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Racismo, odio y posverdad

Racismo, odio y posverdad

“La maldad está dentro de la condición humana. Y la sociedad puede magnificarlo, potenciarlo… pero sólo si estás predispuesto a ello».

Así de contundente se mostraba el autor de la novela que tengo entre manos. Claro y transparente.

"Hoy hablamos del escritor neoyorkino que manda en la novela de detectives americana. Hoy hablamos de Arderás en la tormenta, de John Verdon"

Hay veces en las que no encontramos la forma en la que expresarnos. La sociedad, lo que ocurre cada día, lo que vemos y oímos, nuestras propias opiniones acerca de lo que acontece… Todas esas cosas se agolpan en nuestra cabeza como conceptos sueltos, sentencias y opiniones diáfanas y cristalinas para nosotros. Pero cuando queremos expresarlas se agolpan en nuestro cerebro, trastabillan, tropiezan y no encuentran la forma de salir de manera ordenada. Con el autor de este libro no suele pasar esto. Este escritor, quizá por peinar canas, por haber empezado su carrera por el final y no tener la necesidad de agradar a nadie, tiene ese capítulo superado y parte del disfrute en la lectura reside en esta prosa exenta de tapujos. Hoy hablamos del escritor neoyorkino que manda en la novela de detectives americana. Hoy hablamos de Arderás en la tormenta, de John Verdon.

Los conflictos raciales en EEUU vehiculizan el tránsito de David Gurney por esta historia. Cuando la guerra entre la policía y la comunidad negra se recrudece en White River y un agente de la ley es asesinado por un francotirador, la oficina del fiscal encarga a Gurney investigar los hechos y encontrar al culpable.

En una de sus últimas entrevistas, Verdon afirmaba lo siguiente: «El conflicto racial es un problema actual, pero no nuevo. El acceso de Trump a la presidencia ha evidenciado este problema en los últimos tiempos. Quizás esto traiga algo bueno, porque ahora todo el mundo se dará cuenta de que el racismo aún no se ha superado. También hay una falsa creencia de que con Barack Obama se terminó. Ni él acabó con el problema, ni Trump lo ha creado», sentencia el americano.

El asunto no termina ahí. El autor acusa de manera velada a los medios de conocer que lo que vende es la violencia y el conflicto. Acusa también al público consumidor de este periodismo, poniendo de manifiesto que “la gente solo consume noticias que reafirman sus prejuicios”.

"Notaremos conforme avanzamos en la lectura que en Arderás en la tormenta no es sólo el conflicto racial lo que Verdon quiere poner en la picota, sino algo mucho más ladino"

Lo que ocurre en White River no es exclusivo de la América profunda. En esta novela, como en la vida misma, los medios de comunicación son organizaciones sensacionalistas, manipuladoras, politizadas, sin escrúpulos y con un poder excesivo. Me aventuro a afirmar que no habrá lector a quien no se le escape el símil patrio con la RAM de Verdon. El autor destila pesimismo en cuanto a qué uso de la información hacen los periodistas a día de hoy. Nos deja claro que no está de acuerdo con cómo se da esta información ni con cómo han ido evolucionando con la llegada de internet.

“La paradoja de Internet: el mayor almacén de conocimientos del mundo se había convertido en un megáfono para los idiotas.”

“Los medios de comunicación de todas partes se dedicaban continuamente a publicitar y exagerar los problemas, siguiendo un modelo de negocio basado en un venenoso principio: el conflicto vende. Sobre todo los conflictos en torno a la grieta racial. Ese principio tenía un corolario igualmente venenoso: nada genera tanta lealtad como un odio compartido. Era obvio que la RAM y toda su horda de viles imitadores no sentían ningún escrúpulo por alimentar esos odios para generar unas audiencias leales.”

Esta idea ya sobrevolaba su primera novela Sé lo que estás pensando, de cuya reseña podemos sacar este pequeño fragmento que encaja perfectamente con la novela que tenemos entre manos y que descubre cuál es el eje sobre el que pivota la narrativa de John Verdon:

“El ser humano tiene una tendencia increíble a autoengañarse, o más bien, a autojustificarse. Nos entregamos a las mentiras que acarician nuestro ego o nos alejan del riesgo, haciendo que veamos el mundo de una manera absolutamente (o más bien convenientemente) deformada. Colocamos nuestras prioridades en un orden disfuncional para justificar las motivaciones que nos hacen movernos hacia nuestros fines.

Si te adelanto en la carretera, es porque necesito llegar cuanto antes, pero si lo haces tú, eres un conductor temerario. Si te grito al hablar es porque me estás provocando pero si lo haces tú, tienes problemas de autocontrol. Mis conductas reprobables nacen de mis circunstancias mientras que las tuyas nacen de tus defectos personales.”

Notaremos conforme avanzamos en la lectura que en Arderás en la tormenta no es sólo el conflicto racial lo que John Verdon quiere poner en la picota, sino algo mucho más ladino. El conflicto existe, es obvio. Pero Verdon basa la novela en una frase que leyó en un texto del siglo XVIII: “No hay una calamidad social tan terrible que no haya nadie que no vaya a sacar un provecho”. El autor se sumerge en la profundidad de este concepto y lo exprime hasta dejarlo seco. Nadie se salva.

El elenco de personajes que habitan en las páginas de esta novela la convierte casi en una obra coral, donde la diversidad de psicologías señala los intereses de todos ellos en que el conflicto se perpetúe o se extinga. Como todos tienen algo que ganar, el número de posibles culpables se multiplica.

Un jefe de policía con ambiciones políticas. Su mano derecha, quien tiene un pasado más que sospechoso. Un agente de policía sudamericano que admira a David Gurney desde que asistió a uno de sus seminarios. El alcalde de la ciudad. Un sheriff ciego que dirige la cárcel del condado y sale reelegido una vez tras otra.

Dentro de este grupo, Madelaine sigue siendo la voz de su propia conciencia, aunque en este caso da un paso adelante, dejándose llevar por sus impulsos y humanizándose de una manera que no acostumbramos a ver en ella, lo que escora acertadamente la trama hacia una especie de psicología de la motivación.

"Algo tan simple y tan peligroso que si te detienes a pensarlo hace que te replantees todo lo que ves, oyes y lees"

Sin desvelar en exceso el argumento, se puede señalar que en la escritura de esta novela, John Verdon ha dado una nueva vuelta de tuerca a su manera de exponernos casos irresolubles. En este caso ha hecho algo que puede pasar desapercibido, pero que es mucho más complicado narrativamente de lo que ha hecho hasta ahora. En lugar de resolver un caso que no tiene aparente explicación, hace justo lo contrario: con la explicación encima de la mesa, es capaz de replantearse todo para dejarlo como un caso con todos los cabos sueltos.

Es un hecho notable que Nietzsche esté muy presente en los textos de Verdon. El filósofo prusiano, en su texto Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, afirmaba que la clave de la supremacía del intelecto humano con respecto al del resto de especies era que había desarrollado la capacidad de mentir. Algo tan simple y tan peligroso que si te detienes a pensarlo hace que te replantees todo lo que ves, oyes y lees. Todo necesita de varias lecturas, todo necesita escrutinio, hasta la más nimia circunstancia en un paseo matutino por el bosque.

“Mientras le daba vueltas al asunto, captó un movimiento en el cielo, por encima de los árboles. Un halcón de cola roja volaba en círculos sobre la linde del campo, sin duda buscando algún pájaro o roedor para atraparlo entre sus garras, hacerlo pedazos y devorarlo. La naturaleza, concluyo por enésima vez, pese a su dulzura, sus florecillas y sus gorjeos, era básicamente un espectáculo de horror.”

Poco más hay que decir. Arderás en la tormenta es una novela magistral y John Verdon uno de los grandes del género. Nos ha dejado una novela llena de mensajes ocultos, y de otros no tan ocultos. Léanla despacio, disfrútenla y sobre todo hagan caso a Gurney: duden de todo y piensen por sí mismos.

Buena lectura.

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Autor: John Verdon. Traductor: Santiago del Rey. Título: Arderás en la tormenta. Editorial: Roca. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro.

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