitó de en medio, sin que nadie en la Corte hiciera nada por impedirlo. El broche final de Ana: La princesa de Éboli son los fragmentos de las cartas conservadas de Ana de Mendoza de la Cerda y que sirvieron a las autoras de guía y sustento para la elaboración del cómic. Retazos de una vida tan fascinante como trágica.

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Autora: Carolina Corvillo. Ilustraciones: Noelia Vega. Título: Ana: La princesa de Éboli. Editorial: Cascaborra. Venta: Todostuslibros.   

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